El lugar de siempre la gente de
siempre. Y yo solo me preguntaba ¿Cuántos corazones rotos habrá en esa pista de
baile? ¿Cuantos rechazos se habrán escuchado esta noche? ¿Cuantos otros
encontraron su próxima víctima para una noche de sexo sin compromiso?
No tengo un app que calcule los
grados de alcohol en mi cabeza. Pero mi
termómetro de adrenalina y diversión esta en fiebre de 40 en punto. Estuve lleno de
energía y con ganas de cagarla. Cada célula en mis piernas pedía baile y algo mas...
Pero el tiempo es solo un factor, aunque dicen que lo borra todo, la verdad es que no le ha restado nada a mi obsesión
de conocer a la misma persona de todas las noches del sábado. Cuando menos lo
pensé al voltear mi cabeza lo encontré y mi mente reconoce cuando se equivoca y
una vez mas no me equivoque, él seguía igual de irresistible que la última vez
que lo vi.
"Baby face" asi le digo. Piel sedosa, labios
suave y rosa que hasta el sol de hoy no he probado. Inocencia que proyecta un rostro que no mata
ni una mosca, que no rompe ni un plato, lo único que rompe es corazones. Las apariencias siempre engañan.
Lo curioso es que es un whore boy con cara de sweet boy. No pude evitar
seguirlo cuando se movía de ubicación, como si yo fuera un pacman tras su rastro o
como un gps que sigue su destino.
La atracción es un arma mortal
que cuando dispara te deja herido. No puedes escapar al encanto maligno de ese
chico que no sabe que existes, pero aun así quieres creer que te gusta tanto que mágicamente
puedes cambiarlo.
Porque nos ponemos necios y
queremos tener eso como sea o si no hacemos un berrinche. Llamamos su atención como sea y hacemos el
ridículo. Mientras nos embriagarnos en su honor él se burla con sus amigos en
la otra esquina viéndonos bailar sexy para él encima de la mesa…
El alcohol puede armarnos
de valor para ir y decirle lo que sentimos. Y acto seguido somos uno más en su
lista de corazones reciclados para cuando el ego se le duerma y necesite
recordarse a sí mismo que es lo máximo. Rechazados porque ellos se reserva el derecho
de admisión.
Ahí está lo malo
de creer que ellos son dioses. Que tenemos que adorarlos hasta que se nos hagan
polvo las rodillas, y el único polvo que somos es el del sábado pasado y después
no quieren saber nada de ti.
Y cuando pase el tiempo nos daremos
cuenta que fue divertido pero muy estúpido. Y medimos nuestros pasados con
nuestros presentes para saber que tanto hemos cambiado y OH SOPRESA las
diferencias son mínimas. Nunca terminamos de aprender la lección…
Y recuerdo esa noche sucedió tal
como los astros me habían advertido.
Esta vez estaba solo y me acerque para invitarlo a bailar. Un gran paso
para mi timidez porque ¡En mi vida yo he hecho algo similar! Como un amigo
me dijo una vez, que es lo peor que puede suceder, y la verdad es que el “qué
hubiera pasado si” es una oración que no he vuelto usar, así como la moda skater
boy.
Se sonrió y no dijo nada. Mi
angustia se hacía grande pero no quiero demostrar mi pánico al rechazo, no
quiero que se dé cuenta que mis nervios están al rojo vivo esperando su
respuesta. Sera que me quedare callado yo también y me retirare para que él
pueda salvarse de mi pregunta… NO! Yo tengo que seguir. Pero lo único que se le
ocurrió a mi ebriedad fue decirle lo siguiente
“¿Estoy perdiendo mi tiempo?”…
“¿Estoy perdiendo mi tiempo?”…
Baby face, me miro con sus
labios rosa, que parecían la presa de un león y yo tenía ganas de saltar encima
de él y mordérselos. Pero ellos no
dijeron SI ni NO. Simplemente chocamos
las botellas de cerveza en señal de Salud. Y nada más.
Minutos mas tarde antes de irme entendí
porque a veces hay cosas que tenemos que ver para creer. Baby face besándose
con su ex. EPIC. Su ex aun muere por él y quién no. Baby face es la fantasía
del novio perfecto, debe ser que nadie lo conoce más de la cuenta.
Muchos corazones se rompe los sábados
por la noche, muchas veces vamos por
lana y salimos trasquilados, pero es mejor intentarlo y dejar que la leyenda
del “qué hubiera pasado si” no intervenga.
Pero al final el universo se
encarga de todo, y sabe porque pasan las cosas. Cuando ya me daba por derrotado
otros labios aún más rosados me hablaron al oído, "quien es quien será" No lo sé,
no me importa. Salimos casi corriendo del antro. Quien es, quien será… cuando
este sobrio me lo dirá. El taxi camino a casa parece ser solo el inicio de una
hermosa amistad.
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