Empezar a olvidar, es un proceso con
el cual estoy familiarizado. Estos días estoy confundido e indeciso, tratando
de decidir si sentir entre rabia o celos. ¿Puedo
tener celos de ella? Ella tiene cosas que yo no tengo, evidentemente. Sería más
fácil para mí tener celos de un “él” que de una “ella”.
Por momentos me repito a mí mismo, “H
no te cambio por otro” y luego pienso “Pero prefiere a otra”. En cualquiera de
ambos casos la salida es la misma, solo hay una respuesta, solo quiso acostarse
conmigo; y lo logro.
Mientras el taxi trataba de encontrar
una forma de evitar el tráfico. Estuve nervioso todo el camino, y cada vez que
me llegaba un mensaje de Mía, diciéndome “Donde estas” “Te estamos esperando”
mi corazón latía y saltaba hasta mi garganta.
Cuando llegue a Starbucks, las dos
estaban riéndose y conversando como grandes amigas de la vida. Me acerque y me
quede estático frente a ella, como un robot al cual le falta un poco de aceite
en sus extremidades. Salude a mi amiga Mía,
y ella a su vez me presentó a Romina.
Luego de 5 segundos, el silencio
suele ser incómodo, antes de que eso sucediera, amarre mis dudas y no deje que
esto me afecte. Al fin y al cabo ella, Romina, no sabe nada y no tiene por qué
enterarse, ni yo tengo porque contarle nada. No es mi problema, para nada. ¿Por
qué debería ponerme nervioso? Debo estar
tranquilo y contento que me elijan para hacer esta sesión de fotos. El pago era
bueno, me ofrece refrigerio y movilidad, y es algo que me gusta hacer.
Quizás mi subconsciente trata de
sabotearme. Y hay una voz en mi cabeza que me grita “Te acostaste con su novio”
“Te acostaste con su novio”…Y por otro lado, otra voz, un poco más indulgente
que me repetía “Tranquilo Tú no sabías nada” “Tranquilo” Sin embargo hubo una
tercera voz, que era la más difícil de evitar escuchar, una voz más visceral y
rencorosa “Cuéntale la verdad sobre su novio” “Cuéntale que es bisexual”. Espante
mis voces como cuando espantas las moscas y me enfoque en el motivo de esta
simpática y peculiar reunión.
La sesión de fotos debía realizarse
si o si el próximo sábado. Romina tenía en claro que quería unas fotos con luz
natural y dos modelos. La portada de su catálogo debía tomarse dentro de la
piscina. Sus ideas me encantaron, es una chica muy creativa e inspiradora, tan
carismática y su voz parecía la de un pajarillo inofensivo de la mañana.
De repente todas las voces que me
hablaban en la cabeza desaparecieron, y me concentre tanto en el concepto de
las fotos, que, incluso le propuse ciertas ideas que podrían funcionar muy bien
con las de ella. Romina estaba fascinada, sus ojos destellaban. Tuvimos química
creativa, sinergia.
Sacó una Tablet y comenzó a mostrarme
las prendas que serían parte de la sesión de fotos, la mayoría era ropa de
baño. Estuve fascinado con Romina, es una mujer impresionante, y muy hermosa.
Me había olvidado quien era ella después de todo.
Se detenía en cada foto que me
enseñaba y me explicaba lo que quería expresar con cada prenda, y cuál era el
proceso creativo detrás de su colección 2014. Solo escucharla hablar, mi cabeza
empezaba a visualizar como quedarían las fotografías.
Todo estaba bien, hasta que al
deslizar sus dedos hacia la siguiente foto, sentí como una cachetada llego hasta
mi cara, como diciéndome “BAM! Toma esto”. La foto que apareció eran Romina y
su novio, abrazados en un día cualquiera. H sonriente y sexy como siempre.
Verlos así, me dejo helado, mi cuerpo
se desconectó de starbcuks y se transportó a la noche que pasamos juntos. Mi
garganta comenzó a secarse, y mi lengua se enredó, mientras trataba de
responder al comentario de Romina que con una risita picara decía “Ups foto
equivocada”.
Una semana después…
Casi como volando, pasó la semana y
ya era sábado otra vez. Llegue temprano a la dirección que Romina me envió, la
de su casa. Poco después salimos en su auto, ella manejaba.
La locación para la sesión de fotos
era una hermosa casa de campo en Cieneguilla, algo alejado pero perfecto para
escaparse un fin de semana o dos. Mía, tuvo algunas complicaciones en su
trabajo y no pudo acudir, por lo tanto Romina se encargó de conseguir la otra
modelo.
Mientras estábamos en su auto, pude
conocerla un poco más. Romina parecía la chica perfecta. Hermosa, sofisticada,
talentosa y con visión de negocio. Solo con ver sus fotos en Facebook, uno se
percata de lo bien que la pasa, y más cuando sube fotos con su novio H, hacen
bonita pareja, tanto ella como él tienen suerte (así se pensaría si los vieran
juntos).
Su apellido es conocido y sonado en
el medio de la moda. Colabora con unas de las revistas más vendidas en Lima, y
no contenta con ello, también asesora modelos; y además viaja constantemente.
La foto de su familia es común encontrarla en las páginas de los sociales.
Para cualquier mortal es una it girl de Lima. Pero había algo que yo
no comprendía aun. Si H también tiene la misma vida que ella, con los mismos
lujos y sin apuros económicos ¿Por qué lo encontraba tomando un bus todas esas
ocasiones?
Llegamos a la casa y las modelos
llegaron detrás de nosotros. La producción comenzó y prestar atención a cada detalle
se volvió una exigencia. La química entre romina y yo era estupenda. Parecía
que teníamos la misma cabeza. La sesión de fotos tomo varias horas y fue
agotador, pero valió la pena. Las modelos se fueron una hora antes mientras que
Romina y yo nos quedamos un rato discutiendo y seleccionando las tomas que pasarían a post producción.
Eran casi las 6:30 de la tarde y el
cielo comenzaba a teñirse de anaranjado con azul. Además del auto de Romina hubo
otro auto estacionado un poco más al fondo del jardín. Me pidió que le pasara
las fotos en un plazo máximo de 5 días.
- Estoy enamorada de las fotos-
me dijo
Me sonrió y yo le devolví la sonrisa
como de dos cómplices que habían hecho la mejor de las travesuras. Parecía el
inicio de una hermosa amistad, hasta que…
- Creo que ya es tarde, y supongo
que te tienes que ir.
- La verdad que sí – le dije con
un suspiro de exhausto.
- Me tengo que quedar aquí, pero
no te preocupes que mi novio te va a llevar hasta tu casa.
Y así, sin previo aviso ella me
disparó (bang bang she shot me in the head). Y no contenta con eso, me re
mato. Sin dejarme responder o comentar algo, ella lo llamó.
- “Helmut, ven”
A los segundos, por la puerta de la
terraza del segundo piso, H salió. Hermoso
como todas las veces que el aparece. Pensé que ya era tarde pero sentí como si
el sol hubiera salido en lugar de ocultarse. Llevaba esa barba que recuerdo me
raspó todas partes suaves de mi cuerpo aquella noche. Mis músculos se endurecieron y un frio entró
por mis pies y subió hasta mis ojos.
Me miró y no se sorprendió, estuvo
observando mi trabajo e interacción con Romina en todo momento desde la ventana
y yo ni enterado que él estaba aquí. Con todo el profesionalismo que pude y con
el cinismo que me quedaba, trate de ocultar mi sorpresa a Romina, ella solo hablaba,
- “Amor, como quedamos. Please, lleva a G_ _ _ _ _ _ hasta su casa”
En ese instante, se dibujó
geométricamente un triángulo entre ella, él y yo; y si mi vida fuera una
película, quizás este era el momento preciso para que suene el soundtrack Bizarre
love triangle. Y aunque no estemos
en los 80’s esto me hacía sentir como en una pesadilla de la calle Elm.
Respire varias veces para no decir
nada, mi comunicación se limitó a asentar con la cabeza, sonreír con la boca
cerrada en señal de conformidad y si pronunciaba alguna palabra solo iba a
tartamudear.
H se acercó y me dio la mano como presentándose
por primera vez y me clavo esa mirada de siempre, la cual no puedes dejar de ver y sentirte del tamaño de un pulgarcito.
Mi mano respondió a su saludo. Baje la mirada porque si no
sentía que iba a salir fuego por mis corneas, y era por la ira acumulada que se
apoderaba lentamente de mis vísceras. Helmut le respondió a Romina.
“Si, yo lo llevo”.
Desactivo la alarma del auto y abrió la maletera, y puso
dentro todo el equipo de luces y la cámara.
Luego en silencio se fue a la parte del piloto mientras la puerta del
copiloto me esperaba abierta. Romina se despidió de él con un beso en la boca;
yo sé que debía ser indiferente pero una erupción de lava subía a mi cabeza. Mi
cara se transformó por completo.
Subimos y él arranco el auto, salió en retroceso por el jardín
hasta la calle. Y no nos miramos, ambos
tenían la mirada al frente, en blanco. Nos esperaban dos horas de camino, un largo
camino a casa…
Continuara.
#Gercarlodijo