lunes, 1 de agosto de 2016

ME GUSTARÍA SER DORY



Sería el mejor de los logros que el recuerdo de una persona dure lo mismo que el efecto de los poppers solo unos cuantos segundos, pensar en ti y luego olvidarme quien eres.  

Olvidar es un verbo que se parece mucho a la dieta, mucho dicen que pueden hacerlo pero llevarlo a cabo es más complicado que escribir en el celular después de una manicure.

Tenemos memoria selectiva cuando se trata de esa persona que nos gusta, a veces recordamos solo las cosas buenas aunque estas sean inversamente proporcional a las cosas malas, las cuales olvidamos que nos hicieron. #ICantRemeber2ForgetYou 

Cuando vi “Buscando a Dory”, sentí celos de un pez. Me gustaría que algún científico loco se fume un blunt y se ponga a cranear como obtener los genes de un pez globo y prepare alguna pastilla para crear ese efecto olvidadizo. Seguro que sería un hit. Éxito sin precedentes. (Créditos por favor J).

A todos nos ha pasado que queremos olvidarnos de ciertas cosas que dijimos, hicimos, y personas que conocimos. Olvidarnos de su cara y sus palabras. Las cosas que dijo y ha hecho.

Seria genial tener memoria de corto plazo, y olvidarme de responder todos esos mensajes que recibo.
Olvidar, cuando regresa cierta persona y me ve con cara de sauna. Solo viene, suda, gime, se relaja, pasa buen rato y finalmente termina con duchazo de agua fría que se traduce en una despedida.  

Si existiera algo como Dory dentro de mi cabeza, olvidaría lo que se siente cuando sus manos rodean mi cintura. Esos besos que derriten desde la mantequilla hasta un glaciar causando un calentamiento hormonal global.  

La mejor receta para olvidar es la voluntad.


Hay más peces en el mar el truco es nadar y nadar sin ver su cara en los demás. 

#Gercarlodijo