Anoche me lo gritaba mi
raciocinio ¡Es una trampa! Creo que tenía agua en las orejas o me negaba a
escuchar… pero en el fondo del hueco que
tengo en el cráneo la voz insistía “No vayas no vayas, eso no es queso, NO ES
QUESO” como si fuera un ratoncillo indefenso…. Pero soy una rata terca e ilusa.
Y ahí estoy, con la cola en la ratonera.
No hay escapatoria o si la
hay. De que me sirve querer escapar
ahora cuando ya estoy hundido. Como pude ser tan ciego. Ni siquiera
combinábamos, cualquier crítico de moda nos hubiera condenado por mal gusto.
NO éramos esas dos piezas que encajan. No eramos blanco y negro. No combinábamos
para nada.
No se nos veía lindos juntos. Estábamos
de más en esta masa que gira y gira, es redonda y no plana. Tú no eras para mí
ni yo para ti. Siempre supe pero no hice caso.
¿Qué hacíamos juntos? ¿Para que corrí hacia a ti? ¿Para qué me seguiste la corriente? Si sabias que no ibas a quererme, que ganabas con besarme? Si no hubieras dado ese primer beso, todo
hubiera sido más fácil, escapar hubiera sido sencillo. Pero ese beso me
enveneno con efecto instantáneo y antídoto lento. Fue letal..
NOS deslumbramos por las razones equivocadas.
Creímos que éramos iguales. Que nos necesitábamos. En eso todo estaba mal, estábamos
mal. No basta con que nos guste la misma
música ni que nos gusten las mismas cosas. Eso no significa que seamos perfectos
juntos. Expectativa versus realidad,
ambas eran millones de años luz de diferencia.
Eres un tonto, soy un tonto. Me
deje llevar y tu pudiste detener este avión antes de que despegue a la tierra
donde todas la ilusiones que recién nacen, mueren de la manera más trágica.
Gercar lo dijo
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