Hace tiempo que mi almohada no veía uno de esos, por mucho tiempo solo era testigo de pesadillas y dedos a la media noche que enviaban mensajes de texto sin respuesta.
Anoche lloré, pero no de tristeza. Se esfumaron las razones de siempre (las razones de antes) tan épicas y trilladas. Anoche finalmente grité ¡Si! uno optimista y emocionante, como el de una boda.
Hace semanas las cosas están marchando bien y han acabado los meses oscuros, lo se porque desperté y ya no pensé en él. Estos días acordarme de él no ha desatado en mí malos recuerdos. No sentí nada feo en el pecho. Mis emociones han estado mansas, y no he tenido síntomas ni sed de venganza como antes.
Anoche, declare oficialmente que lo he superado. Y decir estas palabras es un gran paso, y al mismo tiempo son peligrosas. Pero así me siento, aliviado, de que se haya acabado esta película de terror, con el suspenso de encontrármelo en cualquier momento, felizmente no sucedió.
Lo siento querido, ya se me agoto el saldo, ya no quedan mas lágrimas para ti, se acabaron. Y no pienso regresar a hacer una recarga, aquí acabo tu historia. No hay rencor.
Por fin, puedo darle descanso a mis amigos con mis historias, y ellos podrán tener sus hombros secos, al fin y al cabo los abrazos se crearon a prueba de agua.
Ahora he puesto en una balanza mis decisiones, y llorar por alguien no puede ser una opción.
#Gercarlodijo
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