Anoche fue un anoche como
cualquier otra. Literal una noche más en Barranco. La misma música, el mismo
lugar, la misma gente y otra vez él. Parece que siempre supe que me lo encontraría,
una vez más. Que de todas las calles de Lima él tenía que estar cerca porque es
algo puntual y organizado. El destino el tiempo y las casualidades se han puesto
de acuerdo para que ambos crucemos nuestros caminos cada vez que podamos, pero aún
no sé con qué fin.
¿Es broma?
Que anoche haya sido 14 de febrero no cambia las cosas. Fue un
día más. Nada especial iba a pasar solo porque me sentía especial. No iba a conocer
a nadie porque así no funciona. Generalmente nunca funciona.
No puedo decir su nombre. Él es una criatura que no termino
de entender. El circo que es mi vida se encargado de hacer un show conmigo y
con él. El titiritero que mueve mis hilos
se empecina en ponerlo frente a mí en los lugares menos esperados, somos dos
personas de mundos tan distintos, personalidades tan lejanas solo con una
extraña amistad.
Lo encuentro sin buscar
y siempre es lo mismo: una conversación corta pero con mucha seducción. No
conozco casi nada de él y creo que el tampoco sabe nada de mi excepto lo que
todo el mundo sabe.
A veces pienso que no tenemos nada que hablar, que solo debo
saludarlo por compromiso e irme. Pero de alguna forma ambos terminamos desenredando
cosas y la conversación fluye y podemos continuar.
Desde hace años que viene ocurriendo esta situación. Desde aquella
clase de matemáticas de la universidad, desde aquella vez que le preste mi
tajador para que tajara su lápiz. Antes de eso no sabía que existía. Después de
eso, lo veía en todas partes. Desde la
universidad al bar de siempre, de Barranco hasta Ayacucho. En la casa de mis
amigos o a dos cuadras de mi oficina. Probablemente
si me voy a la Antártida lo encuentre nadando con osos polares.
El mismo monopolio el mismo número de dados, parece que
estas coincidencias no se van a acabar jamás. Y la verdad no quero que se
acaben. Han pasado años desde clase de matemáticas
y lo encuentro divertido. Eso de saber que no somos nada, y que debe existir una
razón de tantas casualidades, suena estúpida pero es inspirador.
La verdad no me es indiferente, y siempre me saca una
sonrisa encontrarlo. Pero supongo que debo aceptar que la vida está llena de
coincidencias. Febrero,no soy un chiste, no quieras embrigarme. No quieras ilusionar a mi corazón te pido que
no lo hagas, acaba de salir con libertad condicional del lonely hearts club y no
quiero recaer.
#G
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