No, no me refiero, a que he “pasado” la semana con trece personas… puedo
ser torpe como un caballo al nacer, pero semejante travesura se hace en más
tiempo, ahora soy bueno y mantengo la mente sobre una bicicleta para que no se
oxide. Y estuvo bien, hasta que llego esta semana… pues a veces no importa todo
lo bueno que he hecho o pienso hacer. Hace
unos meses hubo dos martes 13 creo, y la gente entro en pánico y fobia. Me advirtieron que si no me iba con cuidado mis actos se
resbalaran en la primera cascara de plátano.
Sin embargo todas las veces que juro que no me va a importar lo que el día
me traiga, en realidad termino conformándome con las sobras de la semana. Yo
digo no, pero las circunstancias me roban el sí de la boca y termino metiendo
la pata. Y parece que aquellos ya pasados martes 13, me está pasando la factura recién durante toda
esta semana. Bang Bang I death.
No importa la cantidad de ruda o tréboles de cuatros hojas que colman mi
jardín botánico. Esta de mas mi habilidad de carnicero, amputando patas a los
pobres mamíferos lagomorfos saltarines
de orejas largas. La suerte negra invade. ¿Los dedos cruzar, los espejos evitar? ¿Qué hago? ¿Revolver, puntería, mi cabeza, y gatillo?
Yo sé que no soy un buen chico, y quizás no me merezco buena suerte,
pese a que la tengo. No puedo quejarme. Pero esta semana, los planetas se alinearon
y parece que la flecha de sagitario va directo a mi cabeza, la mala ventura está
haciendo de mis lunes a viernes una aventura de play station donde juegan conmigo hasta el game over. Es como una mancha en la piel que no se quita con el
mejor de los jabones. Puedes refregar y refregar y al final termino fregado.
Aquellos martes 13 se tardaron en hacer efecto. Vivo en la más compleja
paranoia, usando el ascensor incluso para bajar, pues si paso por debajo de las escaleras
bajare, pero al hoyo. Si tuviera mascotas probablemente solo por estos días los
llevaría al veterinario para cambiarlas por conejos. Los días como hoy son
callejones donde las personas comunes y silvestres se convierten en gatos
negros desafiándome.
Es el estrés al cuadrado, o al cubo. Cierro los ojos, inhalo cuento
hasta 10, pero me voy al 13 y sigo de mal humor. En mi campo ya no florecen los
tréboles. No hay arco iris en mis
cielos, me hago el dormido para levantarme con el pie derecho pero de alguna
forma en la mañana siempre lo hago con el izquierdo.
Antes de desayunar toco madera (la de la mesa) me alejo del salero y
paso la palta sin nada encima. Justo
ahora llueve a cantaros dentro de mi cráneo situaciones de peligros y es
preciso abrir el paraguas. Sin darme cuenta mis malos presentimientos y poca
fe, hacen un gancho a mi cerebro y lo
deja adormecido como si le pusieran un yeso y no tenga más remedio que quedarse
ahí sin funcionar, por lo “tonto” (reemplazo de “por lo tanto”) mi estupidez
tiene la puerta abierta para salir a jugar a cometer errores.
Aparentemente necesito volver grabar la cinta de este cassette, o buscar de la olla de oro del
duende al otro lado del arco iris vecino en la ciudad esmeralda y bañarme de racha.
Buscar algo de azar. No quiero hacerla
de Forrest Gump y esperar lo
que me toque de la caja de bombones (vale decir “destino”).
Si por pura coincidencia recupero mi suerte esta semana… es una pendeja…
Como lo canto alguna vez Alanis Morissette,
todo es irónico. Los deseos y cosas que tanto hemos soñado, llegan en el
momento que ya no las queremos. Como si se tratara de una broma de mal gusto. Como
tener el asado de res más caro y delicioso del mundo en tu cena y solo tienes
al lado diez mil cucharas cuando solo necesitas un cuchillo. Es como si ganara
la lotería de un trillón de dólares y a los segundos sufrir un nefasto paro
cardiaco de la emoción y acto seguido mirar crecer gusanos 10 metros bajo
tierra. Ins’t ironic?- Dont you think?
Queda la posibilidad que todo sea una falacia y sucumbimos a la masiva
creencia popular que solo nos inculca hábitos
para creer en como atraer buena suerte y rechazar mala suerte. Quizás esta semana es un exagerado y
fracasado intento de robar un protagonismo desmerecedor. ¿Por qué los viernes y
martes con el 13 tiene que ser nublados?
¿Por qué en esta semana se convirtieron los días en 13? O será que
quiero de alguna forma encontrar a un culpable cuando meto la pata. #UglyTruth
Para los salados como yo: Por los siglos de los siglos seguirán estos días.
Solo falta que este 2012 sea el último año, por si las moscas le deseo un feliz
fin del mundo, gasten todo lo que tengan, besen a esa persona que tanto les
gusta, digan todo lo que se tragaron por meses donde lo tengan que decir.
Liberen toda forma enjaulada. Para mí, él de arriba y él de abajo no existe
pero si les hace sentir mejor antes de salir, persígnense. Sobre todo si su
semana tiene un 13 preparado para ustedes.
#G
Anoche, Gercar lo dijo
cambia el color de las letras q no se ven bien con el fondo celeste.
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