sábado, 30 de junio de 2012

1RA PARADA :: LA COMUNIDAD DEL TAMBORCILLO - ILLUSIONS EXPRESS



primera vista, todos creen que pensar a diario en esa persona es suficiente para decir “estoy enamorado”. No es verdad, obvio. Pero que sucede cuando tienes 12 años, estas en el colegio y vives en un mundo que no está listo para ti…

Los adultos a veces creen que los niños son estúpidos y que pueden engañarlos con cualquier juego de palabras. Ellos solo piensan en lo que creen que es mejor para ellos, y jamás se han detenido a pensar que es lo queríamos realmente. Nos programan el microchip para ser "buenos, exitosos y muy ricos" y nos preguntaban ¿Qué quieres ser de grande? En vez de decirnos: “Sea lo que seas te querremos igual”

Y nosotros de niños podemos quererlo todo hasta lo imposible. Queremos cambiar el mundo y es mágico sentir eso. Pero lamentablemente crecemos y llegamos a la adolescencia. Todas las expectativas de que todo sería bonito y color de rosa van tornándose negras y ácidas.

A esa edad empezamos a girar la llave para abrir la cajita de pandora y poco a poco nos transformamos en todo lo que odiábamos de niños.

Pero también suceden cosas muy tiernas, inocentes y tontitas. He olvidado muchas primeras veces pero jamás podré olvidar mi primer crush. La primera gota de baba chorreante que rebaso mi boca deslizándose por mi labio inferior mojando mi corbata y camisa escolar. 

Eran inicios de la secundaria primero de media y el 2001 comenzaba con pantalones acampanados sacados de "fiebre de sábado por la noche", shakira se volvió rubia y cantó en inglés, sonaba en las radios Britney Spears, Aguilera, una Madonna aun dando que hablar y harta boys band. 

Estarán de acuerdo conmigo, que a esa edad siempre volvemos una religión ese sentimiento inmaduro y precoz que sentimos por nuestro primer amor. Todos tienen deseos de hablar de esa persona que ocupa por el momento el 95% de tus neuronas. 

Mis oídos de esa edad no son los mismos de ahora, pero inmerso en el recuerdo su voz viene a mí en formato mp3, muy melodiosa, medio ronca pero armoniosa, digna de un grammy y doble disco de platino. 

El colegio (#Aww #Ajj) , dicen que nunca olvidaras esa época maravillosa (#YoSi). En mi caso tengo amnesia selectiva. No me agradaba mucho, pero la rosa en medio de tantas espinas y hierba mala, se llamaba Carlos. Chico de la banda, tocando el tamborcillo, haciendo bailar las baquetas en sus manos. Haciendo de sus ojos verdes muertos en pardo un juego de brillantes de 14 quilates echando luces que alumbraban su espectáculo burlesque en plena formación de cada lunes por la mañana. Sus dedos parecían dos varitas que convertían el golpe en música al instante. Yo miraba idiotizado lo hermoso que se ponía cuando fruncía el ceño mientras la concentración lo poseía entero. 

Algunas personas creen que el saxo es el instrumento más romántico, sin embargo para mí era otro, uno menos armonioso, menos lirico, más estrepito. El tambor se había convertido en mi juguete favorito remplazando al piano, desde que entré a formar parte de la banda escolar. Empecé por lo básico, solamente sabía que aquel cuero de animal se golpeaba a sangre fría con dos palitos. No sabía ni podía hacer el redoble, ni el ritmo de marcha, nada. Para mí era pasar talleres de manera fácil y huevera. Pero pronto las clases de música tendrían un nuevo sentido... 

Entonces se rompió el cielo, y cayó este arcángel de piel trigueña, como si fuera musa que no tocaba el arpa pero hace del tambor la melodía oficial del Edén prometido. Mi mozo corazón por primera vez en su vida sintió el recorrido de una sustancia más dulce que la sangre con glucosa recorrer su estructura. El primer latido que mi cuerpo desató fue para el. Nunca antes había sentido estas ganas de ver a alguien como quería verlo a él. Pero de ángel solo la cara porque por el contrario, el era presumido, egocéntrico y malvado, sus ojos acaramelados, eran una dieta diabética para todos aquellos como yo que debían resistir comérselos. A veces tuve la sensación que era medusa, si lo miraba a los ojos me convertía en piedra, literal. 

Yo por él nunca sentí algún deseo impúdico ni lascivo. Todo lo contrario, para mí era como una melodía de piano que se aparecía en mis partituras. Mientras avanzaba el año, más miedo me provocaba tenerlo cerca. Pues era muy impaciente y malhumorado. Yo tenía que aprender el ritmo del tambor en breves instantes, no tenía más tiempo, el desfile era en un mes y si no me lo aprendía, repetiría el curso. 

Y el no mostraba ni el más minúsculo apego y disposición a instruirme, muy a pesar a que el maestro de música prácticamente se lo imponía. El solo nos decía (a mí y al otro aprendiz); practiquen el redoble en todas las superficies posibles, no necesitan el tambor para aprender eso. Y luego se iba. 

¿Me había enamorado? eso creí. Comencé a segregar mucho cariño sin fundamentos hacia el. ¿Por que? No lo se, lo único que tenia claro a ciencia cierta es que cada vez que me lo cruzaba por casualidad o adrede, el mundo declaraba la paz en todas sus naciones y yo subía a las nubes solo para verlo caminar. ¿En que momento bastaría mirarlo para empezar a tener algo con el? Yo seguia alimentando esa ilusión con cantidades industriales de falsas esperanzas. 

Yo practicaba al pie de la letra. Pues ya estábamos a mitad de año y conocí más y más a este chico, era malhumorado fácil de irritar sin embargo me encantaba. 

Lo gracioso del hecho de que el me gustara es que nunca se lo conté a nadie, pues en esos años yo no tenía muchos (cantidad cero) amigos en el colegio, siempre fui la oveja negra ( o rosada) de mi salón ( por no decir de todo el grado).

En mi clase había esta chica gordita que también le gustaba la misma persona que a mí, y solo me dijo una cosa que quizás no debí de hacer nunca: “consíguete su teléfono". Obviamente ella no sabía que a mí me gustaba, nadie nunca supo nada de mí a ciencia a cierta. Pero él a la gordita si la trataba bien, entonces yo también quería al menos ese tipo de trato pero era como si el supiera que a mí me gustaba él y por eso me rechazaba… pero entonces porque nunca me acuso de nada… bueno esa es una teoría que jamás sabré si fue cierta o no.

Pensé que la única manera de acercarme a él era mediante la gordita, y decidí ayudarla a conseguir el número de su casa (nadie en ese tiempo tenia celular) de esa manera no solo la ayudaba a ella, yo también me ayudaba. O eso pensé... 

Cada fin de semana se juntaba toda la banda a ensayar, ensayos a los cuales yo no asistía, porque la pereza hacia un manifestó coloso y titánico que no me permitía levantarme temprano los sábados. Eran por grupos, los sábados de 9 am a 10am la gente de instrumentos de viento, trompetas, clarinetes, saxos, trombones, tubas y derivados. De 10am a 11 am liras, panderetas, bombos y napoleones, y finalmente los tambores, o sea nosotros. El, yo y el otro aprendiz. 

Escuche que él iba desde las 9am porque se tomaba muy en serio el tamborcillo. Y practicaba solo. No le gustaba ser interrumpido. Era maniático, y tenía sentido todo cuando escuche que tenía una banda de rock y el tocaba nada más y nada menos que la batería, inclusive compro un par de baquetas doradas. Cuando llegaba el turno de los tambores llegaba el otro aprendiz y el le dedicaba escasos 3 minutos luego seguía su ensayo en solitario.

La comunidad del tamborcillo, así se bautizó el mismo al grupo que ensayaba los sábados el otro practicante empezó a ganarse el respeto de él y cuando yo llegaba los encontraba conversando amenamente y dentro de mi seguía pensado ¿Por qué conmigo no quiere hablar?  ¿Sabrá que le gusto? dios mío... ¿Se habrá dado cuenta? ¿Sera que no debo seguirlo todos los días hasta el paradero a la hora de la salida? prácticamente era su sombra, a cualquiera le molesta eso y más si un chico sigue a otro.

Finalmente gracias al profesor de la banda que tenía todos los datos del alumnado, conseguí su número. Se lo di a mi amiga pues ella lo quería pero obviamente yo me también me lo quede. Y no sé de dónde me crecieron las pelotas para llamarlo. 

No debí hacerlo pues hizo que mis 12 años de  vida se rompieran en mil pedazos de vergüenza. Cuando contesto el teléfono le dije quién era y que me sentía presionado por aprender a tocar el tambor. Su voz se notaba incomoda y muy molesto, como alguien se atrevía a llamarlo para algo del colegio,  mi voz se entrecortaba y él solo gritaba "No te escucho, HABLA MAS FUERTE!" 

Todo se puso en blanco y negro sobre todo mi mente, es ahí que me di cuenta que había llegado tan lejos como para quedarme callado. Y le dije intimidado y hundido en mí con la voz más quebrada que un llanto de sepelio. “Me enseñas a tocar como tú” le dije porque no se me ocurrió otra explicación a porque había llamado a su propia casa! y lo peor como explicar de dónde conseguí su teléfono... 

Él se quedó mudo, un silencio que sentí incrédulo y peor escéptico, luego de  un largo rato no colgó, seguía mudo hasta que creo haber escuchado que masticaba cereales, luego dijo” ok, mañana lunes, te enseñare”.  

El lunes llego y yo llegue a la formación matutina tarde y más rojo que una botella de kétchup. Dios que he hecho, debo ser la persona más estúpida del planeta. Baje con el tambor y me puse a dos personas detrás de él. El tocaba y tocaba y yo miraba y miraba. El rojo de mi cara no se aminoraba ni depreciaba. 

Cuando acabo el himno nacional se acercó y me dijo “la próxima vez que quieras que te enseñe algo, levántate más temprano los sábados y no me estés llamando por las huevas” (en verdad dijo una cosa más fuerte). 

Y asi fue, su mal carácter incremento conmigo, murmuraba son sus amigos sobre mí, yo entre en pánico por ser descubierto, mi amiga que también tenía su número se burlaba de mí y me decía a escondidas "te gusta te gusta teee guuusta". Yo quede censurado a verlo a la cara por el resto del año.  Nunca más le volví a dirigir la palabra, falte a los ensayos, formación escolar, eventos, evite a toda costa cruzármelo pues no quería que hablara mal de mí y se descubriera que me gustaba. 

Desde ese día supe que odiarle era una solución lejos de mis posibilidades. Ignorarlo casi inasequible. Dejarla de quererlo… simplemente era ficticio. Tenía 12 años y aun así sentí que nací para quererlo. 

Ese fue mi primer No. La primera decepción amorosa. Una primera vez que no olvidare. Porque fue dolorosa, no solo porque no se me permitía expresar mis sentimientos tan libremente sino porque esa persona fue cruel conmigo. Y eso que solo le pedí que me enseñara lo que él sabe, ni siquiera declare que me gustaba. O sea si hubiera hecho eso, quizás, me habría golpeado o algo peor.

El y su rechazo perforaron mi pecho y me atropellaron como un bus escolar. Y quede en el pavimento de la desilusión. 

Con el tiempo se fue esfumando. Y lo peor de todo en ese tiempo yo no tenía a quien acudir a contarle lo que me pasaba, nadie lo entendería. No tenía amigos de verdad y sentía que el mundo estaba en mi contra. Me hacía feliz en esos días solo pensar en lo bonito que hubiera sido que él me dijera SI. Pero los ecos de ese NO, me atacarían por las noches en una pesadilla en la que sus baquetas se transformaban en cuchillos de Freddy Krueger. 

Evidentemente el tiempo hace su trabajo con buenas indemnizaciones. Pero aun así mi sangre entra en coma y siento que le da un paro circulatorio frio cuando ve que se avecina la soledad posándose y negándose emigrar a otra coordenada. 

Las ilusiones son esas cositas brillantes que nacen en tus ojos cuando ves a esa persona que te gusta y son esas mismas lucecitas lo que te crean escenarios fabulosos que no son ni serán realidad, por eso son más peligrosas, tanto como un expresso a toda velocidad y mi corazón atado a las rieles. 

En el 2001 comenzó este paseo por las ilusiones que pensé era enamoramiento. Y con ese primer NO nació una maldición que ha seguido conmigo hasta ahora. Ilusionarse de lo imposible ha sido mi estilo de vida, aún hay más estaciones donde este tren hará una parada y cada una siempre dejando una lección que hasta hoy me cuesta aprender.  Pero también aprendí que si hay algo peor que un NO, es no poder compartirlo con nadie.


#G
Anoche, Gercar lo dijo


lunes, 25 de junio de 2012

DESPIERTA CUANDO PASE EL TEMBLOR



¿Nos consideremos supervivientes? Esa es una pregunta mas difícil que alcanzar el codo con la lengua.  Algunos hemos salido ilesos ante tanta tentación, otros no. A otros nos encanta hacer el rol de víctima, porque creemos que nuestra vida es la telenovela de las 8 y que “al final” seremos felices por siempre... WTF! La tentacion y la falsa esperanza son las victimarias. Ante incendios de lujuria, terremotos que abren grietas en el pecho y tsunamis que inundan de lágrimas nuestras ilusiones, ahogando la logica... Despierta you stupid Bitch!!!

Por mi parte he salido herido, sobretodo  mi cabeza  que dislocada parecía un helicóptero sobrevolando la zona del desastre, la zona donde perdí mi corazón que exploto fuera de su caja. La vergüenza ruborizo mi cara al punto de enterrarla bajo la tierra como un vil avestruz.

Let's face it... Somos mortales y tenemos el privilegio de equivocarnos y no morir a la primera. El deseo tentativo y la ilusión falsa fueron mis peores enemigas. Ellas son las culpables que mi estabilidad sea la de un trampolín inquieto donde cualquiera puede zambullirse en mi piscina. El deseo me come vivo cuando estoy en el campo de batalla, me dejo derrotar. Pero más bruja que el deseo tentativo es la ilusión, esa sí que es una bastarda hija de pvta.

Yo lo sabía, lo sabía todo el tiempo.  La ilusión ha sido toda mi vida una estúpida p3rra maldita, así es. Siempre me ha sido indiferente. No donaba si quiera ¾ de su mirada. Mucho tiempo pensé así: “Por ser bueno y sufrido, tendré el cielo en la palma de mis manos, jugando con los ángeles y querubines como si fueran mi ajedrez particular”.  Si pues sentí que me merecía algo por tener ilusiones puras…

Pero no puedo culpar por todo al destino. Desde tiempos mitológicos buscamos el amor en lugares sin esperanza. Los escritores hacían cuentos de hadas con finales que ni ellos mismos conocían. Desde que tengo uso de razón me hicieron creer que esa palabra “amour”, francesa parisina solo existía en lugares hermosos. Un sol que se hunde frente a una pareja en el océano.

Esa palabra solo debería nacer y no tener significado alguno. Solo existir, solo fluir. No saber que es. Sin back up o idealismos de lo que es una relación. No tener antecedentes de lo que sera el futuro, que sea lo que sucede mientras vivimos. Debería sentirse no contarse. Debería no tener forma de cuentos de hadas ni final feliz.

No debería ser algo que nos haga feliz, ósea la felicidad es un estado de ánimo, y ningún estado de ánimo duro para siempre. Esa palabra amour…. Solo debería hacernos sentir en compañía.  Insisto, la felicidad está sobrevalorada, solo existen buenos y malos momentos. No debería hacernos dependientes. No debería hacernos sentir como una frenada de carro mal echando chispas de deseo.

Y aunque lo neguemos, todos necesitamos escuchar ese pequeño átomo de voz interior que nos dice lo correcto. Lo ignoramos, le ponemos el pie para que se caiga en el vacio de nuestros pensamientos no usados. Pues si escucháramos esa voz pequeña quizás haríamos menos teatro y de lejos el ridículo. Todos tenemos eso; necesitamos  escuchar ese grito. Sentir que puedo besar cualquier rana sin necesidad de convertirse en el amor de nuestras vidas.  Caminar como un egipcio, así de recto sin mirar a los costados  y no sumisos tras alguna cleopatra indiferente. Divertirnos sin pensar que los siguientes labios serán lo que besemos eternamente. Ósea relax. No hay que tomarnos a todo el mundo en serio.
Pero cuando llegue. Dios, protegerme, porque ese día perderé toda libertad. Nos arremete, posee nuestro cuerpo y habla por nosotros. Nos paraliza, nos envenena, no encadena hacia otro ser humano. Nos pone miles de luces cegadoras. Nos descubre todos nuestros puntos débiles y los presiona para tenernos bajo su voluntad tanto en la tierra como en el aire donde flotan todos esos idiotas que se enamoran con la ilusión y no con la realidad.
Tomamos decisiones, nos hacemos hábiles en el arte de mentir. Algunos lo pensamos mucho, pues es mejor no enamorarse. Es mejor no caer en el tablero de un musculo cardiaco que nos hace trampa en cada latido. No porque seamos fríos, sino porque no queremos tener un desenlace fatal.  Porque si entregamos todo y quedamos sin nada, será la peor sensación.  Incluso pasara por nuestra mente decisiones fatales, y pues aunque no nos guste la muerte es una solución rápida y aquí queda, pero esto, el dolor del abandono, puede durar por siempre.
Y  si somos “felices”, y finalmente lo hacemos. Lo entregamos todo, nos entregamos, solo felices, no nos importa dejar todo en la cancha, all in. Y esos momentos dura un período luego cambian y evolucionan pero lo tienes ahí está. No hay garantía que todo será color de rosa. Ni que la mariposas migraran a tu estomago para hacerte cosquillas cuando estés triste y abandonado. Es un risky business, man.
Pero cuando se va… que queda. Es eso lo que queremos evitar. La partida. En verdad piénsenlo… ¿Qué nos queda?  ¿Arrepentimiento? ¿Sonrisa de imbécil por los recuerdos? Qué bueno fuera. Créanme, muchos donan su cerebro y dejan de razonar. Muchos tienen trasplante de corazones para bombardear más de ilusiones el cuerpo y sobreviva.
Esa palabra, amour, ha viajado desde Paris a todo el mundo. Y ha cambiado de personalidad. Ya no se trata de morir por alguien ni dejarlo todo por alguien. Es aprender de alguien, comprender y desahuevar a alguien cuando se lo merece.  No quiero alguien que me trate como un rey, dándomelo todo en bandeja, ¿Donde esta lo difícil en eso?
Como una reina una vez dijo, pero le puse un poco de lo mío: “Si encuentras a alguien que te hace ver todo bonito y crees que eres feliz por siempre, las 24 horas del día y los 7 días de la semana, años bisiestos y siniestros, es mejor que le pongas primera segunda y quinta velocidad y salgas corriendo de ahí. Porque la verdadera persona que nos quiere, nos hará gritar, enojar, enfrentar nuestros errores y nos hará sentir como el peor de los bastardos cuando hemos metido la pata hasta el subsuelo. Nos enseñara más cosas de la vida que no hemos querido ver, maduraremos con esa persona. Esa es mi definición de la persona correcta. No quiero otra cosa más que eso, si eso no es amour… entonces no lo quiero. Porque cuando pase el temblor, es la única manera de sobrevivir.

#G
Anoche, Gercar lo dijo


sábado, 23 de junio de 2012

2:30 AM Y NO LLAMAS



Son las 2:30 de la madrugada de un sábado después de un viernes nocturno. Estoy boca abajo tratando de buscar entre las plumas de la almohada algo de sueño. No lo consigo. Te pienso, te pienso te pienso tanto que se me cae el cerebro y me olvide como dormir.

Junto a mí como un amigo sin vida, pero con toda mi vida en sus manos (en las mías) está el teléfono, esperándote, esperando tu música para que llene de ruido mi habitación que se ha oscurecido de tu ausencia.

No suena, no suena, no suena, y yo no sueño. Te llevaste tus acentos y susurros contigo dejando mi teléfono con tu llamada que no llega. No suena.  Me hago el dormido pensando que de manera inquieta y coqueta te asomaras mediante las infinitas líneas y cables audio parlante que recorren todos los kilómetros incesantes de un extremo al otro en todo el mundo.

Estoy seguro que formas parte de esa telaraña gigantesca y que si no llamas es porque te quedaste atrapado en la misma. Y yo quiero escucharte. Quiero saber que esta película en blanco y negro que estoy viviendo pueda tener en algún momento algo de calidez. ¿Por qué no vienes y coloreas mis lienzos?

Te cuento que ya tome varios vasos de agua, me he sacado todo el gel del cabello,las medias, me he puesto mi pijama favorita (mi ropa interior), las cremas. En mis ojos puse gotas para el ardor, en mi boca pastillas y píldoras para seducir al sueño y venga en mi conquista. 

Me paro en medio de la noche que aun es noche, para ir al baño. Ahí el espejo me entretiene con sus historias de autoestima y me hace muecas para perder tiempo.  La luz absorbe mis pestañas porque las deja ciegas. Y el ring ring sigue en mi lista de espera.

El tiempo pasa más lento que nunca, dejo el reproductor encendido con electrónica muda para que me embarque a un viaje aquí nomas cerca. Mi cenicero está a punto de demandarme por mi desmesurada costumbre de aventarle todas mis mermas cigarrillescas*.

La aguja golpea cada número y los minutos parecen horas con tiempos extras.  Este partido lo estoy perdiendo. Mi teléfono no habla, está muerto le falta vida, tu vida para salvar la mía.  Le puse goma de larga duración a la palma de mi mano, me endeude con la compañía telefónica para que no me falte nada al momento de contestar. Pero tu respuesta se ha quedado a la deriva buscando su puerto de noche de día.

Te quiero, pero quiero que me llames. Quiero que me quieras, como yo te quiero. Una forma fácil de salir de un laberinto es verlo desde arriba, ese el problema, estoy a tus pies.  Estoy en la parte baja de un gigante que no mira a su pueblo de población diminuta. Yo rasgo tus oídos con mi voz de grillo y por eso no me escuchas. Y la llamada sigue dormida, más dormida que mi sueño. Yo no tengo planeado irme a dormir sin que ese aparato tecnológico vanguardista y pirotécnico me silbe con tu voz.

Un método para que esta fantasía de un paso a la realidad es que saltes en ella. Compartir es precioso, pero tienes que hacerlo con tu sangre, piel y huesos. Cocernos con las mismas venas y pilotear los mismos nervios. Ser uno. Déjame ser uno contigo.

Quiero pensar que tu día estuvo lleno de inconvenientes. No juegues con algo que puede hacerte feliz  de por vida, mi fecha de caducidad vence cuando tu des tu alma a la divina comedia de la muerte. No creo que quieras que piense mal de ti. Pues yo creo que tu quieres pensar mal de mi. Al final ambos pensamos todo lo contrario a lo que deberíamos pensar. Por eso una llamada puede hacer nítida esta niebla.

Ya estoy escuchando a los búhos, estoy viendo vampiros, salen los zombis a caminar y comer entrañas. A esta hora las criaturas nocturnas toman la ciudad. Y yo pertenezco al día con tu nombre. Pero el teléfono no suena esta al costado de mi almohada y se niega a hablarme mediante tu voz. Es inaudito, no he perdido el control aun pero estoy a punto de caminar por los tejados hasta llegar a tu nido y vigilar tus sueños.Ya no tengo frio, ¿Donde estas sueño?, la culpa = tu espera. El sol empieza a arrinconar a la luna y ésta antes que la empuje se retira voluntariamente.  

Yo finalmente empiezo a sentir dos bolsas de cemento sobre mis parpados. Son las 4 am casi las 5 am. Mis sabanas cual tentáculos tras su presa me amarran a su lado. Estoy a punto de perder la consciencia, pero entonces sucedio... sonó.  Ring ring

Corró hasta la mesa de noche donde avente el teléfono de la furia, y mi sonrisa crea un nuevo sol que amanece junto al otro. Miro la pantalla y que crees, eres tu finalmente. Después de días, meses, horas, semanas, tu llamada está en mis manos… ¿Debo contestar?

Profunda meditación, ¿Vale la pena que conteste su llamada que espero años luz? Antes de Cristo fue que le di mi numero, y recién ahora piensa que puede comunicarse...Mande señales de humo, envié chasquis, telégrafos con SoS, cartas, hasta que evolucione y todas las llamadas eran perdidas.  

Ahora después de todo el tiempo perdido, llama. Mi mano toma el teléfono y lo acerco a mi boca… estoy a punto de balbucear, tomé aire y…  listo. Como un gatillo presione el botón...

Tuhhh tuhhh tuhhh Colgué. Ubique el modo “silencio”, voltee el teléfono y mientras lo hacía seguí. Lo deje lejos de mi cama y me fui a acostar. Busque mis gotas, los narcóticos y puse la música baja pero penetrante. Desde aquí podía ver como seguía parpadeando la luz rojita. No puedo, no debo contestar.  El silencio habla mejor.

#G
Anoche, Gercar lo dijo



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jueves, 14 de junio de 2012

COMO VER MAS ALLÁ DE MI NARIZ




"Espejito espejito quien es el que está en el otro lado de tus vidrios, no lo reconozco. ¿Soy yo?" ... Me rindo. Y no por cobarde o carente de entusiasmo,  sencillamente me aburrí de ser fabricante de babas, arrastrarme y ser salado, como un caracol mendigo. 

Me he dado cuenta que el resto de mi existencia tiene bastante glitter resplandeciente, y no puedo dejar que mi pasado me enganche a un pensamiento totalmente dependiente. Debo sujetar esos grilletes de las piernas, y ponerles camisón de fuerza a mis brazos, antes solían ser aun más cariñosos y se repartían como plegarias al cielo que nunca escucha nuestros lamentos escasos. Por ende se acumulan en algún muro o alguna figurilla santa de alguna parroquia, donde el agua bendita me quema.

Todas las oportunidades que se me presentan son perfectas. Pero me hice el disimulado pretendiendo estafar a mi destino que siempre me mueve a su antojo por los cuadraditos blancos y negros de la vida infinita. Me siento como un caballo al cual le patean para avanzar, incapaz de crear movimiento ligero y saludable. 

Aprendí con látigos, ligas y resorteras que llorar es el verbo más inútil y doloroso; y si no tengo más alternativa lo mejor es hacerlo a solas. He repasado el video de mis errores y la protagonista del film es la misma piedra, pero tranquilos que ya la despedí y la deje en la calle. Ahora estoy en mi etapa de Asgard, frio no solo de sentimientos si no también de sangre. 

Mi segundo trabajo es analizarme, y el primero a tiempo completo es tomar la vida como viene y no idealizarla. No imaginar que puedo viajar al extremo del mundo sin pasajes de regreso. Lo cierto es que cada vez mas mi insensatez me traiciona.

Como hemos cambiando, como he cambiado. No me reconozco, ayer mismo delante de mí estuve hablando y no me reconocía. No había dudas en mis palabras ni titubeos en mis gestos, oí seguridad en mi voz y fuerza en la entonación. 

Ahora arriesgo todas mis monedas, ya no me guardo nada. Me he vuelto un poco más descarado en mi carácter porque no pienso que ningún camión con cara de falso amigo me atropelle o pase sobre mí impune. No le rindo tributo a ningún mortal. Y tengo fe solo a mi padre muerto que de alguna manera lo considero mi único vinculo con esa "fuerza" que nos trajo al lugar donde nos encontramos ahora.

Las rosas ahora huelen frescas en mis campos. El sol sale de día y de noche. De vez en cuando sin ninguna lógica de por medio, siento temor, miedo a que todo mi cambio se vaya por el desagüe de una tina sin tapón. Se me eriza la piel y los poros solo de pensar que toda es suerte, y pues la suerte muchas veces te abandona. Temo creer que recaeré en mi debilidad.

Que el tiempo se detenga cuando tenga que estar en lo más alto, porque de ahí veo todo de ahí gano a cualquiera. Que no me de vértigo mirar hacia abajo porque una caída es buena cuando te mareas por las nubecitas divas que pueden nublar tu cabeza. Llevo dos paracaídas en caso de auto-elogio intensivo automático.  Si sufro de una fiebre egocéntrica, tengo las agujas perfectas en mis bolsillos y la realidad. 

El amor ya paso a un pequeño apéndice de mi corazón, no lo necesito para funcionar. Ahora ya no. Antes mis venas habían despilfarrado sangre indiscriminadamente por cualquier persona que en su 99.9% no valía la pena. He dado todos mis huesos por intentarlo y siempre salían mermas y polvos que lo único que hacían eran provocar alergias a las personas que me he cerraban sus puertas en mis narices.

Lo único que me queda es construir torres altas y doradas que me protejan de mi vejez y me alimenten con pan de oro y vino tinto. Lamento que lamenten leer mis lamentos, pero toda esta flema de furia tenía que expectorarla de mi garganta. Me siento pluma en la espalda y arena de mar, indetectable.  Si alguna vez pierden el camino, no dejen migajas de pan para regresar sigan mirando hacia a donde apunta la nariz. 

#G
Anoche, Gercar lo dijo