Solo quería decirte que me tienes
hasta el orto y la coronilla, que una rata de alcantarilla es más honorable. Que ya me aburrieron esos desplantes y tus
excusas de primaria. Tienes el ego hinchado por los cuatro costados, y yo el hígado
en la mano.
Hablar contigo es como hablar con
dios: me escuchas (me lees) pero no me respondes. No soy un desesperadito ni
ando buscando que me persigas, pero si solo querías algo de mí y ya lo
obtuviste, deja al menos una nota.
Yo no ando adivinando en cabeza
ajena. Y no estoy molesto contigo en particular, estoy molesto en general con la
gente que actúa como tú. Que consigue lo que quiere y luego se esfuma dejando
atrás cualquier promesa que juro cumpliría.
No eres más que otro astronauta
que vive en el espacio y pretende bajar lunas a los pobres incautos. Yo no
quiero tu maldita luna, y tú lo único que quieres bajar son mis
pantalones. Mejor anda derrocha tu vía láctea
a otra parte.
Anda a inflar tu ego a donde puedan
hacerte caso. Aquí se cerraron las puertas, las piernas, todo. Cero que eres lo
que piensas, te crees la última manzana del paraíso. No eres más que un
inseguro que busca aceptación para sentirse winner.
Deja de mandarme caritas felices
los sábados de madrugada, si caí una vez es porque me hiciste creer tus buenas intenciones. Esa piedra ya la tropecé,
ahora anda mejor a buscar nuevas víctimas que en Lima abunda bastante bruta.
Gercar lo dijo
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