En los siglos pasados uno se enamoraba y se escapaba con esta persona a
vivir la vida, o se casaban por órdenes supremas para gobernar un reino. Todo
era una explosión de espontaneidad y romanticismo. Bueno todo eso, se perdió.
HOY en día, planeamos de quien nos vamos a templar. Nos tomamos semanas o
meses en la etapa “estamos conociéndonos”
y antes de decidir que están juntos pasan por otra fase denominada
“salientes”.
Hoy en día, decidimos como será la persona que queremos, y si esa
persona te corresponde es un gol de último minuto, si no te corresponde te
dedicas a invertir tu sueldo en happy hours los viernes y llantos los sábados
por la noche con copas de mas cerrando con broche de oro el domingo en la madrugada, después de
perder la dignidad, llamas al Voldemort para decirle que lo extrañas y para
escucharlo decir "no eres tu soy yo" una vez mas.
Generalmente esta persona de la que decides que TE TIENES QUE ENAMORAR, es la idealización perfecta, esa que no estas dispuesto a cambiar. Tu estandar, tu prototipo, tu Si o Si. Creo
que a todos nos ha pasado.
Todo lo anterior es la parte planificada, pero
de repente llega alguien que hecha por la borda todos esos conceptos y teorías estúpidas
de cómo debe ser ese alguien especial. Revuelve todos tus planes, y todos los
adornos que le pusiste a tu idealización.
Modifica todos tus sentidos a
primera vista, entra por tus ojos, enjuaga tus labios, destapa tus oídos que se
negaban a escuchar a tu corazón.
Esa persona es todo lo que nunca habías
buscado. Se viste horrible y se deja una barba que no le queda bien. Tienes
ojeras y una nariz voluminosa. Sin embargo te ha impactado y la mejor parte es
que no sabes el Por qué!?
Te molesta como mastica el chicle
y como pasa la lengua entre los dientes cuando termina de comer. No soportas el
perfume que se pone porque es de lo más corriente. Detestas que hable mal de
una serie que a ti si te parece buena.
Te irrita sus comentarios
inteligentes dejando en evidencia que te gusta discutir con esa persona porque
sabes que esa fricción es sana y lleva a un intercambio de opiniones donde
puedes darte cuenta cuanta química tienen.
Se ha activado un hormigueo por
toda tu piel cuando lo ves, y cuando conversan parece que las palabras son interminables.
Te sientes cómodo y contento. Si tienes un mal día te pone de buen humor.
¿Sera que acabamos de encontrar a
quien le dedicáremos todas esas
cartas de amor y canciones en la radio y hacemos nuestra película de bajo
predispuestos en nuestra imaginación?
¡NO WAY! Esto (ósea él) no es lo que yo tenía pensado.
¿Dónde está mi príncipe azul? Aquel con los ojos y nariz perfecta, que huele a
afrodisiaco y se quita la camisa en cámara lenta en todas mis fantasías?
Me rehusó a creerlo, pero es tan irresistible tenerlo cerca. Saber que
te mira desde el rincón de los olvidados, que te saca una sonrisa, y buscas
cualquier pretexto para preguntarle con cualquier cosa cuya respuesta no exista
para que le sea difícil deshacerse de ti rápidamente.
Si tan solo tuviera el cabello más rubio y la piel más caucásica. Si en
lugar de esos pantalones embastados tuviera uno Slim fit y una camisa entallada
con unos 10 o 15 kilos menos. Todo sería perfecto, si tan solo se cortara esos
pelos de la nariz dejara de usar esas
zapatillas que solo debe usarse para jugar futbol.
Me siento mal de querer cambiarlo pero porque me atrae tanto? Acaso
podría pasar por alto todas esas pequeñas cosas que mi cerebro se ha encargado
de inmortalizar y exagerar? Quizás sí.
¿Qué está pasando?
Finalmente cuando nadie responde
tu encuesta, se te vaciaron los frenos de la negación y chocas con la realidad
y decides admitirlo… Creo que me gusta.
Gercar lo dijo