No hace mucho tiempo atrás, empece a segregar sentimientos light a la edad donde nace la adolescencia. Good feelings, eso
eran. Podía gustarme alguien y sentir de todo menos deseos carnales. Yo era joven y mas que eso, niño. Donde ponía el ojo ponía las ilusiones con un tour interminable. Me bastaba enamorarme y
sentir que tenia cada pensamiento hacia ese alguien especial era noble. Filtrado de obscenidades... como un té verde, cero
grasas eróticas saturadas y bajo en cachondas calorías. No necesitaba nada. Hasta que los años pasaron
y basto un sorbo de cafeína para volverme adicto al sexo café. Y ahora extraño mi
faceta saludable, extraño el té, sentirme como té. Liviano, benévolo, fiel a la
figura (que en este caso vendría a ser la persona que queremos).
El año pasado, el 2011 , ha sido uno de los mas excéntricos que he
tenido en todos los aspectos. Pero finalizo, descubriendo que hubo un crimen contra
mi mesura. Donde el asesino fue mi lascivia, el arma: un café, lugar: varios, #CLUE!. Mi vida sexual fue un inacabable monopolio que
terminó con la quiebra de mi paciencia, el remate de mis emociones y el
alquiler de una mente On fire. He sosegado mi ser, y todo parece indicar que he escarmentado. Ahora solo es cuestión de poner
en práctica lo aprendido. ¿Y cómo fue que finalmente aprendí a no recibir tacitas de café? …
Laura es mi mejor amiga desde hace quien sabe cuántos remotos y distantes años. Se especializa en acabar con mi paciencia, pero sin
duda es la única que sabe cosas que nadie podría siquiera digerir.
Constantemente esta empujándome a la cornisa del malhumor cuando le permito decirme mis tres verdades en la cara, es la única que puede y la odio-amo por eso. Dese hace unos meses no sé cómo, empezamos a salir a fiestas apartadas del grupo. En su mayoria en terrazas de hoteles. La ultima fue en un edificio miraflorino que posee una serie de inquilinos bastante sacados
de revistas glam. En uno de los pisos vivía una amiga de Laura. .
Un buen sábado por la tarde
había una reu #littlegettogether en ese lugar y decidió invitarme bajo una sola promesa de que yo
me portara bien y no hiciera ningún exceso. El punto de encuentro era la azotea que poseía un lounge. Los invitados llegaban como a una alfombra roja, todo era A-1. Solo entraban amigos con invitación y
confirmación de los propietarios del edificio. Llegada la noche las luces a colores daban una
“Party-señal” que se dibujaba en el cielo. Y todos los mortales habitantes de la ciudad Gótica-Gris-Limeña la veían desde
sus hogares, sintiéndose excluidos >DolceVita
Estaba deprimido aquel día que me invito Laura y no me "producí" mucho que digamos, no me puse
gel en el cabello, estuve solo medio minuto frente al espejo cepillandome los dientes [ya esta]. Llegue al edificio, el de seguridad
me pregunto mil cosas, inclusive sentí la sensación que pasaba por migraciones con detector de metales incluido. Finalmente entre, todo
era light. Me di con la sorpresa que había
gente que conocía de vista y otros pocos con lo que dirigía la palabra, encontré
amigos lejanos que no salude, pero igual se acercaban con cierto grado de
alcohol encima. Laura llegó con su amiga Sofia, la anfitriona, una
rubia muy tierna y con coeficiente intelectual quizas un poco por debajo del promedio. Tuve una conversación nice-polite-hueca con ella. Sus anécdotas con una tal Francesca
eran hilarantes y llenas de pies descalzos luego de un tono en Aura. Todo bien hasta que medí cuenta que los litros de pisco
sour en mi organismo superaban a los litros de sangre. Y al parecer las venas
de mis pies se enredaron. Me agote muy rápido, el sudor frió se hizo el mejor amigo de mi camisa. Deben saber que hace como un año que
no tomo ni fumo por un tema de salud. Ahora que estoy algo mejor, asimilar mi vida de antes (mucho antes de esa pausa etílica), no iba a ser fácil. Poco a poco he ido cogiendo el
gusto por lo toxico nuevamente hasta poder adaptarme por completo, pero no lo logre...
Sofía reconoció el sonido que hace mi cabeza al chocar con el piso o
algo así que acudió a mí . Enseguida al verme a la deriva o algo hipocondríaco, amablemente me ofreció su departamento para recostarme un rato de ese
lapsus que no debería superar la media hora en la que podría volver a unirme a su fiesta.
No eran ni las 8pm cuando baje al 6to piso del edificio de tan solo 12. Y me
recibió en la puerta una llave que no funcionaba. Intente todos los trucos conocidos.
Hasta soplar el picaporte. Nada funciono. El mareo hacia del pasillo un bote en altamar así que no resistí y me recosté de espalda sentado a la
puerta y esta se abrió como burlándose de mí. Me reí tanto de mí. Entré y cerré la puerta, busque un nido donde empollarme hasta que me recupere (Que La fuerza me acompañe). Mis brazos se prestaron las paredes para poder caminar sosteniéndome
de algo. Sin darme cuenta me apoye en algo así como una pared falsa, que en
realidad era una puerta semi abierta y caí dentro de la habitación sobre una
cama, y una voz me empujo
la cara, diciéndome: “Me aplastas las piernas”.
La dueña de esa voz serena y engreída, era una especie de criatura petite, sus ojos podrían ser suficientes. Se llamaba Francesca. Mi cabeza no podía mas pero ella seguía hablando: “Sofí es mi patasa, ahorita debe estar odiándome
completa por quedarme dormida en su fiesta”. “Ayer ya tuve mucho excesos, hoy
estoy flat”. La escuchaba y quería darme
la oportunidad de no pensar en ella como una máquina de deseo efervescente. Sus ojos verdes muertos en la oscuridad del rimel bastaba verlos para detectar rastros de crímenes sexuales. Bastaba escuchar una y otra vez esa voz para entablar una oración pidiendo pecar sin concebir. Esa conversación en la cama con ella parecía el inicio del fin, estamos previando.
No tardo o no tardamos mucho en manifestar nuestro animal nature. No haré argumentos. Paso
lo que tuvo que pasar cuando dos cuerpos sobre una cama causan un corto
circuito en el recato, el juicio y la cordura.
Dos completos extraños, sincronizados como un buen reloj suizo, donde cada
pulsación estaba dictada por una mecánica detonación de TNT en ese espacio cubico.
Le arranqué el vestido lleno de glitter
que se despilfarro haciendo un ruido en slow motion. Sus labios torturaban los míos haciéndome confesar mi delito, su sabor era a fruta fresca. Las lenguas se extraviaban en gargantas profundas, jugando como dos niños que pedían helados con cereza, lamiendo la fruta, limpiando nuestros labios con besos. Yo siempre he dicho que mi cama no es un parque de diversiones, nadie puede venir a hacer chistes ni hacerse el guasón. Sin embargo aquello era un carrusel que daba vueltas y de paso también le daba vuelta. Subia y bajaba, como caballo sobre ella. Su ruleta rusa estuvo a punto de sacarme varias balas, pero aun no era tiempo del golpe letal. Mis piernas eran toboganes que la deslizaron hasta una piscina llena solo de dos pelotas. Sus ojos podían causarme vértigo de altura en esa montaña que armamos sobre aquel colchón, cuajando su cuerpo
al mío pude entender porque lo prohibido era tan rico…prohibido?...
El tiempo hizo lo suyo. Detuvimos la pasión, expulsando la culpa al
mismo tiempo. Ahora si! era hora de conocernos, y surgieron las revelaciones. Francesca era joven,
atractiva, sagitariana, me consta. Tenía mi edad, mi signo zodiacal, mi
elixir en su ser, mi palabra, mi atención, mi interés y sobretodo tenia esposo con anillo en dedo... No mentira, pero convivía con
su novio por muchos años, bueno ex-novia segun afirma ella, pues hace semanas que no se hablaban...y parece el fin de su ex relacion. #BitchPlease.
Su confesión era digna de un número de aves marías y padres nuestros de
castigo semejante a los años luz de duración.
Oh padre, he pecado. Pero ella más que yo. Yo por dejarme llevar por el
vino y ella por la carne. Me sentí usado. Esta confesión la hizo minutos
después de despedirme de ella. Y no lo hizo frente a frente sino que espero que
yo me fuera a mi casa para mandarme un mensaje de texto porque le di
mi numero y ella el suyo (por que lo hice?). Pensamos cuando estábamos en esa cama en el depa de Sofía
que un polvo de fiesta de domingo podria convertirse
en algo mas involucrado? Algo asi como la primera cuota para la firma de un TLC (Tratado de Libre Cafe Sex.)
Al día siguiente
empecé a recordar all the things she said:
una por una: Francesca me hablaba sobre la siguiente semana... “Laura, me propuso trabajar
con ella por una semana como apoyo en el área de presupuestos”, “Yo trabajo allí”
le dije, “Entonces te veré la próxima semana” dijo ella. “Así parece” le respondi. Era necesario volver a verla? Esto me olía a una vieja historia que se niega llegar al punto final.
El lunes (contraataca) llegó casi inmediato. Dicho y hecho, ella estaba en la oficina laborando en la oficina de Laura en unos pitillos de infarto. Antes de que Laura
llegara, conversamos sobre el issue del esposo. Ofreció las disculpas del caso, y
afirmó con signos de exclamación “¡Estamos en un momento difícil de la
convivencia, y hemos decidido darnos tiempo!”. Quizá para ella el significado
de ese "acuerdo", era que cada uno podría salir con otra persona mientras la situación
se regulariza…
Al segundo día (martes fue peor), su mirada tenía un brillo vampírico, y sus dientes
filudos estaban listos para clavarse en mi cuello. Cuando yo estaba en el
primer piso sacando copias, ella me mandaba sms a mi móvil, con señales de humo
candente. A las cuales trataba yo de ponerle oídos sordos, pero todo esfuerzo
era imposible. Admito que me gustaba la idea de morder esa manzana ya mordida y
prohibida.
(Miércoles #BreakMyHeart) Al tercer día baje del taxi y visualice una cortina de humo en la entrada de la empresa. Mi ojos hicieron dos manos en el aire y separaron el humo para dar paso al renacimiento
mismo. Ella vestía de negro, gafas oscuras , cabello ensortijado. Y como si
mis ojos se trataran de una filmadora ella actuó, sacándose los lentes a lo
diva retro, movió su cabello como spot publicitario y la descubrí, la Venus renacía
en pleno siglo XXI una vez más.
Al cuarto día (jueves, no me importa) llegue y la vi en la entrada, fumaba el cigarro como si
se tratara de una profesión, en aros, en corazones, en flechas, en espadas, en
cortina, en cascada, en leña a fuego lento dentro de una chimenea sexual; su
boca estrambóticamente deliciosa emana esos síntomas dignos de un cáncer a los
bronquios. Destilaba el perfume todo el camino hasta mi nariz. Y sus ojos, no
eran ojos. Era la entrada a la lujuria en su estado más puro y bruto. Acabó el
cigarro y a continuación dejo caer la colilla,
desintegró hasta el último añico
del tabaco bajo sus esbeltos zapatitos de tacón. Como una Penélope, tenía un
bolso de piel marrón y meneando el abanico.
Permaneció sentada en la estación. Y definitivamente yo detuve mi reloj
en esa tarde de verano.
Al quinto día (viernes: Friday I'm not in love), los mensajes de texto eran mutuos. Llenos de propósitos e
intenciones rojas. “Que más da si están peleados
y hacen de su vida cada uno lo que quiere” pensé yo. Pensé mal. Desde ese
instante el hecho de estar cerca a ella era como ser un drug dealer, mirando a
todos lados, cuidándome de que nadie viera la mercadería entregada: "besos
clandestinos en el boudoir…"
Al sexto día (sábado de fiebre por la noche), la cita era en su departamento de soltera. Un edificio cerca
al de Sofia. Mientras el taxi me llevaba a la boca de la loba, mi pecho tenía
los días contados. Los nervios enredaban mis dedos. Era un crimen, una fechoría
ir a ese lugar pero la voluntad me desamparo esa tarde. No quería detener este
tren, Dostoyevsky lo hubiera entendido mejor; y sin castigo.
Llegue al depa. Me vi desde arriba como un lector leyendo escenas dignas de Madame
Bovary. Entré al edificio luego al depa, me recibió con una taza de té violeta y yo
lleve un croissant de La Folie cafe. Noté que en una esquina había casi esperando un Dom Pérignon y supuse que habría consecuencias si bebíamos ese oro
liquido. Al intercambio de palabras le
sumamos intercambio de saliva, y si lo multiplicamos por una cama al cuadrado
por dos individuos entre una relación prohibida y le restábamos un ex novio ausente, el resultado es un sexo a
la séptima potencia. Retomamos la conversación, una totalmente efímera, hueca sin profundidades marinas ni nada. Me sentí incomodo, ya no había cosas que decir o hacer...lo hicimos todo de nuevo.
Pero me queda claro final esta vez, entonces: ¿Como hago una retirada limpia pero airosa? finalmente entendí porque lo del "café" era necesario decirse en este tipo de situaciones, en la que sabes que tienes que salir huyendo pero sin que sea obvio.
El verano ya había acabado oficialmente al igual que el juego sin reglas
en el que estamos sumergidos. A los días caducó su divertida separación conyugal,
como era de suponerse él volvió a la casa de ella y felices por siempre. Mis planes de
pascua, uno de los muchos con ella se fueron a la papelera de reciclaje. Y lo sentí
correcto.
Nos mensajeamos por última vez quedando como amigos. Antes de despedirme pasaron por mis ojos (como cuando dicen que si uno muere
ve su vida en milisegundos) Pues yo vi a la pelirroja de fabiola con su novio
en algún lugar de la residencial vecina. A Marisol con su novio a punto de dar el siguiente
paso. A rose con su esposo rodeándolo de pétalos en una luna de miel macabra. A Helena con su novio en Madrid living la vida loca y olé!. A
July y sus hombres en un banquete donde ella era el platillo principal. Vislumbre
también a Georgina feliz con su ex que ahora es su novio donde Europa sirvió de
antídoto para ese veneno llamado venganza que había succionado todo su ser. Y
finalmente me vi a mí, frente a mi futura séptima taza de café, que también tenia novio y yo :#ElNovioDeNadie
“Lo sé, es bueno que tu relación este bien. Ser amigos es una idea que
nunca se descarta y a mi particularmente me suena bien, ¿A ti?”… le pregunte. “Claro” me dijo Francesca. Y finalmente le dije… “Bueno tengo que seguir trabajando te dejo un
abrazo, cuando vengas de viaje no se vamos a conversar,
comer helado o “TE INVITO UN CAFÉ”. Fueron mis palabras de aprendiz que aprendio la leccion : existen dos tipos de cafe, aquel que se invita para desahacerte de alguien, y aquel que se invita para volverlo a ver, a mi me toco la primera siempre. Pero ya no, ahora invite. El velorio del café se había terminado. Todas esas tazas frías de cafeína se marchitaron pronto. De ahora en adelante seré devoto al té verde, light & fresh.
La piel muda, el cabello cae y la cara se
arruga; la gravedad no perdona a nadie. Llegado el momento, mirar hacia atrás es
el único consuelo para algunos, sonreír de costado en señal de “La pase bien”. Reconozco que el café tiene su propia historia, es sabio y me
incluyo en su desenlace. La lección (finalmente puedo decirlo tomándome hasta la última
gota descafeinada) esta aprendida. Y
aunque es verdad que pueda recaer, he vuelto al té. Solo espero que no se convierta
en una adicción. Equilibrio es la palabra. Ni muy mojigato ni muy pecador. Así que con su permiso qué como el
correcaminos, tengo un arduo recorrido que hacer.
Esto es solo el fin que da inicio a otro nuevo episodio. Y si alguien pregunta "¿Por qué el cambio?", es
porque me conoce de verdad. Y si nadie pregunta nada es porque resultó. Son exactamente las 3.23 de la madrugada,
tengo que trabajar en 4 horas. Y con el sueño acumulado de días de juerga será
mejor que me vaya a dormir antes de hacerlo en la oficina, aunque bueno, eso
tiene remedio. Solo es cuestión de pasar por el pasillo de la cafeteria y preparar un delicioso, matutino, anti narcótico,
verdadero y sobretodo un no-metafórico, CAFÉ.
#G
Anoche, Gercar lo dijo
FOTOGRAFÍA: DEVAN PLANTAMURA
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