Esta es una historia
real. Le sucedió a la amiga de una amiga. Todo comenzó cuando Christina, repentinamente, terminó con quien, hasta ese entonces, pensó sería su
futuro marido hasta que la muerte, la trampa y la quiebra los separe. Ella cayó y de su depresión ahí abajo nadie la levanto.
Exageraba obviamente, parecía que puso cemento y agua en sus rodillas que suplicaban ser despegadas del suelo. Esta separación le afecto mas de lo que ella calculó.
Exageraba obviamente, parecía que puso cemento y agua en sus rodillas que suplicaban ser despegadas del suelo. Esta separación le afecto mas de lo que ella calculó.
Pobre mujer, pobre
orgullo, pobre amor. Yo no conozco la historia de su tórrido romance, ni los
inicios, ni los desenlaces. Lo que si sé es la versión de Christina después de superar esta decepción.
Consiguió un trabajo y una mejor amiga. Comenzó a despertar su lado más femenino y alimentar un hambre que ella desconocía. Dicen que el hombre descendió del mono, la mujer desciende del hombre mientras lo provoca con besos de sabor a labial rojo.
Ella cambio. Bajo de peso y tiñó sus cabellos al azabache más hermoso. Su ropa paso de ser inadvertida a un chic coqueto. Sus piernas tomaron formas de tijeras que cortaban miradas mientras pasaba; largas, esbeltas y bronceadas. La actitud hizo posesión de su cuerpo inerte, y se volvió diabla.
Consiguió un trabajo y una mejor amiga. Comenzó a despertar su lado más femenino y alimentar un hambre que ella desconocía. Dicen que el hombre descendió del mono, la mujer desciende del hombre mientras lo provoca con besos de sabor a labial rojo.
Ella cambio. Bajo de peso y tiñó sus cabellos al azabache más hermoso. Su ropa paso de ser inadvertida a un chic coqueto. Sus piernas tomaron formas de tijeras que cortaban miradas mientras pasaba; largas, esbeltas y bronceadas. La actitud hizo posesión de su cuerpo inerte, y se volvió diabla.
Sus noches se convirtieron en una dosis por día. Sus vestidos fueron disminuyen centímetros de la
rodilla para arriba. Ya no usaba ropa interior. Aprendió a decir “si” a cualquier
propuesta divertida y anuló su etapa de romanticismo. Adiós preppy girl.
En su oficina fue el look que todas querían imitar. Sus carteras de pieles y reptiles eran la sensación entre las rucas que solo conocían marcas locales y baratas. La hora del almuerzo era un espectáculo verla caminar de puntitas con solo un pequeño plato de ensaladas: almendras, nueces, lechugas, tomates entre otros, envueltos bajo la sal y pimienta. El tenedor se excitaba de tan solo rozar sus labios húmedos del aliño.
En su oficina fue el look que todas querían imitar. Sus carteras de pieles y reptiles eran la sensación entre las rucas que solo conocían marcas locales y baratas. La hora del almuerzo era un espectáculo verla caminar de puntitas con solo un pequeño plato de ensaladas: almendras, nueces, lechugas, tomates entre otros, envueltos bajo la sal y pimienta. El tenedor se excitaba de tan solo rozar sus labios húmedos del aliño.
Ella siempre fue bonita, pero descuidada. su metamorfosis no paso desapercibida porque todos la adoraban. Ella tiene carisma. Y su estilo se volvió un icono, esos que mientras unos aman otros inevitablemente odian. No cabe duda que una decepción amoroso puede ser la puerta para iniciar un cambio que quizás no tiene vuelta atrás si te dejas que te defina.
La historia puede que comience recién ahora. cuando su mejor amiga del trabajo se encuentra con ella en la maquina de café.
La historia puede que comience recién ahora. cuando su mejor amiga del trabajo se encuentra con ella en la maquina de café.
- Te he dicho que no te pongas esa blusa, te hace ver gorda y es horrenda- Así es Christina ahora, una persona que no perdonaba crímenes de moda y tiene una actitud de perra. Su amiga le respondió:
- Ay Christina no seas
vanidosa. Me duele la cabeza, hace tres días que no como nada más que barras de
cereal y leche descremada, estoy aburrida.
- Tu crees que a mi me encanta privarme para disminuir el cinturón cada mes, ajustando un nuevo agujero. Me muero por comer pastas, pizzas, grasas y, sobre todo: papas fritas de Mcdonalds. Pero la belleza cuesta.
- No me hables papas
fritas, ayer tuve que fingir que estaba llena cuando mi hermano trajo comida de
ahí. Pero hoy podría hacer una excepción. Se me antoja una ensalada de Mc Mcdonalds
- No estarás hablando
en serio, luego de tus pesadillas con hamburguesas gigantes persiguiéndote, no
creo que después de tan arduo camino quieras comer grasas ricas en tallas L y
XL.
- Dije que se me antoja una ensalada
Cesar de Mcdonalds y solo la consigues en Mcdonalds, me acompañas?”
- Bueno, vamos.
Caminaban y conversaban, ambas sonriendo y hablando de cosas de chicas. Coordinando el pie
izquierdo después del derecho. Marchaban a paso lento. Llegaron al local del fast food e hicieron la cola para comprar.
Sonó el celular.
- Oh no, es mi jefe. Me está llamando varias veces, no me había dado cuenta porque estaba en modo silencio, tengo que volver.
- Oh no, es mi jefe. Me está llamando varias veces, no me había dado cuenta porque estaba en modo silencio, tengo que volver.
- Acabamos de llegar y yo ya ordené- Dijo Christina algo alterada.
- Almuerza yo vuelvo en un rato.
- Bueno, ve.
- Bueno, ve.
Christina ordenó una ensalada y como ya estaba en un lugar de tentación para su dieta, decidió comprar una porción de papas. Cogió un
par de servilleta y subió al segundo piso del local.
Tomo asiento junto a las ventanas grandes y cortaba el pollo y las verduras
con una paciencia envidiable en un mundo que se mueve a la velocidad de la luz. El
chico de la mesa del frente hablaba por teléfono en voz muy alta y la distraía,
entonces ella uso su teléfono para mirar sus mensajes y abstraerse del
exterior.
Miraba por la ventana,
la gente se consumía entre sí misma, apresurados, lentos, contentos, serios,
todos caminaban no había nadie quieto. Los buses pasaban por encima de todos, y
todos por encima de los buses. El parque estaba lleno de globos. Los globos
llenos de niños, los niños llenos de padres, los padres llenos de hijos. Era la
hora del almuerzo en Lima, una gran migaja de pan llena de hormigas trabajadoras y explotadas.
Cuando Christina casi terminaba de comer, levantó la mirada y se percató que el chico que hablaba por teléfono detuvo su
mirada en la de ella. Ambos tenían el bocado en la mano esperando y se miraban sin vergüenza alguna. La Christina de antes hubiera ignorado esa insinuación y se habría marchado.
Ella soltó el tenedor,
se limpio el aliño con la servilleta puso todo encima del plato, se puso de pie y se
dirigió al baño pasando por el lado del chico misterioso. Ya dentro de los servicios, se lavó las manos y la cara, al levantar la mirada se miró al espejo y encontró otro reflejo ademas del suyo. Y él entro, el chico del teléfono sin el
teléfono. Había esperado que todos se marcharan del baño. Él había entrado detrás de ella y por ella. Christina se sorprendió, sabia que no estaba bien lo que sucedía, pero no grito. El chico tenia la cabeza rapado y era muy guapo. El lunar en la mejilla lo hacía peculiar y fácil de
recordar. Se metió en un cubilo como si
fuera el baño de hombres.
Todo quedó en suspenso, como un thriller. ¿Es seguro? ¿Y si me hace daño? Hubo cierto peligro en el aire pero a ella le encantaba la idea de romper una regla o dos.
Christina no lo pensó demasiado, corrió hacia el cubilo y sin dudarlo, cerró la puerta y lo besó. El hombre extraño la cogió entre sus suaves brazos, sus manos calculaban unos 25 años no mas, y ella solo 24.
Todo quedó en suspenso, como un thriller. ¿Es seguro? ¿Y si me hace daño? Hubo cierto peligro en el aire pero a ella le encantaba la idea de romper una regla o dos.
Christina no lo pensó demasiado, corrió hacia el cubilo y sin dudarlo, cerró la puerta y lo besó. El hombre extraño la cogió entre sus suaves brazos, sus manos calculaban unos 25 años no mas, y ella solo 24.
Intercambiaron ADN sin ni siquiera saber el nombre del otro. Siguieron así hasta que el morbo asomo sus garras, y le arranco la blusa y ella a él le partió la camisa. La mano de él resbaló hasta los orígenes de la humanidad, y las manos de ella escalaron hacia el pico más elevado. No hubo tiempo de extremos pero los excesos se escurrían entre sus caderas ambos querían quitarse la ropa pero no funciona así. Llegaron a un acuerdo sin ni siquiera hablar. Era una película muda para ellos. Él tenia un mejor plan para terminar lo empezado. (¿Hay algo mejor que eso? Para mi es perfecto).
Pasó la tormenta y se vistieron nuevamente. Ella salió algo nerviosa y cuidadosa de que nadie se haya percató de tremenda escena en el baño de Mcdonalds. Bajo la escaleras y se detuvo en la puerta tratando de arreglar el cabello que él desordeno segundos antes.
Christina comenzó a dudar. Esperarlo o no. Él le dijo "Espérame en la entrada". Pero ella ya no estaba tan segura. Es mejor huir con una historia interesante o convertir el final en un desastre...
Ella se percató que él comenzaba a bajar al primer piso, y tomó una decisión: huyo. Christina se fue sin mirar atrás, sonriendo por la travesura y sabiendo que es mejor dejarlo con ganas de mas. Él no pudo siquiera preguntarle su nombre su número.
Ella tomó un taxi y desde la ventana del vehículo amarillo y los espejos retrovisores, vio como el extraño calvo y guapo la buscaba con la mirada.
Ella se percató que él comenzaba a bajar al primer piso, y tomó una decisión: huyo. Christina se fue sin mirar atrás, sonriendo por la travesura y sabiendo que es mejor dejarlo con ganas de mas. Él no pudo siquiera preguntarle su nombre su número.
Ella tomó un taxi y desde la ventana del vehículo amarillo y los espejos retrovisores, vio como el extraño calvo y guapo la buscaba con la mirada.
Es una historia real,
le sucedió a la amiga de una amiga, Christina, que ahora padece de conductas sexuales y atracciones fatales con desconocidos en lugares publico y arriesgados que no puede controlar. Y jamas pero jamas se imaginó que habían cosas más ricas que las papas fritas en Mcdonalds.
#Gercarlodijo