sábado, 13 de agosto de 2011

FABRICANDO UNA CASUALIDAD


Fabricar una casualidad no es muy difícil de hacer, pero estoy en contra de hacerlo. Se necesita una capacidad promedia de manipular las fichas del tablero a tu favor y poder estar cara a cara con el rey (tu rey) y una vez lo tengas cerca arremeter contra él con un jaque mate impecable sin que sospeche que todo estaba armado. Esa es el ingrediente secreto, no levantar sospechas.

Es una eventualidad o habilidad, en la cual se hace uso de todos los recursos humanamente posibles para concretar un encuentro qué a primera vista luce inesperado, oportuno y mágico. 



¿Como es que se prepara este mejunje?

FABRICANDO UNA CASUALIDAD 
Se necesitaran los siguientes ingredientes:

- Una mente embadurnada de ansiedad. 
- Dos cucharadas de Desesperación.
- 900 gramos de ilusión sin preparar.  
- Una pizca de fe. 

- Necedad al gusto.

Preparación: Una vez detectado tu objetivo (una persona que te gusta mucho). Cernir la
 ilusión sin preparar y mezclar con la desesperación; batir a punto de nieve. Previamente calentar tu mente ansiosa a unos 300 grados fahrenheit. Y al final agregar la pizca de fe y necedad al gusto.

Caso

Colín es un amigo,  tímido y algo torpe.  Y estaba enamorado, yo mas bien diría encaprichado con un chico, uno muy guapo y de buen físico. Como buen amigo que soy, siempre lo persuadí de que se olvidara de ese chico porque según lo que él me contaba, no se requería de mucho juicio para deducir que ese chico no quería nada serio con él. Pero no había forma de decirlo así tan directamente. Es difícil decirle eso a un amigo. Ya se lo habían presentado dos veces, y el chico no nunca se acordaba de él, y cuando hablaban, no parecía nada interesado. 

Pero Colin, es terco y creía que solo era cuestión de verlo mas seguido, y se le ocurrió usar la receta antes mencionada, crear una casualidad. 

Siempre espiaba los movimientos del chico, mediante facebook o por amigos en común, y se las arreglaba para ir a los mismos lugares donde su amor platónico estaría. Cuando lo veía, se acercaba a saludarlo pero el chico no pasaba ni cinco segundos con el y seguía su camino. En el cine, en la disco o en cualquier lugar sucedería lo mismo.  Colin era tímido, y cuando estaba frente a él no le salían las palabras ni las conversaciones interesantes, y su actuación terminaba por espantar al chico en lugar de atraer.  

Yo opino que las casualidades deberían ser solo eso. Imprevistos sin la necesidad de creerlas de lo contrario pierden esa magia de la que están hechas. Pierden la sazón de la intervención del destino, y lo fuerzan a hacer actos que luego son irremediables. Con respecto a eso, me mido. Lo que no es para ti aunque lo busques y lo que es aunque te escapes.

La desesperación se avecina hacia nosotros como un toro que embiste y no distingue entre un humano y una pared de concreto; y golpea y golpea hasta dejarnos tercos.

Opino que la casualidad mientras sea preconcebida solo llevara al fracaso. Sin embargo, cuando hay una posibilidad uno tiene que moverse para obtener lo que quiere. Solo si estas seguro de esa señal. 

A mí me paso lo que a Colín, pero a diferencia de él, yo entendí que si algo no tiene raíces no va fluir. Y poco a poco te vas olvidando de esa tontería de fabricar una casualidad. Y esa persona que tanto te gustaba se va haciendo pequeña hasta desaparecer.

Las casualidades fabricadas son un látigo que nos flagela a los que intentamos crearlas. 



#Gercarlodijo

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