Si me dices “me gustas” habrás
empujado una puerta que estaba cerrada hace meses. Encontraras todo
desordenado, empolvado (aunque no ha habido polvo) y oscuro. Detrás de esa
puerta se encuentra todas mis emociones e ilusiones que deje encerradas para
que ya no sean expuestas ni manoseadas.
Tú eres un nuevo habitante en mi
cabeza, no tienes la culpa de nada. Me has conocido en un momento en que mis defensas son altas. La culpa es del inquilino anterior que
estuvo meses viviendo cómodamente en mi mente. Dejaba encendidas todas mis ilusiones como focos
navideños y dejaba abierta la llave del agua - a la altura de los ojos- inundando mis expectativas. Y después se fue sin avisar, endeudado y sin garantía.
Desde ese entonces tengo nuevas políticas ya no doy ni el primer ni el segundo paso. No dejo entrar a nadie a menos
que detecte sus intenciones. Hacer esperar es difícil pero vale la pena. Tuve que
deshacerme de mi ansiedad y adquirí paciencia al por mayor.
Si vas a pasar una temporada
larga aquí, eres bienvenido. Te aconsejo dos cosas, paciencia y pregunta.
Pregunta siempre porque mis gestos y mi mirada, tienen la mala costumbre de
expresar algo totalmente diferente a lo que quiero. Aun no sé cómo arreglar ese
detalle.
Eres mi primer habitante después de
mucho tiempo. Cumples con los requisitos y exquisitos. Sabes dónde presionar
cuando voy a perder el control. Tus labios han detectado por instinto mis
puntos débiles, creo que ya conoces la mayoría de ellos.
Soy estricto con las reglas pero
tu carisma sabe negociar las excepciones. Creo que todos somos novatos cuando
conocemos a una nueva persona. Muchas veces todo lo que aprendiste vuelve a
replantarse. No podemos generalizar.
Si me dices “me gustas”. Tengo muchos
momentos que nadie ha visto y serán tuyos.
#Gercarlodijo
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