El camino que escogemos puede no siempre ser el correcto. Pero si los zapatos brillan con luz propia y dibujan pasos elegantes ¿Podemos evitar tropezar?. Si la chaqueta que se recuesta sobre nuestros hombros nos infla el pecho de orgullo porque es una pieza que nos dio en la yema del gusto cuando la vimos sobre el maniquí del centro comercial; entonces podemos olvidar por un instante quiénes somos y dejar de caminar sino mas bien sentir la necesaria sensación de modelar como si el camino mutara en una pasarela.
Emular a nuestros iconos del fútbol, cine, música, todos ellos que viven en la burbuja de Hollywood, ciegos por las luces cegadoras de los flashes que revientan en sus rostros; esos rostros hechos por alguna mano diosa de la era mitológica; acaso nos puede sacar del muladar donde vivimos. Esos cuerpos que nos hacen babear las portadas de las revistas más prestigiosas, esas fotos que nos dan ideas subjetivas que pocos entienden y por ende pocos entenderán lo que hoy les escribo.
Pieles que renunciaron al pellejo del animal. Flecos que regalan movimiento, estampados que hacen travesuras sobre los tejidos en formas abstractas y animal prints. El cuero que actúa y hace efecto de segunda piel que se resiste a abandonarnos. El denim que desde que nació con un elixir de vida eterna se revela ante sus sustitutos. El eterno negro que nunca falta en cada armario, recuerdan que black is black. Los cuadros que siempre disimularan las arrugas y por eso es nuestro favorito, ¡odiamos planchar!
Preferimos estrangularnos con una bufanda extra-extra larga o una corbata de nudo clásico, que sudar por cada papel mal impreso en el trabajo. Preferimos rompernos el ojo con la silueta del último modelo de Mercedes Benz, porque “ella” si lo merece. Quizás exagero pero abandonamos el andar de la mano con la novia y tener la muñeca disponible para un Rolex, un Cartier o vamos un Chanel. Hemos acostumbrado no solo nuestros cuerpos sino también nuestros oídos a nombres de mentes creativas como Dolce & Gabbana, Ives Saint Laurent, Christian Dior, en fragancias o elegantes piezas de noche, o más casuales como Burberry Prorsum y Gucci; o menos sofisticados que también hacen temblar la billetera como Lacoste y su cocodrilo domesticado, el rey preppy Tommy Hilfiger, Banana Republic personalmente me deleita; y el único que nos conquisto, Calvin Klein. Si de alcanzar una estrella se trata, traeré a mención a Abercrombie & Fitch, Volcom, Element, American Eagle, Hollister y muchas que encabezan las listas de los más deseados, y muy al acanze. Es una lista extra-large.
Dejamos abierto el caño del dinero, en vanidades que necesitamos. Se creó y todo lo creado debe servir para algo, para identificarnos, para darle vida a la ropa NO ELLA A TI. La moda es eso, una prenda, un pedazo de tela, un accesorio, una iconografía de lo que somos. Pues somos lo que vestimos. Estoy violando las leyes de la belleza interior, pero seamos honestos, que bien se siente respirar el olor a nuevo de un buen traje, arrancarle la etiqueta y si no lo gritas al menos murmuras “Al fin mío”, “Cuando me lo vean puesto…” y el clásico infaltable “Me gusta. Nada más” en realidad ¡lo adoras!
Estoy hablando de nosotros los hombres.Vamos, sean honestos, son tan cuidadosos como las mujeres al momento de seleccionar una camisa, que si tiene rayas, que si se me queda entallada o suelta, en fin de todo un poco. Para los más serios, siempre se guardan los comentarios para el espejo en la privacidad de sus respectivas habitaciones. Esta regla se aplica a todos.
La cultura popular ha cambiando tanto, para bien de todos aquellos reprimidos que veían a la moda con desdén sin afinidad alguna. Ya no es la mamá, quien elegí que color combina con cual, ya no mas los peinaditos al costado y la corbatita moño. Nació la metrosexualidad y está bien, no debemos temerle sino tomar ventaja, pues las mujeres quieren ver hombres atractivos, fascinantes y hasta seductores. Adiós a la monocromática del guardarropa masculino, ahora la paleta pinta más de ciento un estilos, desde los clásicos y minimalistas hasta los eclécticos, bohemios, fresh surfers, étnicos románticos e informales con mucho rock n roll. Que se respire ante todo el estilo en complicidad de la personalidad. Eso si es un must y por lo tanto algo que estará siempre in.
Desde el último cabello rebelde que se somete al gel, hasta los que dan la cara por la integridad del cuidado personal, los zapatos. Todo debe girar en un solo eje. Basta de privarte de una boina o de un cinturón o una gabardina. Deja de apostar por lo seguro ¿No te aburres? Píntate de descaro, ten los pantalones para usar lo que te venga en gana, eso si, sin pisotear las bastas. Ten la desfachatez de presentarte a la cena con una camisa fuera del pantalón pero con una corbata ultra delgada y un blazer que te arme la noche. Metete un trip desde el retro al vintage sin pasaje de regreso, al menos no esta temporada, viaja por las rutas del pop art y los góticos contemporáneos.
Avanza siempre a paso firme, caleidoscópicamente, mesurado, seguro, sofisticado y muy decidido. Hombre ponte bien los "esos que ponen las gallinas" y déjate de gilipolladas. Y tu mujer dale silbidos de vez en cuando para que sepa que acertó. Ambos contemplen la moda como una herramienta para sacar lo mejor de su física humana. Pero no se emboben por lo superficial, no olviden que sin ustedes dentro de esas telas son solo eso. No dejen que el impacto de una prenda os opaque. La moda es efímera, pero el estilo es real. Soy un fashionista y las tendencias mi catarsis. Es de sabios enmendarse y me declaro oficialmente bruto si me equivoco.
#G
Anoche, Gercar lo dijo
bueniiiiiisimo !!!
ResponderEliminarme encanto!