sábado, 28 de agosto de 2010

EL PASO NOVATO


Estoy en busca de un mundo arquitectónico, donde los volúmenes y colores hagan de cada pedazo de tierra su parque de diversiones.
 

Quiero madrugar en un mundo intangible donde con tres palabras sabias, levitar mis pies y dejar al aire seducir cada poro que mi ser posee.

No quiero renunciar a mi intento, quiero diseñar mis huellas para que dejen rastro icónico y otros nómadas puedan seguirlas.

Bañar con sabiduría todas las mentes hechas coladores, estampar mi human print en otras pieles y adoctrinar a los arboles a forma de guerreros y se defiendan de la carpintería.

Aspirar cada bacteria de las manos criminales haciendo de las armas blancas, abrazos siderales. Suspirar de alegría y no de decepción.

Quiero encender la televisión pero con fluido inflamable, su contenido se resume a calamidades repugnantes.


Porque parece que la paz caduco recientemente, el arte se ausenta de los ojos atrayentes. Desterraron mi gozo por vivir en el Celeste, han dejado pandoras sin sus cajas y el hades ha indultado a sus inquilinos de condenas dilatadas.


Las alturas están alejándose de las hormigas, los hoyos se asociaron con los abismos y pobre del que se hospede en ellos.


Insisto, necio hasta las canas, quiero a las flores ambiciosas por invadir terrenos nórdicos, hacer al amor un tirano en los pechos vacantes.


La carencia de sesos puede provocarme alergias incurables, puedo soportar una fiebre pero no un millar de terroristas y traficantes.


Quiero trazas las líneas en los planos sin estreno, sentar las bases para una nación pequeña con efecto big bang.


Quiero reescribir las teorías, hacer de los decretos un montón de papelería y dejar caer un cerillo adrede.


Ya no quiero dormir por miedo a abrir los ojos en la mañana y contemplar. Prefiero sufrir de claustrofobia que observar la gris ciudad.


Quiero reposar mis cimientos, reducir de los aires el humo negro. Recoger de los mares a todos los peces para que no se ahoguen. Sembrar en cada cabeza una consciencia benévola.

No crucemos los dedos, usémoslo para levantar al que tropezó, para recoger el papel arrugado que alguien arrojo. No cerremos los ojos, miremos a lo remotamente posible.


Si autorizamos a nuestra emotividad, si ajustamos esos tornillos ineptos que hace nuestro sistema perturbar, podemos engendrar un espejismo no por falta de agua sino por falta de una nueva sed.

Adiestrar nuestra mente será el paso novato.

#G
Anoche, Gercar lo dijo

Fotografía: Gercar PhotograG https://www.facebook.com/gercarphotograg?ref=hl


domingo, 22 de agosto de 2010

MASCARAS QUE PESAN

Qué pasa cuando las ligas que sostienen las mejores mascaras ceden ante el peso de cada una de ellas. Que es, lo que las hacen tan pesadas. Quizás la vergüenza, la envidia, la impotencia, el desear lo que otros poseen o quizás la madre de todos los dramas, la hipocresía.

Mi último verano estaba lleno de mascaras bronceadas, expuestas a la insolación de las palabras que emiten los que frente a ellas se posan. Y cuando la espontaneidad se desata delante de estas caretas, sufren. Manipulan información para obtener todo el viento a favor, evitando que el barco naufrague, pero al final te hundes cuando utilizas esa data para manipular a gente que realmente deposito en ti la confianza que buscaban. Eso es de asnos.

Ilusos pierden mi tiempo y el de los demás tratando de convertir las pirámides de Egipto en cuadrados. Terminan enterrando la equis y poniendo el tesoro encima de la arena. No es algo que se hace por deporte son situaciones que resbalan de tus dedos, porque las mascaras están bien puestas. Otras respuestas serian las que ofreció Copérnico, gracias a su intelecto podemos usar sus teorías para entender que NADA gira alrededor nuestro, somos un todo y rotamos al sol, juntos. No podemos ser el ojo de la tormenta en los días soleados, no coleccionemos admiraciones para deleite personal. No somos el todo de alguien.

Muchos vocablos críticos abundan en nuestro órgano más inquieto estacionado en el interior de la boca. Y el freno de mano no funciona, de repente cuando menos lo notamos tenemos las papeletas de la conciencia en el parabrisas. Las mascaras siguen ahí expectante, esperando bajo el agua para atacar como el más despiadado mamífero dientudo. Ahí andan negando agua y buscando la sombra del cactus mientras todos hierven en el desierto. Obsequiando carnes a los desmolados y plantando molinos en el espacio.Pretendiendo ser de ayuda pero su careta es de doble o ninguna intención.

Y buscamos un bufón que haga amena la tarde, cruzamos los brazos cuando la paciencia se consume delante de nuestros labios fruncidos. Todos usan mascaras, todos tienen el desliz de ser alguien más al menos por un momento. Yo no dejo en evidencia a nadie, por ende no hago mención honorifica. Es un mal necesario para algunos, tácito para otros. Todos usamos mascaras, de todo tipo, blanca, verde, roja, negra como el mas oscuro azabache. para esconder todos los malos pensamientos. La hipocresía es la peor mascara de todas.

Insignificantes mis reproches, trascendental mi lección. Los reyes pobres fueron desde David al Faraón. Todos comen del mismo plato perro, gato y ratón; se suman a mi inventario todos los charlatanes por montón. No tienen que entender todo lo que escribo no tengo que regalarles mi juicio masticadito, pero si quieren un consejo rompan ligas dejando entrar el aire fresco. 


#G
Anoche, Gercar lo dijo

Fotografía: Gercar PhotograG https://www.facebook.com/gercarphotograg?ref=hl

martes, 10 de agosto de 2010

EL ARTE DE EXISTIR


En el medio del café se hundía el azúcar muy lentamente acariciándose con la cafeína y la crema para concebir el aroma que penetraba mi sentido del olfato haciéndole un corto circuito al cable que me conectaba a la realidad. Un enjambre de métodos pica mi cabeza al mismo tiempo para olvidarme de las tablas y mandamientos. Mi imaginación en personaje heroico se  transforma cuando de rescatar mi aventurera mente se trata.

Y que me dicen de los cómplices cuando quieren tenerte bajo redes cargadas de libertad en groseras cantidades. Yo me sumerjo y me ahogo si me da la gana al fin y al cabo me queda la vida entera para preocuparme por nimiedades y obligaciones. Me desvanezco con la luz solar y me reconstruyo con las primeros acordes de la noche sinfónica. Solo o en colectivo, mi deber siempre ha sido pisar donde nadie antes pisó, recorrer los labios que nunca nadie besó, tocar los cielos que nunca nadie voló y finalmente resolver misterios que Scooby olvidó. Suena como una reproducción constante pero es sensacional si a la rutina la agarras del pescuezo la estrangulas y ocultas su cadáver bajo tu rostro delator que mancha de independencia cada latido de tu órgano bombeador.

Hablando de desenfreno y mentes insanas, son esas dos causas las que pueden conducirte a fraudulentos camaradas que tocan tu puerta pero al abrirla se van corriendo como jugando toca timbre. Expertos en falsificar sonrisas, amos del buen floreo, cuya disciplina es que la mentira es toda una ciencia. Pretenden usarte como peldaños para llegar a donde ya estas y luego convertir tu confianza en un cartón mas para reciclar. Otros son mas espejos, y no porque encuentras similitudes en ellos, sino más bien porque rebotan la información que depositas en ellos, simplemente repiten todo lo que dices porque en realidad no están escuchándote. Y si a toda esa mezcla maloliente le sumamos los hipócritas, el menú simplemente sería totalmente inapetente para los comensales quizás ingenuos como yo.

Cuando salto, procuro no mirar abajo porque la adrenalina que se genera es riquísima, tan poderosa como diez o quince shots del trago más amargo, tomados de golpe casi instantáneamente. Es divertido jugar a ser tu dios en los momentos de no lucidez, cuando puedes cantar en voz alta y correr las calles más angostas y si te topas con un muro puedes traerlo abajo con el eco de tu “yo lo puedo todo”. Puedes elevar anclas de los muelles que te atan a lo correcto, reír en los lugares más serios y llorar pero siempre a solas, es mejor, no tienes que dar explicaciones porque simplemente no existen y si tienes que determinar una, seria porque tus parpados fueron derrotados por una represa sin mantenimiento.

Existir es todo un arte exclusivo para la porción humana que realmente llena de aire los pulmones más afónicos, que traza de colores el lienzo que tienen delante y puede extender los brazos repartiendo besos a domicilio. Es poner el índice y el dedo medio formando una cultura. Cada ente emergiendo auras positivas que se unen por el magnetismo y corrompen los jóvenes deseos de querer nadar en el cielo y volar en el agua.

Finalmente me rindo ante la evidencia, soy culpable por querer desatar los nudos en mi garganta, gritando un himno sin armonía pero con mucha consistencia. Me declaro inocente del odio y el rencor porque no me caen bien. Así que con su venia me retiro a mi paraíso terrenal que no es otro lugar que mi colchón donde puedo ser todo y nada al mismo tiempo en que las agujas de aquel reloj golpean una y otra vez aquellos números condenados a marcar la existencia de lo todo. Mi mejor destierro es que me manden a París y enamorarme del café, o al polo sur a nadar con los osos blancos y morir como DiCaprio. Y sin ir más lejos dejen que los mares me alberguen, pues al mar pertenezco y que la sal decida mi existencia, ¡Que regalo! 


#G
Anoche, Gercar lo dijo

Fotografía: Gercar PhotograG https://www.facebook.com/gercarphotograg?ref=hl

domingo, 1 de agosto de 2010

ABSTRACTAS COMPAÑIAS II

Erase una vez, mi buen humor y tolerancia juntos en un divertido sube y baja, tan esplendidos como ingenuos, hasta que de tanto altura brusca, hizo que a mi idiosincrasia vomitar en medio del grass sintético que a menudo la manada llama vida social. Todo es plástico en este mundo, hueco, efímero e idealizado. Pero en tanta imagen desenfocado puede encontrar buenas compañías...

El sábado por la noche es toda una fuerza que se afianza de vez en vez, se abastece de materias primas humanas para iniciar una mezcla salvaje que termina cuando y donde menos te lo esperas (en el fondo de tus sabanas babeando la almohada).

Cuando me ensuciaba la nariz como pasaporte a mi viaje espacial, conocí tanta gente diferente en aquellos mundos. Es romper tus anillos que te atan y de hecho mover tu sustancia vital para poder recorrer otras experiencias. Siempre he dicho que es bueno vivir otras vidas, interpretar nuevas novelas de preferencia renacentistas. Creo devotamente que los viajes son la oportunidad insuperable para empezar de nuevo, regrabar sobre la cinta y hacer de tu ser un mejor ser. O si no viajas, enamorarse del mar es simplemente un orgasmo a la quietud de la mente, recomendado.

Cuando te quedas en un solo lugar por mucho tiempo, te atienes a la ley de la selva, "comer o ser comido", o mucho mas fácil "adaptarse o ser desadaptado". Cuando termine los dieciséis años se termino mi muralla China que me dotaba de protección. Ya no podía seguir en mi alfombra voladora volando sobre los demás. Encontré una vez abajo en aquella selva, un pelotón de cocodrilos hambrientos de inocencia, sanismo, lentitud y un poco de ingenuidad(las mías). Pude cruzar tremendos ríos sobre sus cabezas saliendo casi ileso de sus exuberantes dentaduras dignas de una revisión odontologica.  

Claro está, que sobreviví a esa manada de reptiles, gracias a mis aliados que usaron armas de paz para someterme a su compañía, en verdad fueron  un ejército de cuatro soldados superheroes como enviados a mi guerra para defenderme, formando junto a mi una fraternidad en potencia y como en cada militarismo cada uno era llamado por un seudónimo. El ovejero, espécimen super  astuto y listo, con capacidad de explorar su cerebro lleno de palabras que más bien parecían circos que hacían de mi risa una especie de masa que me ahogaba hasta las lágrimas, y no solo a mí sino también a la soldado “Pajarito cucu” que con una sonrisa iluminaba lo oscuro de la jungla reptil, y también  la pequeña soldado “Cobain Zo" una especie de criatura metal, grunge y derivados que tenia conectado un traductor de mis tonterías para entenderme.La vida de soldado con ellos fue bastante vacía de guerras y llena de celebraciones, hacíamos un círculo donde nos memorizábamos cantidades industriales de hojas para los exámenes.

Pero toda temporada tiene un fin, ellos fueron quizás el ultimo grupo de amigos honestos que pude hacer en mi vida porque luego llegaron a mis salones las mascaras de baile en una fiesta de hipocresía llena. Me introduje en una ola bastante agitada que destrozo parte de mis muelles. Es así que deje la vida de soldado fuera del campamento para adentrarme a la vida misma , la jungla salvaje. Lo primero fue aprender lo que hacen los argentinos: Tratar de respirar solo buenos aires. Todo era superficial asi que no me quedaba mas remedio que escarbar a ver si encontraba alguien tan valioso como el oro.  Fui cavando y cavando; yfui encontrando escasas pero hermosas "pepitas" de oro. Pero siempre también en busca de la mina entera (hasta hoy no encontrada). Conocí a compañías buenas y malas, personajes errantes y otros muy civilizados que ayudaban a mi desmedida locura, lo cual está bien, nunca es bueno permanecer saltando sin mirar abajo hay quienes pueden moverte el suelo entero y no hay dónde caer.

En mis caminos angostos dejaba trocitos de carbón para que solo los que saben reconocer los diamantes en bruto saquen el mejor brillo de mí. Me adentre a un mas a la jungla de laberinto donde tuve que perderme adrede (Ley de la selva). Mientras buscaba la salida encontraba detrás de mí con "las joyas en mano" encontré muchas especies desconocidas y salvajes : titiriteros de mentes debiles, un camión de dramas con el chofer sin frenos, mas de un Judas con cruces al por mayor, rockeros vendiendo sus voces sin sentido en algún garaje, fotografías mal tomadas con el peor de mis angulos, etc. 

Buscaba que me encuentren para que me salven, pero también yo fui encontrando y salvando encontré a cangrejo amigo en medio del desierto muerto de sed, pidiendo agua al camello más egoísta e indeciso pero yo obviamente le regale mi cantimplora y escuche sus sedienta lengua. Camine por las calles rusas, eslavas o soviéticas y baile al ritmo de moscu moscu hasta que decidí derretir Siberia y hacerme amigo de una matrioshka. Conocí a piratas con dos parches, pero sin patas de palo ya que bailaban bien. Conocí también mentes antipáticas que redujeron sus brazos para no dejarse abrazar. Sapos que en realidad eran príncipes que les gustaba el disfraz de sapo, y bailábamos todos en el estanque. Bocas gigantes que brotaban mejores sonrisas, cabezas enormes que piensan mejor y millones de uñas que quitaron las costras de mi a veces cicatrizado estado de ánimo.

Me he salvado de aguas aparentemente mansas pero llenas de ninfas que cantaron a mis oídos melodías que me hipnotizaron pero termine arrancándome los oídos antes de perderme. Mis maderas todas rescaté de serruchos hechos pirañas que solo querían cortarme en pedazos porque es lo único que saben hacer. Me toco muchas noches de trabajo donde ensuciaba mis pulmones con los humos más letales que hacían de mis órganos un incendio social. Mi futuro era borroso, era el vidrio de un auto cerrado que se opacaba, pero fui dejando el aire colarse por la ventana para no estrellarme. 

Y finalmente luego de bosques, desiertos, pantanos y demas ambientes de la jungla de reptiles, puede salir de ese laberinto para nada amigable. Ahora visito pueblos con leyendas propias y no aparentan nada. Hago altares solo a mis buenos momentos y no a dioses locales. Me considero un síndrome llamado “Yo” que seguirá enfermando a todas aquellas  personas que se han unido a la causa, pertenecer a mi lista VIF (very important friends) por voluntad propia. Soy un accidente con consecuencias benignas mis queridas abstractas compañías porque se que estoy loco, pero ustedes lo están mas. Cada fin de semana sera conmigo un tropezón con caída libre sin huesos que romper. Soy un  extinguidor a prueba de llantos forestales así que vengan a fluir. Soy un cazador de criaturas inhóspitas y foráneas (ustedes) que llegan a mi atmósfera para llenarla del mas puro aire.  Me gusta también mi tiempo a solas pero mas el tiempo acompañado, porque es preciso que alguien me diga que tengo la cabeza llena de insania y responderle que sí, es cierto y muy pero muy feliz de ser el más iluso del planeta.

“Las fuertes dosis de compañía, recuerdan que tu soledad también era importante”.

#G
Anoche, Gercar lo dijo

Fotografía: Gercar PhotograG https://www.facebook.com/gercarphotograg?ref=hl