miércoles, 28 de septiembre de 2011

EN LA HOGUERA DE MIS VANIDADES


"Uno solo de mis andares colorea lo gris citadino, dándole una fotografía al horizonte que se escurre entre mi mente voladora haciéndome pasear por la nebulosa mas cercana y chic. A estas alturas me siento como el nuevo Cristóbal Colon porque he descubierto el nuevo mundo, cargado de toneladas de prendas que son buscadas en el mapa mundi de las tendencias. En la moda, Septiembre es como un enero, donde las semanas se pintan del inusitado estilo donde todo comienza con un desfile inacabable. El trabajo aumenta para las hadas, duendes, genios de lámparas maravillosas y otros expertos en cumplir deseos. Es temporada de caza-tendencias y la primavera esta a la vuelta de la esquina murmurando colores que se estampan para siempre en las pupilas de las más audaces it girls. Esperemos que esta temporada traiga más que flores. Porque en nuestra grisácea ciudad, los buenos momentos no duran para siempre...

Pero usemos la lupa para ver lo minúsculo de lo bueno y agrandarlo a miles de pixeles. Por ejemplo tomen el taxi más cercano con una sola parada, Fashion Avenue. ¿Donde esta? En ciertos puntos cosmopolitas de la gran gris. Las compras ostentosas le quitan el sueño a cualquier caja registradora que traga y traga nuestras monedas. Es una catarsis sensacional deslizar la unlimited Golden card de papá. Y por supuesto cargar hasta que se te estremezcan los dedos, las bolsas llenas de etiquetas que necesitan ser cortadas y voila.

El olor a ropa nueva jamás se podría comparar con cualquier otro, es como la miel misma que atrae a los osos. Solo fragancias como chanel n°5, the one o quizás a puras luchas el chic de CH podrían emular el éxtasis que produce el “¡Me lo llevo todo!” que hace eco en las fashionistas que rodean los maniquíes más solemnes con una precipitada emoción que empuja a la adquisición majestuosa. No hay lugar para el titubeo. La emoción te consume a fuego lento y de lento no puedes tener ni un pelo (al menos no horquillado).


Ok, admito que hay cosas más importantes en el mundo (aparte de los Gucci shoes), como comer. Pero en este mundo mío, solo podría tener una dieta estricta a base de “banana republic” o “lacoste” entre otras carnes. Quizá Miuccia podría traerme un té mientras observo las vitrinas que a base de sus estatuas androides vestidas de alta costura, hipnotizan mis sentidos y arrastran mi masa humana hacia el otro lado del aparador y no podría evitarlo ni el mismísimo dios. Uno tras otro vuelan por encima del vestidor tallas S y M, junto a chaquetas tweed, estampados geométricos, bloques de colores, cinturones en camel y remeras en cuello V siempre.

Si me detengo es solo para acumular calorías nuevas en cualquier café con aire parisino. Si algún croissant se cruza en mi camino termina en mi plato, cualquier postre con nueces y avellanas es bienvenido a mi mesa. Una vez cargada la energía, pongo primera y hago la siguiente parada. No hay nada en los libros, la Belle Epoque revive en los rincones de mi buen gusto. Donde al más mínimo movimiento estas siendo acechado por un gigantesco microscopio, esperando el mas ligero desliz. El atrevimiento salio a jugar.

Y es que no hay que decirlo con palabras sino con color. Hay que detenernos a pensar, si somos iconos, si somos un ejemplo a seguir, si es que perseguimos la moda o ella es quien nos persigue. Si estuviera en ese lugar solo diría, HOT. Hay que estar alertas, al más mínimo movimiento estamos siendo observados. Os digo a vosotros, somos un altar donde las miradas de cientos de devotos atinan a una inspección de arriba a bajo de cada indumentaria manuscrita en nuestro cuerpo. Cada detalle, cada pedazo de tela es descuartizada en criticas afirmativas por nuestros followers que quedan con ganas de mas al ver nuestras vestimentas adheridas a músculos y huesos que saben como llevar estilo y miles de dólares. Es lo que es, damos rienda suelta a nuestro ego mesurado para inspirar. No hay lugar para el disimulo y arrepentimiento, cuando esos dos estén rondándote busca el hoyo mas cercano y desesperadamente, como un perro enterrando su hueso, esconde ahí tu timidez.


Cuando encontramos a alguien a quien admirar, admiramos el suelo por donde pisa. Observamos hasta su sombra. Le sacamos una radiografía a su look, y por lo tanto a su guardarropa. Se necesita tan solo un gesto o una mueca capaces de iluminar un salón oscuro para caer rendidos. Las modelos lo saben bien, por eso son musas contemporáneas, envidiadas por toda inconforme multitud. Esos cuerpos con languidez curvilíneos que parecen una débil estructura que con un leve soplido puede venirse abajo de la manera más glamorosa. Son las nuevas ninfas en un lago de asfalto y concreto nadando sobre miradas y bocas babosas que se abren desconcertadas anotando en su plagio para imitarlo.


Las temporadas pueden traernos lluvias de accesorios, hojas de revistas que huelen a vanidad. Un sol que brilla con efecto electro convirtiendo al ojo humano en su fiel servidor. Nos regalan aromas que emergen de ese mundo in, al cual muchos desearían tener el acceso que solo los insiders poseen. Aquellos afortunados del cielo empírico del glamour que se convierten en nuestros nuevos Mesías de la vanguardia que reinan ese nuevo paraíso terrenal y los santos visten alas de precios incalculables.


Cuando fallamos somos el hazme reír de todos esos tristes miserables desafortunados que se sienten amenazados, y que nos dan con palo y guillotina si ven el mas leve error. Esas fotos en formato de "raje" son tomadas para ser testigos de un momento clave donde reorientar el planeta de nuestra moda es la salida. Cada Outfit es una historia contada y nuestra misión es contarla de tal forma que quede para la posteridad. Cada década es definida por sus ídolos. Cada imagen es la oportunidad para dejar una huella indeleble en el fashion world. Desde Linda Evangelista hasta Kate Moss pasando por Naomi, Cindy, Claudia, Giselle, Coco, Raquel, y un sin fin de etceteras; todas son una fuente infinita a la cual pueden seguir aventando sus monedas, pues vuestros deseos pueden hacerse realidad.


Ya lo decía Carrie Bradshaw, “En lo clásico y simple esta la elegancia” y si no fue ella entonces lo escuchó de Coco Chanel, la cual debe estar revolcándose de felicidad en la tumba al ver que Lagerfeld está haciendo magia en su casa… Pero mejor volvamos a poner el dedo en la línea del tiempo actual donde aquella que brilla más que el terciopelo es la temida e intimidante Anna Wintour, por favor no se atrevan a preguntarme quien es; si no tendría que exiliarlos de este espacio sideral donde las estrellas son lentejuelas en un vestido de gala.


Todo está listo para un mejor año, si el 2012 decide levantar polvo, tendremos que mostrarle elegantemente el final de la pasarela y arrojarlo a los paparazzi. No pretendo detener mi hedonismo en nimiedades como esa. Roman holidays aguardan por mi y el Moulin Rouge esta listo para girar mi suerte a 360°, Manhattan para recordarme cuanto me gusta tomar un desayuno con diamantes en Tiffany´s el lugar favorito de mi querida Audrey Hepburn la cual dijo que nada malo podría pasar ahí, y le creo; ahí hare mi capsula de supervivencia, donde mis únicas prociones serán, joyas, cash, relojes,y mucho haute couture.


Tengo tantos nombres en esta cabeza llena de gracia, la elegancia es contigo, bendita seas entre todas las tendencias y maldito los jeans con sandalias gladiador y vaqueros, ¡En el nombre de Jesús! EW! Me lastima la retina. Abstenerse wannabes y erróneas seguidoras de la moda que creen que son modelos de Vogue (la Biblia) y se visten tal cual ¡Dios! No lo tomen literal, es arte puro. Don’t you dare.


Universalmente tenemos un lugar en este espacio donde las estrellas son lentejuelas bla bla bla, algunos afortunados lo tienen en las pasarelas bla bla bla, otros en el callejón. Pero no importa si usas piel o trapo sucio, si lápiz de labios YSL o un brillo de cincuenta centavos. De pie el ánimo, el estilo no se compra, se hereda; ya sea de legendarias dinastías o de la mano misericordiosa que tocó el vientre de tu madre antes de que nazcas. Eso es parte de ti con poco o mucho, esa es la carta de triunfo, “el buen gusto”. Puedes ser un pobre diablo pero si el oro te atrae como ratón al queso, perteneces a la dolce vita.


Para mi, la moda y vida bonita se lleva con personalidad, naturalidad, espontaneidad, dibujando el gusto con atino y “saber hacer”. Puede que Cleopatra, Afrodita o Mata Hari ardan en las tinieblas por su vanagloria y petulancia (nadie las culpa de ser hermosas) pero hoy en día todas las recuerdan, pues somos lo que vemos, y vemos perfección dijeron ellas. Probablemente todo es efímero y lo que realmente veo es mi idealismo haciendo travesuras con mi surrealismo. Los hechos transcurren no en vano, todo cambia todo ha cambiado.


La hoguera de las vanidades, puede arder cuanto quiera, yo no pienso arrojar ninguna de las mías allí dentro, si tiene que arder algo, que sean los celos de esas miradas verdes. Que arda Troya, que muera el marrón. Si algo no me gusta al hoyo hasta que se consuma. El sendero que escogido es más bien una alfombra roja, sin vuelta atrás, inculcando, difundiendo la cultura más vanguardista de este lado del universo. Lo sé, palos y piedras siempre me acecharan y buscaran mi lomo como el blanco perfecto. Pero yo vivo y sigo mi formula al pie de la letra,afirmo soy como el champagne, una vez abierto difícil no celebrar. 

#G
Anoche, Gercar lo dijo

Fotografía: Gercar PhotograG https://www.facebook.com/gercarphotograg?ref=hl


jueves, 22 de septiembre de 2011

HOMBRES QUE LLORAN


“La vez en la que estaba a punto de lanzarme al viento me recuerdo estirando mis alas a sus anchas, pero entonces se acerco alguien y me dijo que los humanos no podíamos volar, lo mire con cara de orto y le dije que ¡si, si podemos! Pero cuando se fue y estuve a punto de aventarme...dudé. Y ese fue el día mas horrible de mi vida.”

No era la primera vez que me encontraba en la misma barra, a la misma hora, la misma gente, la misma música y la misma soledad. Aunque solo no estaba, estaba Solo. Mi amigo y yo solo queríamos hacer uso del boys just want to have fun en mayúsculas, para desatar ciertas jaquecas de oficina. Pero recorde esa escena y cayó nuevamente en mi presente.


¿Por que lloramos? Por pena, por dolor, desesperación, frustración, amor, odio, resignación, incapacidad  o porque nos golpeamos el dedo meñique del pie con la pata de la mesa. En mi caso, hay mas.

Todas mis venas estaban ebrias, quizás mi cuerpo no se movió en toda la noche de esa silla pero mi cabeza viajó por la rutas de la insanable mente que jamás se detiene a pensar en porque piensa tanto.No son maricas, ni débiles, tampoco cobardes o depresivas. Las lágrimas que más sabor a toxina tienen son las de nosotros. Pero siempre se ha mirado con cierto machismo caníbal el ver un macho alfa desahogando lo que le quita sueño. La culpa es de Adán, dicen los inocentes,que convirtió a toda la generación del futuro en bellacos pagando su gran culpa, morder una manzana. Por eso las excusas para disimular ese llanto se toman con pinzas pues se supone que los hombre somos un contenedor de testosterona ambulante.Pero nuestras defensas bajan, porque el “ya no puedo más” hace su terrible manifiesto.

Ese día en la barra, me toque de pelos y sacudí todos los calambres que se acomodaban en mis piernas. Mi encéfalo hacia ruido con cada pensamiento, era una maquina que no dejaba de pensar. Llevaba un mes sin fumar,  a partir de ahí me di cuenta que necesito algún tipo de estupefaciente nuevo  que me quite la ansiedad. Acaso tenía que pasar más tiempo en el cual debo  fingir ser fuerte?

¿A quién le he ganado? A nadie, madurar estaba resultando ser el trabajo sucio  mas difícil que me niego a regaña dientes, pero necesario en mi ardua misión: Cambiar. Difícil, difícil. “Admitir “se convertía en mi verbo favorito mientras dejaba todos los juguetes en el baúl.  Aceptar los errores es un sudor en la frente que cuesta secar.

Hemos estado en metamorfosis continua, como dentro de un capullo tan duro que nada lo podía abrir. Pero como no me sentía listo, entonces me volví hermético. Detuve todo mi motor. Me propuse una charla interna con mi pesada madurez que siempre le permito hacer acto de presencia cuando aun no es demasiado tarde para remediarlo. Y ella me responde… busca en tu baúl… back to basis

Después de tanta búsqueda al fin halle la causa de mis cien mil errores: Yo.
Soy yo el que ni quiere ver lo evidente.  En ese inmenso ancho mar solo nadan mis verdades tratando de ahogarme, pues que la pesca os sea propicia…

Seguía en la misma silla, en el mismo bar, en la misma música, estaba con mi amigo, así que no estaba solo, pero estaba solo. Y mi cabeza seguía en su  vuelo domestico, el aeromozo era mi amigo mientras entre cada pausa un seco y volteado hacia turbulencia en mis sesos.  El avión toma forma de whisky en las rocas y  se iba a pique, pensé en mi familia,  si estrellábamos solo quería decirles que mi testamento seria solo así, mis energías para mi madre así no se cansa jamás, mi alegría a mi padrastro así no se cansa de reír, mis piernas a mi hermano para que camine por primera vez  y mi juguetes a mi hermanito porque el sabrá usarlos para jugar sin trampas. La vida es eso, ser equitativo.

Viraba y viraba el timón anclado en mis raíces capilares navegando en mis pensamientos mas nórdicos…Mientras a los demás los hieren y les hacen daño. Era yo quien me lo hacía a mí. Mis decisiones egoístas, mi falta de cariño hacia mí mismo y hacia a mis más allegados. Todo lo bueno que remotamente tuve lo he perdido. No sé donde esta esa persona que lloraba al ver un indefenso, que  convertía una caída en una mano para ayudar la subida, que acudía a mi madre como mi única confidente, ahora huyo de ella para cuidar su mente clausurada a mis libertades.

Mi mudanza de personalidad  ha sido inverosímil. Ahora que veo el pasado jamás me sorprende saber que me he convertido en todo aquello que detestaba de niño. Ya no creo en la magia ni en los juegos de ronda, canciones de colores o cuentos con sombra. He hecho de la moda una religión y de las vanidades una oración. ¿Dónde estoy? ¿A dónde me fui? ¿Volveré? , se preguntaban mis innumerables YOs dentro de mis arterias y músculos torpes que ahora se detienen en la pluma que escribí sin descanso a golpes.

DOS adjetivos fatales podrían abreviar tanto parloteo, mi torpeza y terqueza.  Suenan bonitas haciendo rima. Pero son las más asquerosas y hediondas que puedo poseer. Son las madres de la lista sin fin de palabras sueltas que describen a mi persona, las agujas inalcanzables que se siguen hundiendo en aquel lomo manso.
Quería volver, quería subirme a esa máquina que rompe el tiempo vuelta a tras, pero donde estaba ese artefacto. Quería y quiero volver a la edad en la que mi única pregunta desde adolescente era ¿Por qué no me había enamorado? Ni siquiera recuerdo un primer beso con certeza.  Pues he besado tantos labios sin sabor a cereza, desde que era un travieso en el jardín escolar y cambiaba el mango por fresa.
Pero con todo y eso, jamás había sentido la necesidad de perseguir, correr tras alguien.  Solía tener  los nervios de hierro, sin duda, y mis lágrimas solo caían al ver partir a alguien. No me importaba caminar sin enlazar las manos a alguien. Cuando me decían “no pierdas las esperanzas”, pienso en encontrar al responsable y matarlo. Guardar esa pequeña esperanza es como tener un pequeño tumor que va creciendo hasta que te mata.
¿Cuándo paso? ¿Qué me cambio? , cuando dejé de soñar despierto, si  era mejor  que vivir corriendo tras algo que no se detiene a esperarme.

Cierto e irrefutable es que el conjuro caducó y todo volvió a hacer como era antes. Las brujas empezaron a salir, los lobos a maullar, los enanos a crecer y los muertos a revivir. Las faenas se volvieron drásticos días parecidos a ayer. Lo que veía en el espejo era todo lo que no quería ser, y a modo de touchscreen empecé a remover todo desperfecto hallado, uno tras otro a la papelera de reciclaje.

Cambio mi apariencia, cambiaron mis vestidos, cambiaron mis caminos y creo que se torcieron. Mi ego empezaba a brotar como una semilla que repentinamente se volvió fértil, pero solo me daba frutos podridos. Mi voz cambio, mis gustos se volvieron sibaritas. Mis ojos brillaban pero solo porque contemplaba boquiabierto con babita de la sociedad sus diamantes.

Ya no extrañaba ver las cimas de esos cerros verdes besando la neblina y ver la lluvia danzar contenta  en los parabrisas de los autos en la autopista. El frio de invierno embolso mi corazón cálido y lo hizo raspadilla, en picadillos helados. Todo lo que odiaba antes, era lo que me definía hoy. 

Hace unas semanas escribí algo sobre vivir y respirar la realidad, la tranquilidad. Pues déjenme decirles que admito que desearía vivir solo una ilusión, la realidad está hecha un loco maloliente y andrajoso que amenaza con sus gérmenes contagiarme su demencia. Disimuladamente todos mis sueños los arrojaba dentro de un saco bajo el desahogue y jale la cadena. Giraba y giraban, como quien espera ser recatados, y ahí estoy. No sé si dejarlos drenar o pescarlos, tratar de estar mejor, intentando re aprender como soñar.

Supongo que  Calderón de la Barca estaba en lo cierto cuando dijo que la vida es sueño. Entonces ¿Ya deje de vivir? Si no sueño, entonces ¿Que estoy haciendo? ¿Estoy muerto? Este lugar no se parece en nada a la muerte, y no es que sepa cómo es pero no me la imaginaba.  A menos que el purgatorio me haya  adoptado para una segunda oportunidad. Puede ser.  La acepto. Porque de una cosa podemos estar seguros. Nada está dicho. Todo cambia, todo ha cambiado.

Nos hacemos daño, nos curamos. Nos caemos y esperamos ser levantados, pero nadie tiene más fuerza que uno mismo para ponernos de pie.  Si sangramos, cocemos la herida, si se abre se acude a un doctor. Todo parece tener una solución.  Yo creo que he muerto, y me gusta. En estos momentos siento que el capullo me ha adaptado nuevamente y me ofrece reformarme para salir de ahí convertido en otro. Estoy frente a ese abismo una vez más. No para suicidarme sino para terminar lo que me impidieron la última vez, aprender a volar sin hierbas malas ni estupefacientes prohibidos. Volar con propia osadía. Y obtener el fallo a mi favor.

Sigo solo, en la misma silla, en el mismo bar, a la misma hora, no estaba solo, estaba con mi amigo, pero estaba sintiéndome solo,  llegando al fondo de este basurero llamado  inconformidad. Los hombres lloramos, pero también  nos enseñaron que solo un gesto basta para demostrar que podemos evitarlo, y no estaba en mis planes practicar la depresión, es hora de usar la salida de emergencia más cercana porque este incendio no puede hacerme ceniza. Puede que la puerta haya estado negra, mas pude ver el bote que me sacaría de esa isla absurda llamada Yo. 

#G
Anoche, Gercar lo dijo


miércoles, 14 de septiembre de 2011

DEL COLEGIO CON AMOR



Tic toc tic toc RINGGGGG. Mi mano se convirtió en un gran mazo y de un golpe seco, casi destruye el despertador que se preparaba para despertarme y yo de un solo pestañazo tuve que mover todas mis carnes aderezadas con la pereza más indomable. Quise los clásicos 5 minutitos más, pero imposible, era el primer día de trabajo y tenía que ser todo perfecto.

Lo primero que hice fue encender la terma (Epic). Metí un par de panes de ayer al tostador y a falta de las cajas nuevas exprimí unas cuantas naranjas que se chorreaban entre mis uñas que tenían esos pellejitos que cuelgan y no haces más que sacártelos porque si, dejando esas heridas que en el momento son totalmente insignificantes hasta que se fusionan con el cítrico y finalmente arden terminando  esos dedos en la boca tratando de hacer de la saliva una morfina leve.

Las tostadas saltaron hasta el techo, el manjar blanco paciente en la alacena. Mis pies me llevaron con el desayuno en la boca hacia mi armario. Torpe y descuidado había olvidado planchar mi camisa, lo tenía todo, zapatos que olían a betún negro,  el pañuelo para mi gripe trendy que no me abandona la muy stalker. Incluso tenia la correa y medias indicadas, sin mencionar el blazer que estuve cepillando todas las tres horas que dura  “El Padrino”, que se me ocurrió ver la noche anterior. Ahí estuve sacando pelusa tras pelusa hasta que quedo casi inmaculado.

Eran ya las 6.45am y tenía que buscar la camisa que ayer olvide. Literalmente me sumergí en mi closet, (no soy de envidiar pero tengo un buen guardarropa de muchos kilómetros de tendencias) lejos de encontrar lo que buscaba, me tope con un artificio de la época de la pera…bueno, no tanto. Tengo 22 pero hace 6 años más o menos en el mes de diciembre, despedía a todos mis “amigos” entrañables del cole. Si… esos que dicen las viejas señoras que son para toda la vida… mentira pues, solo 4 de ellos son mis mejores amigos y los otros quedan en la lista de espera. En fin lo que tenía en la mano esa mañana era mi camisa del uniforme escolar. Aquella llena de faber-castell , resaltadores, lapiceros, crayolas, plumones, colores y derivados. Con memorias y escrituras dignas de una ridiculez, pero admito que en su momento  me afanaba por hacer que todos la firmaran en ese momento del último día de clases. Ahora es meramente insignificante.

En el colegio yo era recatado por presión, sin duda fui uno de los mejores blancos para las burlas, debido a mi intenso color de piel pálido. Y mis pecas hacían de mi cara un festín de risas. Entre otras cosas peyorativas que no piense decir pero no era algo que me gustaba mucho de esos tiempos.  Pero dentro de eso la pasaba bien en mi grupo. No extrañó el colegio para nada, lo juro me parece una etapa negra que quiero olvidar. Pero debo rescatar que conocí a mis hermanos locos que ahora me acompañan por las rutas del sábado por la noche.

Tic toc. 7 am. Volvió a sonar, porque más vale precavido que tardón, y siempre pongo 4 alarmas. Casi tuve un paro respiratorio cuando la mermelada en formato de gota resbalo en mi garganta por el lado equivocado y me quede corto de aire cuando leí un nombre en la camiseta…

Lo único q pensé fue Oh my freaking God,… en que parte de la historia de mi vida escolar esa persona firmo mi camisa. No Fucking way… (Sorry por mis anglicismos... Pero en el cole siempre estaba de moda hablar con frasecitas prestadas del idioma ingles) Eso era una jugarreta del destino de todas maneras.What da fuck. Fácil aun estaba soñando y el despertador aun no suena. Seguramente estoy sonámbulo, debería pellizcarme…

Mi primera experiencia con la ilusión efímera y tremendamente estúpida pérdida de tiempo llamado amor platónico fue cuando estaba en segundo de secundaria… Yo estaba en la cafeteria tratando de comprar una hamburguesa, y luego tratando de ponerle mayonesa, era imposible entre tantas manos que piden comer. Cuando logre salir de ese tumulto corrí  hacia el lado contrario y repentinamente un impacto hace que las papas al hilo lluevan hacia el piso junto a la  carne y luego el pan, la mayonesa parecía sangre blanca en el suelo… quien era la culpable de este crimen contra mi hambre… ella, Alexandra (creo que se llamaba así).
No importaba cuantas sonrisas pudieran captar mis pupilas, ninguna eran para mí. Ella estaba con el CLASSIC popular boy from high school exchange program, EPIC....  pero aun así, fue uno de los primeros crush que tuve. Incluso me suscribí a un curso donde los números telefónicos eran dados al profesor, me escabullí entre su escritorio  y encontré el suyo. La stalkeé. Llame y llame y me contesto su mama. Me hice pasar por el alumno coordinador del grupo, el cual nunca va a clases, y es ademas de otro grado superior al mío. Así no sabría nunca quien era exactamente, mi nombre jamás se lo dije. Felizmente. Y entonces hablé con ella aquel día, y al día siguiente y al día siguiente. Se volvió un hábito.

 Pero en cada llamada azumó que se enamoro de mi “personalidad”.  Quedábamos y no miento, tres horas seguidas pegados al teléfono. Ella comía mientras hablaba conmigo y yo hacía casi lo mismo. Pasábamos de temas banales a la gran pregunta de los dos millones “ Cuando te voy a conocer”…

Mi lengua se quedaba cruda, inmóvil y sin sabor. Que va a pasar cuando se entere que yo era un pobre chibolo con voz diferente, tres grados menor que ella. Y encima que no era mi nombre el que usaba sino el del coordinador… oh oh Huston tenemos un problema…

Era, o  decirle a la verdad sin probabilidad alguna de una cita, o tener de hecho una cita, y conocerme  y despacharme a los tres primeros segundos de vista, pero al menos habré conseguido una cita. O la mejor de todas y la que actually hice… mandar al verdadero coordinador…

Tenía cuantos… quizás 14 años. Obviamente mi mente en ese entonces creía que el cielo era tornasolado y las vacas azules. El azar te hace esas jugadas, que nunca apuestas por ellas, hasta que las necesitas. Recuerdo que conocí al coordinador un mes antes de todo esto y siempre hablábamos y le caía bien. Era tiempo de usar esa carta bajo la manga. “Hay una chica muy guapa del último grado, creo que le gustas, pero no te conoce. Si quieres puedo hacer que se vean pero tienes que ser tímido porque ella lo es más sino la cagas” mas o menos eso le dije… Y ME CREYO! el muy imbécil, punto a mi favor.

Y así se hizo, tome mis binoculares y observe desde el tercer piso el encuentro, entre ellos. Alexandra era las más popular y guapa chica de todo el cole, EPIC. Y lo que menos la caracterizaba era la timidez, por el  contrario era muy intimidante, físicamente era todo lo que cualquier chico querría, y fue la envidia de cualquier chica wannabe, cliché. Pero francamente nadie podía ver eso como yo. Todos creían que ella era perfecta, pero el mundo que admiraban, el mundo de ella, era perfecto solo desde fuera.  Ella es súper sencilla, graciosa, tierna, coqueta quizás y muy amable. Lo sé porque conversaba con ella casi diario por teléfono.
El coordinador se despidió de ella y ambos caminaron hacia sus propios lados. Fui al encuentro de él para que me contara cada por menor. “Estaba apurada, pero sorprendida al mismo tiempo, dijo que mi voz no era la misma por teléfono…”. Spotted: looks like my lie is coming out.

Como sea no le di importancia, y le dije al tipo:  "En realidad es mi "primo" de cuarto año, el que quiere con ella, pero es tímido al grado superlativo y por eso te mande a ti (referiendome al coordinador)  para que hables con ella…". Tengo tanta buena suerte que el coordinador sea tan imbécil y me haya creído lo del primo, tenía un año más que yo.

Salí de clases despues de una hora, siempre el primero en irme. Caminaba rápido para no me mezclarme con el tumulto. Mi cabeza flotaba por encima de mi cuello; estaba feliz, triste, tonto, enamorado.  No había forma alguna en todo el planeta Tierra, que yo le hablara en persona.  Seguía caminando como quien quiere ir a coger el teléfono, soltarlo todo y quedar en ridículo.

El polvo acumulado en las ventanas de los autos estacionados a lo largo del camino al paradero era el lienzo perfecto para trazar mi nombre con el suyo seguido del “forever love”. La frase más castellanizada posible era la única en ese momento que describía mis ficticias y  enormes ganas de ser enamorado de Alexandra. Tenía solo catorce años, eso es nada.  Estoy seguro que en su momento creí que me iba a morir si nunca le daba un beso. 
...

Por fin había encontrado mi camisa, ya estaba ensamblado para ir a mi primer día de trabajo. Todo cambiara. Todo ha cambiado. El cole se acabó. Y yo ACABE pensando en historias complicadas e idealistas platónicas.El amor es como un fantasma, todos lo han visto menos yo, en conclusión existe pero no lo ves . Todos hablan de lo increíble que es estar con alguien y ser correspondido. Y seguramente lo es. Los años no perdonan,  me  preguntaba si era un mito,  comenzaba a tener mis dudas de su existencia.  La fe en creer cosas que no ves pero existen, es una total tortura. Pero ya está superado.

Llegue al paradero,  saque dos monedas y pague mi boleto. Me senté como quien se desparrama en la butaca, con cuidado de no arrugar la camisa que tanto trabajo me costó encontrar antes de salir, abrí la ventana a su máxima expresión,  cerré mis ojos y sentí que flotaba con el aire golpeándome ya casi llegaba hasta que  escuche…. “Puedes cerrar tu ventana por fa´... Gracias”… era Alexandra que a modo de invocacion se sentaba a mi costado súper abrigada y con los ojos rojos...EPIC. 

#G
Anoche, Gercar lo dijo


miércoles, 7 de septiembre de 2011

JUEGA A MIS REGLAS


Las reglas del juego son simples.  Evidentemente soñar hasta que los sueños se hagan realidad no es una buena idea.  Se acuerdan de su último beso? Obviamente no lo creo. Porque cuando besas nunca crees q será el último beso, siempre crees q habrá más.  Nada mejor que lo existencial antes que lo imaginario. Qué diablos se gana idealizando la vida perfecta, ¿Vale la pena? ¿Se volverá realidad algún día de tanto imaginarla? Quizás, pero cuando eso pase  no sería vida seria insania. Difícil de cortar.

A grandes males, grandes remedios; si queremos esta vez elegir y no esperar ser elegido es momento de modificar las leyes del universo que siempre tiene un diseño astrológicamente incomprensible.  Es hora de jugar pero con mis reglas.

Hasta antes de mis 21 el juego era de dos a más jugadores, ahora se limita a solo uno. Stalkers son prescindibles, totalmente prohibidos siempre y cuando en el tablero se me encuentre con una “casualidad”. Juego apto para jóvenes de “22  años en adelante” (y digo 22 porque es mi actual edad).  Aunque la ruleta me puede sorprender con números absurdos,  no quiero estar estar en sube y bajas ridículos.

Es vital leer mi manual de instrucciones, de ese modo  asegurarse de que entre los requisitos se cumpla al menos, el más importante “Jamás permitan que mi cara se transforme en una tristeza”. Y jugar a las escondidas para huir de mi castigo, transformara mi mente de cadentes en una perfecta bestia.

En lo posible recomiendo evitar repartir besos consecutivos, puede volver a adicto a la persona besada. Sabemos que el clima limeño esta tentando nuestros cálidos pensamientos. Aunque nos abriguemos, siempre existen alguien o algo que repentinamente con una palabra nos puede congelar. Siendo así, está permitido.
Se prohíbe los silencios después de un beso entre dos jugadores. Daría por anulada la participación. Sin querer queriendo la soledad se cala entre los espacios minúsculos en formato de frio, es necesario acercarse a la calefacción más cercana…entonces no hay lugar a arrepentimientos.

Se prohíbe como furia en grado superlativo, el  uso de comas al nombrar antecedentes románticos, (pues mientras mayor sea el número de comas, mayor será el número de ex’s). No querrás ver mi poker face, porque con una flor imperial en formato de puño se estamparía en tu cara. Juego de manos, juego de humanos.

El uso de los dados queda autorizado solo para decidir a qué sitio ir. Prohibido usarlos para tomar una decisión sentimental. El participante quedaría automáticamente descalificado. El destino no escoge, sino uno mismo. Hacer uso del piedra, papel o tijera; puede cruzarme los cables.


Usaras tus labios solo para besar los míos. Tus risas para reirte conmigo, tus ojos pueden llorar si solo lloran por mi. 

Soy alérgico a las medias naranjas, pero eso no quita comer mandarinas de vez en cuando. Y es que el camino hacia el cielo es más interesante cuando antes pasas por el hedonismo del infierno. Es una ciencia fascinante. Yo no soy fanático de las opulencias del azar, pero si se trata de un terreno amoroso, es necesario escribir con tinta indeleble y si es posible en negrita: “no seas pegajoso”,  un buen dulce es aquel que no empalaga. Acido al limón y azúcar en polvo.

No te preocupes por el potencial de comprar una “casa” o “avenida”,  no soy interesado. Cose tus bolsillos, no necesito una dolce vita, ya la tengo. Con respecto a los turnos, es relativo. Ambos podemos  jugar, pero solo el uno con el otro. Terceros abstenerse. Se agradece juego limpio a menos que las partes involucrada acuerden lo contrario. Sí “el banco” (la vida) te agarra de su puerquito y te quitara los turnos justo cuando estás en “paseo romántico”, déjala,  ella es  sabia y sabe cuando ponerte en juego. No fuerces.

No lloraras a menos que estés perdiendo mi rastro y para toda tu existencia tener en cuenta las tres R s, respeto a mí, respeto a ti y hacerte responsable de tus actos. No derrames pena cuando estés perdiendo,  eso es un  germen que contamina mi apreciación hacia tu persona. y claro pero claro esta de mas decir que no deben  avanzar las fichas de sus amigos sobre la mía. Amigos que parecen mugre en las uñas, inseparables y prejuiciosos; son mi fobia. No me los impongan.

Si el juego es de más jugadores, los perdedores deberán respetar la decisión  y evitar represalias contra el ganador(a).El juego empieza cuando te cruzaste en mi camino y no harás trampas, a menos que nadie se dé cuenta, y no afecte mi juego, sino al contrario te da puntos a favor. Es tácito. Pero si lograste ganarme con buenas tácticas, merito a tu intelecto.

Quizás estoy siendo pretencioso.. Todos sabemos que muchas veces odiamos adaptarnos a las reglas de otros, lo entiendo. Queremos salirnos con la nuestra. Pero la vida no viene con manual de instrucciones, nosotros lo creamos. Es difícil entender a la persona a la cual decides dedicarle todo.

A comienzos de este año, emprendí una ruta nómada lo cual me llevó a narrar mis diarios de transeúnte distraído por bichos del amor. Felizmente mi cerebro estaba de buen humor cuando construí este otro manual para uso personal. Que si desean pueden practicarlo, pero eso sí, no garantizo resultados inmediatos.

¡Cuidado, advertencia de uso! No se atrevan a jugar con ustedes mismos. Si creen que es necesario úsenla. Si no pueden crear las suyas, estas son mías…

No contaras tus sentimientos a cualquiera.

No alucinar un futuro romántico. Me refiero a tomar un pedazo de situación y crear toda una imagen de algo que puede existir, pero sin fundamentos no corre. No te hagas issues con algo que no ha pasado. Porque te imaginas toda una película,  todo lo que dirás en caso pase algo, y en realidad no es seguro que pase.  Simplemente te preparas tanto para el momento, que te robotizas. Y luego te quedas en corto circuito…. Que fluya.

No dar muchas explicaciones que marean y que nadie te las está pidiendo. Nada peor que hablar porque no sabes de qué hablar. No pienses más de la cuenta. Relaja.

Ser uno mismo, y botar el cuerpo al aire. Que flote.


No envidiar, no ser egoísta. No repartir caras felices con doble significado. Sobre todo cuando la hipocresía te visita.

No mostrar mucha emoción ante cualquiera. Hello!, el entusiasmo en excesos es so high school. No queremos que te vean como el chibolo que escribía en su cuaderno dos nombres unidos por una “y”.
No pasarse de gracioso, está bien que tengas chispa, pero no abuses. Puedes convertir una sonrisa en una raya retorcida…. Catástrofe.

Esta rigurosamente censurado el sedentarismo. Medicina: hacer que cada día cuente, como escribió Leonardo DiCaprio en Titanic. Lpersona que se involucre conmigo deba tener una imaginación incalculable.  Que decida hacer de un día de invierno, un día de sol. Que convierta el sofá en una cueva para invernar viendo maratones de lo que el zapping regale. Que convierta mis salidas en una serie de eventos afortunados. 

Dicen que en la guerra y en el amor todo se vale. Y que siempre los que se llevan la gloria terminan siendo olvidados de la fama. En medio del juego toda regla falla. Quedan anuladas por los impulsos, el rencor, el miedo, la ternura en altos niveles de glucosa y es imposible jugar pensando en cada parámetro, pues si nos desviamos del juego podemos perder todo el recorrido en un soplido, regresar a la casilla de “Go” y sin cobrar los “200”.  En otras veces puedes terminar el juego y sin embargo sentir que no ganaste nada. Otras puede que hayas ganado y no sentir ningún indicio de felicidad, porque todo lo que se fuerza o se obtiene de manera manoseada tiende a activar el karma y te encierra en una cárcel de escarmiento.

 Mientras unos usan los dados, otros usan las cartas. Pero el destino no lee a nadie. Nos pasa a todos la factura al momento de la paga. Nos combina con los demás jugadores solo para hacernos ver que somos parte del juego. Y que las reglas las hace el. 

He perdido muchos turnos teniendo que leer el fatidico game over . Pero no quiero ganar aun, necesito perder varias veces, disciplinarme para enmendar sin señalar culpables. Porque somos lo que somos, jugamos mientras podemos,  nos retiramos cuando debemos, hacemos trampa porque perdemos… es naturaleza humana y no hay regla para evadirla, solo asumirla. Al final nadie está obligado, pero una cosa es segura, mi juego sigue en pie. 


#G
Anoche, Gercar lo dijo