sábado, 22 de enero de 2011

ELLA SE LLAMA...

¿A que se rinde sin ninguna queja mis latidos? ¿A que se doblega mi alma cada vez que intenta estar triste por cualquier acto contraproducente? La respuesta en la última línea. Es algo que se respira, se ve en los ojos cerrados y se siente solo si empiezas a utilizar tu esencia y no tu cuerpo. Es más una fuerza que penetra tus sentidos y no te deja indiferente, ¡NO! No es amor. Porque el amor, al menos yo no sabría definir…aun.

Es una línea ultra fina que se mueve en el aire pero no lo ves, afortunado tú, si le das el valor que posee, y lo usas para animar el humor. Es frió cuando tienes calor, y muy cálido cuando te sientes atrapado en los escalofríos de tu interior. Lo bueno, es que tiene tantas formas de golpear tu corazón y hacerlo cantar. ¡No! No es la vida. La vida no se explica, solo se vive hasta el segundo más insignificante.

Es un pedazo de ti, el que se desprende de tu cabeza y cae ante tus ojos para contemplarlo una vez, pues esta fuerza tiene el don de transportarte a imágenes vividas que pueden ser eternamente reproducirlas en tu mente y en tu boca. Puede darte lágrimas en los ojos si deseas de alegría y si  prefieres de tristeza. ¡No! No es la memoria. La memoria  solo es capaz de abrir nuestros ojos a nuestras vivencias del pasado  y solo contemplarlas.

Es sana, te hace fuerte cuando te alimentas de su nutrientes intangibles pero bastante efectivos, pueda saciarte de vitalidad y respirar cada vez mas vida mientras oyes las ordenes de la naturaleza. ¡No! No es la salud. La salud se cuida pues es maravilloso sentirse vivo, con ganas de saltar sin importar si abajo hay suelo.

Puede desgarrarme en fragmentos, pizcas de malicia y vileza. Hacerme sentir una gota abandonada en el medio de arenas movedizas, buscando espejismos que me hagan delirar para eludir el ardiente que arriba flamea. ¡No! No es la tristeza. La tristeza es un estado de ánimo que debería ser extirpado de todos los corazones, sin retracciones.

Desequilibra la monótona existencia en que los individuos subsisten, y los hace vociferar a garganta seca, arrancarse los pelos sin importar si son solo canas; y brincan sin cesar hasta que  el susurro enérgico se agote. Y sudamos hasta las últimas consecuencias en una exquisita complicidad reuniendo todos los mismos requisitos. ¡No! No es el alcohol. El alcohol, es un mal necesario pero  maldecido al día siguiente, cuando solo quieres dar vueltas dentro de tu cama con mil aspirinas en el esófago.

La consumo como al pan, la siento como el agua de la ducha sobre mis cimientos. La veo como las nubes que me esconden al astro rey. Entiendo su lenguaje y lo hablo en voz alta o en lo callado de mi mente, puedo olfatear su rastro  que penetra sin compasión en mi sistema, hundiéndolo en una dependencia de vida o muerte. Ella es todos los secretos que mi oídos cotilleros quieren recibir, todas las palabras sin sentido, ella puede darles armonía, ritmo, lírica; haciendo la poesía más sencilla sin perder el arte al expresar. Ella se llama música. 

#G
Anoche, Gercar lo dijo

Fotografía: Gercar PhotograG https://www.facebook.com/gercarphotograg?ref=hl

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