En mi edificio vive gente muy particular, personajes salidos de una comedia y alguno cuantos, de algún drama. Cucufatos, chismosos, egocéntricos, presumidos, mala vibras y algunos huachafos. Los pisos son rojos y resbaladizos, mas de una vez resbale estúpidamente cuando salía airoso y contento con mis patines allá por los 90’s. Las paredes vestían desnudas el material de su existencia, gris y pálido.
Si subías al último piso había unas escaleras auxiliares donde la azotea tiene la vista más increíble que podías tener en toda la ciudad. Ese era mi lugar favorita, donde subía a fumar mis primeros cigarro clandestinos. Me aislaba ahí arriba. Cuando algo salia mal, era como un refugio. Nadie iba ahí, por ello, muchas veces cantaba para sentirme mejor. Yo fui como una aguja, plateada y puntiaguda, en medio del pajar. Pensé ser el único que sentía que no pertenece ahí, hasta que llego mi vecino.
Después algunos días, volví a borrar el grindr. Esta vez, lo hice por que no encontraba nadie interesante. De seguro, mas adelante volveré a acudir a la descarga. Por lo pronto no era necesario. Mi vecino, había llenado un vacío.
Si subías al último piso había unas escaleras auxiliares donde la azotea tiene la vista más increíble que podías tener en toda la ciudad. Ese era mi lugar favorita, donde subía a fumar mis primeros cigarro clandestinos. Me aislaba ahí arriba. Cuando algo salia mal, era como un refugio. Nadie iba ahí, por ello, muchas veces cantaba para sentirme mejor. Yo fui como una aguja, plateada y puntiaguda, en medio del pajar. Pensé ser el único que sentía que no pertenece ahí, hasta que llego mi vecino.
Después algunos días, volví a borrar el grindr. Esta vez, lo hice por que no encontraba nadie interesante. De seguro, mas adelante volveré a acudir a la descarga. Por lo pronto no era necesario. Mi vecino, había llenado un vacío.
Nunca vi el momento en que aterrizó su avión en mi torre. Si se estrelló en los pisos altos ni me percate. Sus cabellos eran de un dorado que parecía desafiar su naturalidad. Alto como una estatua, frío como un espejo. Guapo, con todas las letras. No importa quien subía al ascensor, cuando él entraba robaba todas las miradas, por su cuerpo atlético. Siempre asegure que es modelo, ademas su forma de vestir era muy fashion, que parecía salido de una revista.
A los 13, fue la edad en que vi su llegada. Y mi inocencia se interrumpió solo de verlo. Cargaba cajas y varias cosas, era su mudanza. Pero no me atrevía a hablarle nunca. Su mirada era intimidante y tenia un aire algo indiferente. No saludaba a nadie, siempre pasaba de largo por el pasillo, entraba al elevador, presionaba el botón y mas nada. Esa era lo único que veíamos todos sobre él. Nadie lo conocía. Tenia un vida muy privada y parecía siempre mal humor o como si algo le apestara.
A los 13, fue la edad en que vi su llegada. Y mi inocencia se interrumpió solo de verlo. Cargaba cajas y varias cosas, era su mudanza. Pero no me atrevía a hablarle nunca. Su mirada era intimidante y tenia un aire algo indiferente. No saludaba a nadie, siempre pasaba de largo por el pasillo, entraba al elevador, presionaba el botón y mas nada. Esa era lo único que veíamos todos sobre él. Nadie lo conocía. Tenia un vida muy privada y parecía siempre mal humor o como si algo le apestara.
Una vez, por casualidad toque su puerta. En el mismo piso donde vivía el vecino nuevo y guapo, también estaba una chica que solía ser mi amiga. Una chica gorda y con mal aspecto. Al principio era buena gente, poco después me di cuenta de su doble cara.
Bueno, volviendo a la historia. Cuando la gorda, aun era ami amiga, yo la visitaba a su depa. Un día, no se porque, subí pro las escaleras (son 10 pisos mas arriba, y el elevador no funcionaba. LLegue agotado a su puerta y toque el timbre, pero nadie respondió, luego toque con el puño, aun nada, finalmente le di tremenda patada de la cólera de haber escalado tanto para que nadie me respondiera. En eso la puerta se abrió y salió el vecino nuevo.
- “Uy, perdón” le dije, al darme cuenta que me había equivocado de puerta.
- “No te preocupes, chau” (me sonrió como telenovela y cerró la puerta).
- “Uy, perdón” le dije, al darme cuenta que me había equivocado de puerta.
- “No te preocupes, chau” (me sonrió como telenovela y cerró la puerta).
Efectivamente me había equivocado de puerta. Al menos sabía donde vivía el chico top model. Tendría sus 22 años, y yo apenas 13 casi 14. Rubio y misterioso, con buenos brazos y piernas (es lo que vi cuando salia a correr por las mañanas). Tenia ganas de equivocarme de puerta de nuevo, pero no seria necesario, él abriría la puerta y me invitaría a pasar...
Pasaron los años. Volviendo al tiempo actual, yo acababa de terminar la universidad. Ocupado en mis practicas profesionales, mis nuevas metas y nuevos amigos. Mi vida social estaba on fire. Raves en la playa, fines de semana con mi amigo, conociendo mas y mas el mundo que me rodeaba. Eran finales del 2011 días después del último encuentro con Rodrigo.
Una noche llegue por la madrugada a mi casa, estaba tomado, a causa de unas de esas juergas de mi amigo, mi mentor. El ascensor estaba a punto de subir y lo detuve con la punta del dedo meñique del pie, literal. Y dentro, estaba como una joya dentro de una cajita, el vecino.
Aun vive ahí, y han pasado tantos años, que me había olvidado de él. Es un buen vino este tipo, se ve mejor que antes. Debe tener 30 y algo de años, yo tengo 22 (mi cumple se acercaba). Y lo salude, porque estuve borracho que podia decir cualquier cosa, él me devolvió el saludo.
Pasaron los años. Volviendo al tiempo actual, yo acababa de terminar la universidad. Ocupado en mis practicas profesionales, mis nuevas metas y nuevos amigos. Mi vida social estaba on fire. Raves en la playa, fines de semana con mi amigo, conociendo mas y mas el mundo que me rodeaba. Eran finales del 2011 días después del último encuentro con Rodrigo.
Una noche llegue por la madrugada a mi casa, estaba tomado, a causa de unas de esas juergas de mi amigo, mi mentor. El ascensor estaba a punto de subir y lo detuve con la punta del dedo meñique del pie, literal. Y dentro, estaba como una joya dentro de una cajita, el vecino.
Aun vive ahí, y han pasado tantos años, que me había olvidado de él. Es un buen vino este tipo, se ve mejor que antes. Debe tener 30 y algo de años, yo tengo 22 (mi cumple se acercaba). Y lo salude, porque estuve borracho que podia decir cualquier cosa, él me devolvió el saludo.
Luego de esa noche, lo vi a diario, casi siempre en el ascensor. Cuando llegaba del gimnasio o de correr, sudadito y la piel dorada, el cabello húmedo. Pero no hablábamos, solo un saludo de hola y era todo. Tenia ese porte y actitud que hablan por si solos "Lo se, se que soy irresistible".
Siempre salgo los fines de semana, de jueves a sábado, a veces los martes. Esa noche aun la recuerdo, era un viernes. Mis amigos y yo estábamos tomando unos maracuyá sour en un bar en la azotea de un hotel. Yo empezaba a arreglarme mas y vestirme un toque mas chic, el mundo donde yo pertenencia, lo exigía. Poco a poco me iba convirtiendo de amateur a ganar experiencia. Cada vez la pasaba mejor, conocía chicos pero siempre esperaba alguien que me dejara sin palabras, y aun no llegaba, nadie como "él".
En un momento de la noche, cerca a la barra me pareció ver un rostro familiar. Envuelto en unos pantalones slim fit de color rojo, y una camisa blanca, mi vecino con copa en mano, parecía pasa un buen rato en compañía de u chico. Mis sospechas eran ciertas, él también pertenece al mismo mundo que yo.
La cabellera más rubia que nunca y con un carisma que no renocí en él. Siempre serio e indiferente en el ascensor, pero esa noche, hablaba y reía con todos. Me reconoció, y yo mi miraba, y así nos quedamos hasta que finalmente me levanto la ceja acompañada de un saludo. Me acerque pensado que tal vez el alcohol ya se había apoderado de mí y me daba algo de valor. Y luego del saludo, pudimos conversar y por fin pude saber su nombre, Henry. Vecino sonaba mejor.
En un momento de la noche, cerca a la barra me pareció ver un rostro familiar. Envuelto en unos pantalones slim fit de color rojo, y una camisa blanca, mi vecino con copa en mano, parecía pasa un buen rato en compañía de u chico. Mis sospechas eran ciertas, él también pertenece al mismo mundo que yo.
La cabellera más rubia que nunca y con un carisma que no renocí en él. Siempre serio e indiferente en el ascensor, pero esa noche, hablaba y reía con todos. Me reconoció, y yo mi miraba, y así nos quedamos hasta que finalmente me levanto la ceja acompañada de un saludo. Me acerque pensado que tal vez el alcohol ya se había apoderado de mí y me daba algo de valor. Y luego del saludo, pudimos conversar y por fin pude saber su nombre, Henry. Vecino sonaba mejor.
Mi embriaguez no estaba del todo cuantiosa, aun podía conversar. Me dijo que era diseñador, eso explicaba sus outfit a la vanguardia. Él vestía sus propias creaciones, en varios estilos, de Color Block a estampados Art deco. En ese tiempo solía salir en auto algunos días, para medirme y no tomar tanto. AL ser vecinos le ofrecí llevarlo hasta el edificio mas tarde. Él dijo que si.
Luego de que mis amigos se fueron. Regresamos al edifico, y en el ascensor apretó el botón, y no dejo que apretara el de mi piso. "Vamos a tomar un vino" me invitó. Nos sentamos en el sofá, conectó su celular a la pared porque la batería estaba muerta. Hablamos de la vida misma, desde cuando vive aquí y que es lo que hace. "Me acuerdo de ti, cuando era un chibolo" decía mientras acababa su copa. Y yo le respondí "Claro, cuando eras un presumido que no saludaba a nadie", y nos reíamos. "Yo andaba en Marte” me respondió.
Nos dimos cuenta que teníamos muchas cosas en común. Me comentó, que se mudaba a Madrid en un par de meses. Tenia un novio allá, por el tono en que lo contaba no parecía nada serio. Desde su ventana en uno de los pisos altos, la vista era mejor que la de mi departamento.
“Hay muchas estrellas hoy, casi no salen” comenté.
- “Si, pero no se ven tan bien desde aquí como se verían desde la azotea”.
Lo mire a los ojos un buen rato, y él también, callados. Luego sin pensarlo dos veces tomamos el ascensor hasta el último piso. Subimos las escaleras auxiliares, nos escabullimos por las rejas. Y desatando la pita que abrió una envoltura que había esperado años, nos besamos en la azotea, y con ese beso vi mas estrellas que las que estaban allá arriba.
Con las luces de la ciudad en blanco y amarillo. Le partí abrí la camisa que con los dientes y me bajo el cierre. Sentí el aire entrar, aun hacia algo de frío, pero no importa. Su cabello rubio volaba con el viento de la madrugada. Los aviones, podrían estrellarse, al vernos en lo alto de ese edifico,como Adán y Eva (u otro Adán). El vecino era guapo con y sin ropa, estaba armado de buenas manos que sabían tocarme en los lugares claves, y su arma, la mas importante, era una de los mas grandes que había visto hasta ahora. No titubea para besarle en cada centímetro de cuerpo desnudo y me tome mas tiempo en las zonas mas grandes. Sin ninguna negación continuamos en silencio sin decir palabra alguna durante ese momento, no queríamos despertar a nadie, porque el sol estaba a unos minutos de salir.
Nos dimos cuenta que teníamos muchas cosas en común. Me comentó, que se mudaba a Madrid en un par de meses. Tenia un novio allá, por el tono en que lo contaba no parecía nada serio. Desde su ventana en uno de los pisos altos, la vista era mejor que la de mi departamento.
“Hay muchas estrellas hoy, casi no salen” comenté.
- “Si, pero no se ven tan bien desde aquí como se verían desde la azotea”.
Lo mire a los ojos un buen rato, y él también, callados. Luego sin pensarlo dos veces tomamos el ascensor hasta el último piso. Subimos las escaleras auxiliares, nos escabullimos por las rejas. Y desatando la pita que abrió una envoltura que había esperado años, nos besamos en la azotea, y con ese beso vi mas estrellas que las que estaban allá arriba.
Con las luces de la ciudad en blanco y amarillo. Le partí abrí la camisa que con los dientes y me bajo el cierre. Sentí el aire entrar, aun hacia algo de frío, pero no importa. Su cabello rubio volaba con el viento de la madrugada. Los aviones, podrían estrellarse, al vernos en lo alto de ese edifico,como Adán y Eva (u otro Adán). El vecino era guapo con y sin ropa, estaba armado de buenas manos que sabían tocarme en los lugares claves, y su arma, la mas importante, era una de los mas grandes que había visto hasta ahora. No titubea para besarle en cada centímetro de cuerpo desnudo y me tome mas tiempo en las zonas mas grandes. Sin ninguna negación continuamos en silencio sin decir palabra alguna durante ese momento, no queríamos despertar a nadie, porque el sol estaba a unos minutos de salir.
Luego de esa noche sentí que la espera había valido la pena. Aunque no esperaba nada, no me imaginaba lo que iba a suceder. A lo que me refiero es que desde la primera vez que lo vi, me atrajo. Y muchos años después, casi 10, recién pudimos conocernos, y para ser la primera vez que hablamos, lo conocí muy a fondo.
Sin embargo, a los pocos días deje de tener noticias de él. No lo veía en los bares ni en el ascensor. Se acercaba mi cumple y quise invitarlo. Entonces le escribí un mensaje de texto para saber que hacia, y me dijo que andaba ocupado, no podía ir pero que uno de estos días, cuando tenga algo de tiempo, me invitaba a tomar, adivinen que, un café. UGH.
Sin embargo, a los pocos días deje de tener noticias de él. No lo veía en los bares ni en el ascensor. Se acercaba mi cumple y quise invitarlo. Entonces le escribí un mensaje de texto para saber que hacia, y me dijo que andaba ocupado, no podía ir pero que uno de estos días, cuando tenga algo de tiempo, me invitaba a tomar, adivinen que, un café. UGH.
Pasaron más días, y no supe nada, absolutamente. Por curiosidad vi que subió una foto en facebook, se le veía bien y contento, pero esperen un segundo, esa ciudad no parecía Lima. Estaba en Madrid, no de visita, ahora resulta que vive allá. Y recordé lo que me dijo de mudarse con su novio... pensé que no era nada serio.
Cuando te gusta la cena repites el plato, y si hay postre, te chupas hasta la cuchara. Pero si te ponen a dieta a la fuerza, no hay más que hacer que seguirla. Henry ya no estaba, pero es mejor un one hit wonder, a nada. Me hubiera gustado salir con él mas seguido, lastima que nos conocimos muy tarde. Ya me imaginaba saliendo con él a juerguear y regresando juntos a mitad de la noche. Era un gran prospecto para amigo con beneficio y mas. Me pregunto cuándo habrá una nueva mudanza... algún nuevo vecino?
Una nueva enseñanza me dejó este café (Así los llamo de ahora en adelante). Y mi amigo, al que le cuento todo, termino de darle forma en una frase "No esperes que una noche de sexo, sea el inicio de un cuento de hadas"
Una nueva enseñanza me dejó este café (Así los llamo de ahora en adelante). Y mi amigo, al que le cuento todo, termino de darle forma en una frase "No esperes que una noche de sexo, sea el inicio de un cuento de hadas"
#Gercarlodijo
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