¿Nos
consideremos supervivientes? Esa es una pregunta mas difícil que alcanzar el codo con la lengua. Algunos hemos salido ilesos ante
tanta tentación, otros no. A otros nos encanta hacer el rol de víctima, porque
creemos que nuestra vida es la telenovela de las 8 y que “al final” seremos
felices por siempre... WTF! La tentacion y la falsa esperanza son las victimarias. Ante incendios de lujuria, terremotos que abren
grietas en el pecho y tsunamis que inundan de lágrimas nuestras ilusiones, ahogando la logica... Despierta you stupid Bitch!!!
Por mi parte he salido herido, sobretodo mi
cabeza que dislocada parecía un
helicóptero sobrevolando la zona del desastre, la zona donde perdí mi corazón
que exploto fuera de su caja. La vergüenza ruborizo mi cara al punto de
enterrarla bajo la tierra como un vil avestruz.
Let's face it... Somos
mortales y tenemos el privilegio de equivocarnos y no morir a la primera. El deseo tentativo y la ilusión falsa fueron mis peores enemigas. Ellas son las culpables que mi
estabilidad sea la de un trampolín inquieto donde cualquiera puede zambullirse en mi
piscina. El deseo me come vivo cuando estoy en el campo de batalla, me dejo
derrotar. Pero más bruja que el deseo tentativo es la ilusión, esa sí que es una bastarda
hija de pvta.
Yo lo sabía,
lo sabía todo el tiempo. La ilusión ha sido
toda mi vida una estúpida p3rra maldita, así es. Siempre me ha sido
indiferente. No donaba si quiera ¾ de su mirada. Mucho tiempo pensé así: “Por
ser bueno y sufrido, tendré el cielo en la palma de mis manos, jugando con los
ángeles y querubines como si fueran mi ajedrez particular”. Si pues sentí que me merecía algo por tener
ilusiones puras…
Pero no puedo
culpar por todo al destino. Desde tiempos mitológicos buscamos el amor en
lugares sin esperanza. Los escritores hacían cuentos de hadas con finales que
ni ellos mismos conocían. Desde que tengo uso de razón me hicieron creer que
esa palabra “amour”, francesa
parisina solo existía en lugares hermosos. Un sol que se hunde frente a una pareja
en el océano.
Esa palabra solo
debería nacer y no tener significado alguno. Solo existir, solo fluir. No saber
que es. Sin back up o idealismos de lo que es una relación. No tener
antecedentes de lo que sera el futuro, que sea lo que sucede mientras vivimos.
Debería sentirse no contarse. Debería no tener forma de cuentos de hadas ni
final feliz.
No debería ser
algo que nos haga feliz, ósea la felicidad es un estado de ánimo, y ningún estado
de ánimo duro para siempre. Esa palabra amour….
Solo debería hacernos sentir en compañía. Insisto, la felicidad está sobrevalorada, solo
existen buenos y malos momentos. No debería hacernos dependientes. No debería
hacernos sentir como una frenada de carro mal echando chispas de deseo.
Y aunque lo neguemos,
todos necesitamos escuchar ese pequeño átomo de voz interior que nos dice lo
correcto. Lo ignoramos, le ponemos el pie para que se caiga en el vacio de
nuestros pensamientos no usados. Pues si escucháramos esa voz pequeña quizás haríamos
menos teatro y de lejos el ridículo. Todos tenemos eso; necesitamos escuchar ese grito. Sentir que puedo besar
cualquier rana sin necesidad de convertirse en el amor de nuestras vidas. Caminar como un egipcio, así de recto sin
mirar a los costados y no sumisos tras
alguna cleopatra indiferente. Divertirnos sin pensar que los siguientes labios serán
lo que besemos eternamente. Ósea relax. No hay que tomarnos a todo el mundo en
serio.
Pero cuando
llegue. Dios, protegerme, porque ese día perderé toda libertad. Nos arremete,
posee nuestro cuerpo y habla por nosotros. Nos paraliza, nos envenena, no
encadena hacia otro ser humano. Nos pone miles de luces cegadoras. Nos descubre
todos nuestros puntos débiles y los presiona para tenernos bajo su voluntad
tanto en la tierra como en el aire donde flotan todos esos idiotas que se
enamoran con la ilusión y no con la realidad.
Tomamos decisiones,
nos hacemos hábiles en el arte de mentir. Algunos lo pensamos mucho, pues es
mejor no enamorarse. Es mejor no caer en el tablero de un musculo cardiaco que
nos hace trampa en cada latido. No porque seamos fríos, sino porque no queremos
tener un desenlace fatal. Porque si entregamos
todo y quedamos sin nada, será la peor sensación. Incluso pasara por nuestra mente decisiones
fatales, y pues aunque no nos guste la muerte es una solución rápida y aquí queda,
pero esto, el dolor del abandono, puede durar por siempre.
Y si somos “felices”, y finalmente lo hacemos.
Lo entregamos todo, nos entregamos, solo felices, no nos importa dejar todo en
la cancha, all in. Y esos momentos dura
un período luego cambian y evolucionan pero lo tienes ahí está. No hay garantía
que todo será color de rosa. Ni que la mariposas migraran a tu estomago para
hacerte cosquillas cuando estés triste y abandonado. Es un risky business, man.
Pero cuando se
va… que queda. Es eso lo que queremos evitar. La partida. En verdad piénsenlo… ¿Qué
nos queda? ¿Arrepentimiento? ¿Sonrisa de
imbécil por los recuerdos? Qué bueno fuera. Créanme, muchos donan su cerebro y
dejan de razonar. Muchos tienen trasplante de corazones para bombardear más de
ilusiones el cuerpo y sobreviva.
Esa palabra,
amour, ha viajado desde Paris a todo el mundo. Y ha cambiado de personalidad.
Ya no se trata de morir por alguien ni dejarlo todo por alguien. Es aprender de
alguien, comprender y desahuevar a alguien cuando se lo merece. No quiero alguien que me trate como un rey, dándomelo
todo en bandeja, ¿Donde esta lo difícil en eso?
Como una reina
una vez dijo, pero le puse un poco de lo mío: “Si encuentras a alguien que te
hace ver todo bonito y crees que eres feliz por siempre, las 24 horas del día y
los 7 días de la semana, años bisiestos y siniestros, es mejor que le pongas
primera segunda y quinta velocidad y salgas corriendo de ahí. Porque la
verdadera persona que nos quiere, nos hará gritar, enojar, enfrentar nuestros
errores y nos hará sentir como el peor de los bastardos cuando hemos metido la
pata hasta el subsuelo. Nos enseñara más cosas de la vida que no hemos querido
ver, maduraremos con esa persona. Esa es mi definición de la persona correcta. No
quiero otra cosa más que eso, si eso no es amour…
entonces no lo quiero. Porque cuando pase el temblor, es la única manera de
sobrevivir.
#G
Anoche, Gercar lo dijo
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