lunes, 22 de febrero de 2016

POSTCARDS & QUOTES #RIODEJANEIRO


El sol no deja de brillar, y la piel tostada es casi una obligación ciudadana. Los cuerpos garotos se dejan ver sin descaro en Copacabana e Ipanema. El Corcovado vigila nuestros movimientos desde lo alto, y el aire huele a samba y celebración. Así es Río, y no le cambiaría ni un centímetro.  

RIO DE JANEIRO es mas que un lugar, resulto ser una emoción. Cada rincón, tiene su encanto. Me enamoré no solo de la gente en la playa, también de la fiesta, la alegría del carnaval, el color de sus calles, y he decidido que aprenderé portugués para mi próxima visita, porque #RIO es un lugar que no terminas de conocer.

Estas postales intentan mostrar un poco el encanto de este lugar, pero no le harán justicia; si quieres vivir la magia, no le des muchas vueltas, agarra tu tarjeta de crédito y compra tu boleto!





"Puedes caminar 30 minutos y observar lo que te rodea o puedes ser un turista más y tomar el bus"


"No hay donde escapar, cuando quieres escapar de ti mismo".


"¿Puedes creerlo? Aún existen lugares que te dejan sin aliento"




"El universo tiene cosas preparadas para uno, pero no las vemos porque nos aferramos a las cosas que no son para uno"


"Chico de Ipanema" 




"Me rió en río"

"No necesitas a nadie, viaja solo y vas a descubrir cosas de ti que desconocías" 


É que eu sou malandro, batuqueiro
Cria lá do morro do salgueiro
Se não acredita, bate de frente pra ver
O couro vai comer!


"Dame un beso, solo uno, el primero y el último, mañana te vas" 


"You are my brother,from another mother" 

Museo del Mañana 
"No solo esta reja nos separa, él también" 


"No cambies tus planes por los demas"


Gercar lo dijo 


lunes, 15 de febrero de 2016

EL CHICO DEL BUS #Capítulo5 EL POSTRE O EL VINO

Faltaban un par de minutos para las seis, y mi computadora ya estaba apagada. Mi expectativa se disparó como el azúcar en la diabetes. La primera cita con H tenía mi cabeza en otro planeta y mi concentración estaba en la camisa que me pondré, el perfume que usare, y decidir que peinado me qued mejor. Estuvimos escribiéndonos todo el día, entre emojis y audios, él me esperaría a  las 8p.m. 

Todo estaba armado por el universo. "Su número telefónico escrito en un boleto de bus" pensé ¿Quien hace eso?. Definitivamente esta no es una cita cualquiera, es algo parecido a la magia. Quizás en ese día que hablamos por primera vez en el bus, se alinearon los planetas. Somos tan distintos, pero tenemos el mismo nivel de cordura, muy baja.

Llegue a mi casa y me sumergí hasta el fondo del closet buscando algo que represente lo mucho que me encanta esta situación. Mientras tanto mi mente estaba corriendo más rápido que el reloj, y no se como detener la avalancha de expectativas. Es como dejar la puerta abierta y entran todo tipo de ideas y escenarios posible; oh no... Reconozco este momento, es aquel en que necesito los consejos de mis amigos.

Mandé un par de s.o.s y ellos no tardaron en responder mi señal de auxilio…

“No hables de más” “Cuidado con beber de más” “No des el primer paso” “No te beses en la primera cita“ “Si de casualidad te invita a su casa a tomar un vino NO VAYAS” y “En la primera cita está permitido dar al menos un beso, pero solo uno, y siempre esperar a que te lo roben, ni pedirlo ni iniciarlo, robado o nada!”

Con toda esta información, me ponía aún más nervioso, hasta las manos sudan. Pero algo dentro de mí, me recuerda que me conozco tan bien, y se que es muy probable que olvide estas teorías, porque también ya conozco a H y su arma letal e impecable: su mirada. Con eso puede convencerme de lo que sea. Seria como plastilina en sus manos. Él sabe cómo subir mis pies del suelo y bajar todos mis instintos.

Aun no me decido por mi outfit, mi mente sigue flotando como un globo suelto en el cielo, y  si sigo suspirando como quinceañera es probable que del desagüe comiencen a salir ratas y entren por mi ventana juntos a los pájaros para ayudarme a vestirme.

Mi celular comenzaba a sonar, con mensajes de H,  entre ellos me pregunto si sería una buena idea cenar algo a su casa. Nuevamente recurrí a mis amigos y todos pensaron lo mismo, “ponte una cereza en la cabeza que serás el postre"

"Vamos al malecón como quedamos en un principio", le respondí.

El taxi llevaba 10 minutos esperándome, baje las escaleras a velocidad luz. Llegue al lugar acordado, en medio del puente de madera en el distrito bohemio. La vista desde aquí es hermosa y de noche todo tipo de personajes se dejan ver. 

Hippies pernotando mientras hacen pulseras de rafia y collares con alguna materia prima marina. Algunos te ofrecen leerte la manos y se te acercan como sombras detrás de tí. 

Tratas de evadirlos pero hablan tantas cosas a la vez, te intimidan y tratan de meterse a tu cabeza, adivinar tus deseos, tus miedos. "¿Estas esperando a alguien no? A veces la persona que uno espera no es lo que esperabas", me grito uno de ellos.  

Camine un poco mas hacia el otro lado del puente, alejándome de estas personas raras. Solo recuerdo que repentinamente todo se oscureció, era alguien detrás de mí, -¿Un hippie? Por favor que sea un hippie y no un asalto-  me cubrió los ojos y solo pensé que era mi fin. Quise gritar pero cuando estaba a punto de hacerlo, sonó su voz 

“sorpresa”

Le saque la manos de mi cara, voltee y casi lo golpeo del susto que me dio. Solo lo mire y vi su cara a punto de estallar de risa, y no pude evitar darme cuenta que a H le gusta eso, verme nervioso cuando estoy a su lado. Que las palabras no me salgan sin algún tartamudeo previo.

Caminamos y sentí que conocía a H de hace tiempo, la conversación fluía como un caño abierto. Me hacia reír y yo a él. El cielo estaba vacío, no había lunas ni estrellas solo una inmensa estola oscura.

Después de hablar del clima, política y algunas películas de Kubrick no me pude contener y le pregunte directamente;

“Hace cuanto que sabias?”

 Desde que te vi, lo sabía.

"¿Por qué demoraste tanto en hablarme?" le dije, bajo un tono bromista. 

- ¿Por qué no lo hiciste tu primero?

Buen punto. 

Nos reímos un rato mientras mirábamos a lo lejos. Hacía mucho frió, y yo estaba muy nervioso porque cada vez más, se acerca el momento, cada uno se da cuenta que estos casos poco a poco las palabras empiezan a sobrar,  mi boca comenzaba a temblar y castañeteaban mis dientes tan rápido que parecía una máquina de escribir.

“Está haciendo más frio”, dijo él y mientras lo decía, acomodo sus brazos sobre mí desde atrás, y de repente mi temperatura subió, hasta sonrojarme, su abrazo hizo efecto de inmediato.

Hace tiempo que no me sentía especial, parece una palabra común y cliché, pero no. Esa sensación de sentirte lo único importante en ese momento para alguien más, es de las mejores sensaciones del mundo. -¿Cuándo fue la última vez te sentiste especial? ¿Con quién?- Me hacia yo mismo estas preguntas y en ese instante me di cuenta que estoy indefenso, que si H quiere podría hacer conmigo lo que quisiera...

“Vamos”, me dijo, mientras me frotaba los brazos con sus manos para que su calor permaneciera un rato más en mí. Me miro fijamente, la misma mirada del bus, esa que tiene múltiples significados, me agarro de la mano y su cara quedo delante de la mía, sus ojos de color parecido a la miel, empezaban a endulzarme.

“A dónde quieres” dijo H.

Con un aire permisivo y su voz denotaba que la cita no había acabado aun, ni estaba cerca de hacerlo. 

"Quieres ir a mi casa a tomar un vino. Tambien puedo cocinar algo de cenar, ¿Lasagna?" 

Todo este cuento de hadas, empezaba a oscurecerse y del castillo encantado mi mente se teletransportó al bosque oscuro donde criaturas hambrientas andan sueltas.

Recordé lo que mis amigos me dijeron “serás el postre”.

H miro la duda en mi cara, 

“Por favor no vayas a pensar lo que no es”

Pero, que me garantiza que salga con mi dignidad completa de ese lugar... ¿Realmente importa? 

Es lo que supuse desde un principio y la verdad es que el despierta en mí,  diversos pensamientos, y todos húmedos. Pero no quería ser ese tipo de chico que uno se lleva a casa en la primera cita.

Sin embargo, si decido no ir, estaré arrepentido y no habrá forma de volver en el tiempo para saber qué hubiera pasado.

Él tenía la certeza de que estaba a punto de decir “No”, mire mi celular para ver la hora y poder decirle, efectivamente, No, pero no tuve tiempo. Cuando empecé a deletrear mi excusa para irme, su boca vino a 200 kilómetros por ahora, más rápido que el bus, hasta la mía, y la impactó, de tal manera que mi cuerpo entero se convirtió en un airbag que suavemente lo recibió y se dejó desfallecer sobre sus brazos tatuados. 

Cerré los ojos y sentía que su boca dibujaba mil proposiciones en mis labios. Este primer beso, fue todo lo que esperaba, robado e inesperado.  

Quizás no tiene malas intenciones, o quizás sí. Todo depende de mí, yo decido que tan lejos puede llegar, hasta ahora solo ha llegado a mis labios y ha sido una experiencia casi religiosa.

H detuvo un taxi y con sus ojos volvió a preguntarme… 

¿Nos vamos?

Lo mire y pensé, - solo una copa de vino y ya, nada más. Eso es, debo ser como el vino, hacerme esperar, mientras mas tiempo mejor- 

Pero solo subir a ese taxi, significaba ponerme la cereza en la cabeza. ¿Sere solo el postre de hoy? 

Él no se mostraba impaciente, y si no me subía lo entendería. Y olvidando todas las teorías y consejos, mi respuesta volvió a ser la misma de ayer:


“Si”

Gercar lo dijo