miércoles, 17 de agosto de 2011

LENGUAS QUE MATAN


La curiosidad mato al gato  indirectamente. El arma homicida toma forma de vocablo y los criminales parecen ser los más inofensivos del mundo.  Que se le va a hacer. Dicen que es bueno ser curioso, indagar, conocer, investigar hasta encontrar el último detalle, hasta la última silaba. Pero confundir la curiosidad con el morbo de saber mas de la cuenta... estamos hablando de palabras mayores.

 La gente se aguanta el hambre pero no el chisme. Y si no te matan con una pistola te liquidan con la punta de la lengua. Es así, no cuesta nada abrir el pico cacareando hasta las plumas y difamando a la redonda.  Está de oferta tomar un rumor y convertirlo en la miel en la jeta de todos aquellos que no saben qué hacer con su miserable vida. Sencillamente se ocupan de hablar de cada pequeño detalle de la vida del vecino, y del vecino del a lado y  el de al lado, y al lado.

Las orejas se vuelven cornetas invertidas y atraviesan como mágicas las paredes manchadas de intriga de conocer lo que pasa al otro lado.  Y aunque solo se oyen susurros, no importa lo poco o mucho información que obtengan estos depredadores amarillistas que gustan de la sangre fresca de una celebridad o persona natural. El teléfono se convierte en el cómplice sin querer queriendo y se da paso a una larga jornada de habladurías que en un porcentaje considerable es pura mierda.

Y si no es suficiente lo que oyen, se da origen a la costumbre de la antigüedad “la invención”, antipática manía de falsear. Porque no hay nada mejor que especular sobre la vida de alguien que no tiene nada que envidiarte.

Se observan ventiladas por el viento, revistas con portadas en formato de tabloides andantes exhibiendo nuestros peores píxeles. Tomando nuestros deslices como fuente de lucro.  Sin darnos cuenta somos el hazme reír mas in y trendy que se convierte en el must de la temporada.

Pobres aquellas mujeres y hombres que viven a costa de las mermas de los que brillamos y damos que hablar. Colgados como aretes oyendo lo que nadie quiere contarles. Se filtran en nuestros muros como la humedad misma. Parásitos que viven  mordisqueando como pan caliente nuestro pellejo. Pulgas que saltan contentas en piel ajena. Vampiros que succionan, y yo debería decirles “¡succióname esta!”.

Todos los caminos llevan al chisme dicen los mediocres. Yo les digo tomate el más largo para irte lenta y pausadamente a la mierda. Son una manada de asnos que solo patean tu vida hacia los precipicios de la mofa. Su hambre es una dieta balanceada de burlas, envidias y  rencor.

Son outsiders, que ven nuestro mundo con los ojos verdes y de alguna manera se siente excluidos.  Son los no elegidos que venderían la mitad de su sangre por tener una  fracción de la suerte de otros. Son EQUIS garrafales con faltas ortográficas, dibujando blancos en nuestras espaldas para disparar a quema ropa. Son adictos a la destrucción, y se sienten realizados cuando dejan en escombros la reputación de alguien.

¡Ni un paso en falso gente! Sería hacerles el día. Su adrenalina sube a mil cuando nos bajan la moral a menos uno. El chisme corre dentro de una intravenosa que contamina de cuchicheos las más ambiciosas lenguas sedientas de agua turbia, con hambre de devorar cual carroñeros que no dejan ni un hueso.

Agg agg agg y vomito caliente para ellos. Su lugar no podría ser otro más que el inodoro no limpio.  Esos santurrones que fingen vestir santos ocultan su aborrecimiento con la excusa de la religión  “Dios mío porque hace eso” “Ave María purísima que barbaridad, que vergüenza” FUERA DE ACA MONJAS SECAS. Esas señoras devotas de la patraña están tan herméticas que el único “placer” que encuentran es meter las narices donde no deben ( yo les diría que se metan otra cosa ya saben dónde). A falta de sexo, surge la amargura  y por lo mismo la intromisión.

Por otro lado los secretos son  otro level. Es como un crimen perfecto, que si logra ser descubierto adiós intriga, adiós mentira, adiós privacidad. Mientras más sicótica es la cara de la persona que los oculta mas se eleva la cantidad de esqueletos que esconde en su armario. Un secreto es como un virus o una enfermedad que se propaga cuando esta al descubierto. Y no existe nadie que no se contagie.

Todo es una gran balanza, cuando un secreto queda oculto, es como una gangrena que te carcome por dentro. Nos sacan una radiografía de cuerpo entero donde la lengua se muestra expuesta con masas de material denominados: “cold cases”. Sin embargo quedamos expuestos cuando nos delata ese monstruo  del “no puedo más” que hace que soltemos todo en un estallido sin consecuencias.

En mi caso soy un coleccionista por arte, me encanta tenerlo todo bajo control, colecciono secretos. Aunque por cuestiones de flojera y alivianar mi cuerpo de tanto peso, es mejor para mi deshacerme de algunos aunque me sienta incompleto.  Algo se ha ido, pero al mismo tiempo siento  alivio de tener algo menos que cuidar.  Un secreto es como un alce indefenso tomando agua en un estanque bajo el sol africano, y el chisme es un depredador con melena barbará que no duda en cogerlo del pescuezo.

Finalmente siendo un “gossip victim” me resta decir que  las personas chismosas lo son, porque sienten hastió de sus miserables y mortalmente aburridas vidas. Gustan de fijarse en las privacidades de otros. Se sienten importantes o escuchados o tomados en cuenta solo cuando sus labios cuentan detalles escondidos de los demás. Es evidente mi sanción hacia ellas. Son asesinos con el arma más menospreciada de todas. Cuidado con la lengua. 

#G
Anoche, Gercar lo dijo

Fotografía: Gercar PhotograG https://www.facebook.com/gercarphotograg?ref=hl

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