lunes, 14 de febrero de 2011

EL NO AMOR EN TIEMPOS DE VALENTINES

Quisiera empezar diciendo que esta no es otra tonta lectura de amor,cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia. El protagonista de estas "non-senses" por voto unánime es ese pedazo de ser hecho de residuos y migajas de ángeles,Cupido. Puede alguien decir si por fin dejo de cagar la existencia a los amantes, y  si conocen, hagan saber con urgencia si ya tiene pañales nuevos.

Es de algún toxico material liquido la sustancia donde sumerge sus palos que terminan en corazones, que llenan de esperanza inútil a los singles. Será que tiene la cabeza llena de la más absoluta nada. Y quizás desconoce lo que la mitad de la población romántica anhela desde que existen los finales felices. Se alimenta de rosas  ricas en espinas y hongos asesinos que desgarran sus entrañas dejándole sin ellas, y quien sufre las consecuencias es la flecha carente de puntería.

Existe una fecha bendita en el calendario festivo, es un día bastante innecesario, a menos claro que sirva para recordar a los solitarios su falta de compañía. A quien se le habrá ocurrido semejante sandez, totalmente aceptada por todos los madafakas llenos de azar. Que día para más majadero, que febrero para mas adefesio. Podría apostar a perder ese día por el de  mi cumpleaños, podría recaudar todas las velas para un solo deseo, erradicar el catorce del diminuto mes. No es suficientemente vergonzoso acabar en 28  y luego en 29 pero nunca en 31! (muajaja).

Al parecer todas las fuerzas del universo conspiran para que la Tierra se llene de globos rojos, chocolates ricos en glucosa y convertir el peluche en la textura más codiciada del planeta, sin mencionar las manos cortadas por las espinas de las flores mas asfixiantes que llenan de afecto tus pulmones para respirar y exhalar;  tontería y media delante del otro ser.

Un buen dulce jamás empalaga, pero el sin sabor de un desprecio puede desatar  una jungla de pensamientos que terminan en una cacería donde la presa es tu musculo cardiaco. Como en la semana de la moda de las grandes capitales del glamour, siempre existe una fashion victim, y el día de l’amour no es la excepción. Es una trampa que te coge de la cola y antes de comerte el queso te das cuenta que no le importas al gato.

Quien se atreve hacer caso omiso del rojo cielo lleno de nubes formando señales que desearías ver con el alguien más a tu costado. Quien podría pasar por alto una sentada en la orilla  arrojando piedras a las obstinadas aguas danzantes que reflejan sin remedio los astros que brillan para pedir deseos inútiles. Absolutamente necesaria es la idea de la persona ideal, el príncipe azul de las chicas rosas que aun dibujan corazones en los cuadernos cuadriculados y llenan las carpetas de cedro, casi apolilladas, con dos letras y en el medio una “y”.

Es una bacteria que se filtra en tus arterias y bombea al pobre pedazo de carne que no hace más que latir sin break alguno.  Y creer en un sueño hecho realidad dura lo que un estornudo. La felicidad en el campo es posible si hay flores, sin embargo los míos están minados con decepciones. Me cuesta sumarme al consumismo masivo de estas fechas, odio mi sensibilidad que cede ante las películas llenas de romance y novios suicidas.

Y cuando todo está perdido llega la pregunta que ha cruzado más cabezas por todo el mundo ¿Qué estará haciendo la media naranja en estos momentos? ¿Cuándo nos conoceremos? ¿Cómo es? ¿Existen personas que nacen para hacer feliz? Sin excepción el amor no discrimina.  Para cada roto hay un descocido y hay un pie para cada zapato. Es más difícil tomar sopa con tenedor, que negar las ganas de susurrar romance a los oídos de esa persona que se escurre en tus sueños.  Siempre que sonríes es porque piensas en ese alguien, siempre que le ves, tus pies saltan justo después de tu corazón. Cada vez que ese alguien llora, tus hombros se vuelven a prueba de humedad y dejas que se desmorone en tus brazos que esperan ansiosos la caída.

Cada vez que mis amigos deciden llenar de dramas románticos las conversaciones amenas; me encanta perderme en el bosque y retomar el camino cuando los lobos dejaron de aullar. Y dicen que la teoría es bullshit sin la práctica. Yo soy un chico de libros y deducciones; jamás he superado a mis maestros en el desconcertante mundo del emparejamiento. El 99% de mi tiempo estoy enamorado de mí y el uno por ciento me enamoro cada tres segundos de doscientas personas diferentes.


Sin labios no hay besos, sin besos las formas de demostrar caricias se reducen a miradas llenas de coquetería, sin esas miradas quedan las manos y el lenguaje corporal; y sin todo eso aun existe el pensamiento que seguirá el uno al otro por doquier.  No hay nada más que decir, soy un amante empedernido, y un romántico en decadencia que se muere por morirse por alguien más, que entrego su ilusión a más de un mago y sin embargo no encontró nada en el sombrero. Persiguiendo conejos que me lleven a tierras absurdas y sin embargo termino donde empecé.  Y no es que añore que el año tengo solo 11 meses  pero cabe decir que mis pedacitos se van a la atmosfera cuando existe el no-amor en tiempos de san Valentín. 


#G
Anoche, Gercar lo dijo

Fotografía: Gercar PhotograG https://www.facebook.com/gercarphotograg?ref=hl


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