martes, 28 de agosto de 2012

MI SEMANA CON 13


No, no me refiero, a que he “pasado” la semana con trece personas… puedo ser torpe como un caballo al nacer, pero semejante travesura se hace en más tiempo, ahora soy bueno y mantengo la mente sobre una bicicleta para que no se oxide. Y estuvo bien, hasta que llego esta semana… pues a veces no importa todo lo bueno que he hecho o pienso hacer.  Hace unos meses hubo dos martes 13 creo, y la gente entro en pánico y fobia.  Me advirtieron  que si no me iba con cuidado mis actos se resbalaran en la primera cascara de plátano. 

Sin embargo todas las veces que juro que no me va a importar lo que el día me traiga, en realidad termino conformándome con las sobras de la semana. Yo digo no, pero las circunstancias me roban el sí de la boca y termino metiendo la pata. Y parece que aquellos ya pasados martes 13,  me está pasando la factura recién durante toda esta semana. Bang Bang I death. 

No importa la cantidad de ruda o tréboles de cuatros hojas que colman mi jardín botánico. Esta de mas mi habilidad de carnicero, amputando patas a los pobres mamíferos lagomorfos  saltarines de orejas largas. La suerte negra invade. ¿Los dedos  cruzar, los espejos evitar? ¿Qué hago? ¿Revolver, puntería, mi cabeza, y gatillo?

Yo sé que no soy un buen chico, y quizás no me merezco buena suerte, pese a que la tengo. No puedo quejarme. Pero esta semana, los planetas se alinearon y parece que la flecha de sagitario va directo a mi cabeza, la mala ventura está haciendo de mis lunes a viernes una aventura de play station donde juegan conmigo hasta el game over. Es como una mancha en la piel que no se quita con el mejor de los jabones. Puedes refregar y refregar y al final termino fregado.

Aquellos martes 13 se tardaron en hacer efecto. Vivo en la más compleja paranoia, usando el ascensor incluso para bajar,  pues si paso por debajo de las escaleras bajare, pero al hoyo. Si tuviera mascotas probablemente solo por estos días los llevaría al veterinario para cambiarlas por conejos. Los días como hoy son callejones donde las personas comunes y silvestres se convierten en gatos negros desafiándome.

Es el estrés al cuadrado, o al cubo. Cierro los ojos, inhalo cuento hasta 10, pero me voy al 13 y sigo de mal humor. En mi campo ya no florecen los tréboles.  No hay arco iris en mis cielos, me hago el dormido para levantarme con el pie derecho pero de alguna forma en la mañana siempre lo hago con el izquierdo.

Antes de desayunar toco madera (la de la mesa) me alejo del salero y paso la palta sin nada encima.  Justo ahora llueve a cantaros dentro de mi cráneo situaciones de peligros y es preciso abrir el paraguas. Sin darme cuenta mis malos presentimientos y poca fe,  hacen un gancho a mi cerebro y lo deja adormecido como si le pusieran un yeso y no tenga más remedio que quedarse ahí sin funcionar, por lo “tonto” (reemplazo de “por lo tanto”) mi estupidez tiene la puerta abierta para salir a jugar a cometer errores.

Aparentemente necesito volver grabar la cinta de este cassette, o buscar de la olla de oro del duende al otro lado del arco iris vecino en la ciudad esmeralda y bañarme de racha. Buscar algo de azar. No quiero hacerla  de Forrest Gump y esperar lo que me toque de la caja de bombones (vale decir “destino”).

Si por pura coincidencia recupero mi suerte esta semana… es una pendeja… Como lo canto alguna vez Alanis Morissette, todo es irónico. Los deseos y cosas que tanto hemos soñado, llegan en el momento que ya no las queremos. Como si se tratara de una broma de mal gusto. Como tener el asado de res más caro y delicioso del mundo en tu cena y solo tienes al lado diez mil cucharas cuando solo necesitas un cuchillo. Es como si ganara la lotería de un trillón de dólares y a los segundos sufrir un nefasto paro cardiaco de la emoción y acto seguido mirar crecer gusanos 10 metros bajo tierra.  Ins’t ironic?-  Dont you think?

Queda la posibilidad que todo sea una falacia y sucumbimos a la masiva creencia  popular que solo nos inculca hábitos para creer en como atraer buena suerte y rechazar mala suerte.  Quizás esta semana es un exagerado y fracasado intento de robar un protagonismo desmerecedor. ¿Por qué los viernes y martes con el 13 tiene que ser nublados?

¿Por qué en esta semana se convirtieron los días en 13? O será que quiero de alguna forma encontrar a un culpable cuando meto la pata. #UglyTruth

Para los salados como yo: Por los siglos de los siglos seguirán estos días. Solo falta que este 2012 sea el último año, por si las moscas le deseo un feliz fin del mundo, gasten todo lo que tengan, besen a esa persona que tanto les gusta, digan todo lo que se tragaron por meses donde lo tengan que decir. Liberen toda forma enjaulada. Para mí, él de arriba y él de abajo no existe pero si les hace sentir mejor antes de salir, persígnense. Sobre todo si su semana tiene un 13 preparado para ustedes.

#G
Anoche, Gercar lo dijo


1 comentario:

  1. cambia el color de las letras q no se ven bien con el fondo celeste.

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