domingo, 14 de junio de 2015

TE BAJA LA LUNA Y LUEGO LOS PANTALONES



Solo quería decirte que me tienes hasta el orto y la coronilla, que una rata de alcantarilla es más honorable.  Que ya me aburrieron esos desplantes y tus excusas de primaria. Tienes el ego hinchado por los cuatro costados, y yo el hígado en la mano. 

Hablar contigo es como hablar con dios: me escuchas (me lees) pero no me respondes. No soy un desesperadito ni ando buscando que me persigas, pero si solo querías algo de mí y ya lo obtuviste, deja al menos una nota.

Yo no ando adivinando en cabeza ajena. Y no estoy molesto contigo en particular, estoy molesto en general con la gente que actúa como tú. Que consigue lo que quiere y luego se esfuma dejando atrás cualquier promesa que juro cumpliría.

No eres más que otro astronauta que vive en el espacio y pretende bajar lunas a los pobres incautos. Yo no quiero tu maldita luna, y tú lo único que quieres bajar son mis pantalones.  Mejor anda derrocha tu vía láctea a otra parte.

Anda a inflar tu ego a donde puedan hacerte caso. Aquí se cerraron las puertas, las piernas, todo. Cero que eres lo que piensas, te crees la última manzana del paraíso. No eres más que un inseguro que busca aceptación para sentirse winner.

Deja de mandarme caritas felices los sábados de madrugada, si caí una vez es porque me hiciste creer  tus buenas intenciones. Esa piedra ya la tropecé, ahora anda mejor a buscar nuevas víctimas que en Lima abunda bastante bruta.

Gercar lo dijo 



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